-¿cómo...cómo es posible?- le dije espantado
Ella me miraba asombrada.
-Walter ya sabes lo que opino de volver a ver a alguien- me decía mientras estiraba ambos brazos hacia a mi.
Ella quería abrazarme, yo estaba en shock.
-¿no estás feliz de volverme a ver waltercito?- me decía en todo de cariño.
la abrace y un sentimiento en mi pecho no me dejaba tranquilo, volverla a ver es demaciado emocional para mí.
- necesitamos sentarnos- le dije
caminamos en el parque en dónde había dos columpios, nos sentamos y tome aire.
- Yaz, esto es muy fuerte para mí, hace diez años no supe de tu existencia, y ahora apareces de la nada, esto es una bomba para mi- le dije mientras evitaba verla al rostro.
- Walter, no quería abandonarte, eres lo que me hacía más feliz cuando éramos pequeños, ¿lo recuerdas?- me decía.
mi mente era todo un caos, no sabía que estaba pasando, que ella llegara de la nada y ahora tenerla al lado mío, es hermosa, su pelo castaño, su hermosa sonrisa, y sus bellos lunares. me estaba empezando a doler la cabeza.
-Yaz, no me siento bien- le dije
se levantó del columpio alarmada.
-¿NECESITAS ALGO? ¿ESTAS BIEN? ¿LLAMO A AMBULANCIA? ¿TE VAS A MORIR ? NOOOO- comenzó a gritar.
-TRANQUILA BOBA, NO VOY A MORIR SOLO ME DUELE UN POCO LA CABEZA- le grité
-¿PORQUE ME GRITAS IMBÉCIL?- me grito
-PORQUE TU EMPEZASTE MOCOSA- le grité
ambos nos quedamos callados.
- jajajajaja- estaba riendo
ella comenzó a reír igual que yo.
-madre mía, hace mucho que no peleaba de esta manera- le dije
-es como los viejos tiempos- me decía.
En eso mi sonrisa desapareció.
-¿porque no supe de ti en mucho tiempo Yaz?- le pregunté
Ella volteo a ver a otro lado, su sonrisa se fue, y evitaba verme.
- Waltercito, sabes que te quiero y mucho lamento, irme tan de repente, yo no tuve para comunicarme y por problemas en la familia, jamás use o cree una red social- ella estaba temblando.
-yo....yo quería volver a encontrarte, pero no pude, no podía y siempre me estaba mudando de lugar en lugar- ella volteo a verme.
Sus ojos verdes, comenzaron a empaparse.
- Diez estúpidos años, diez estúpidos años perdida, años sufriendo por no poder verte, por sentir ese doloroso lugar claustrofobico- me dijo entre lágrimas.
-¿que cosa?- le pregunté espantado.
ella comenzó a limpiar sus lágrimas.
- eso ya no importa, después de mucho tiempo volví a este lugar, y encontrarte en este lugar, es lo mejor que me pudo pasar- me dijo mientras comenzó a abrazarme.
Me sentía confundido, pero la abrace y sentía calma, estaba feliz, estaba con ella, al fin.
BIP, BIP, BIP,BIP
sonó un reloj.
ella sacó un reloj de su bolsa.
-al parecer ya es hora Waltercito- me dijo
-¿cómo? ¿hora de que? le pregunté espantado
ella levanto sus manos y la puso en mis hombros.
- mira mi niño, es tarde y como ves por mi vestimenta voy a una escuela en el turno de la noche, aún me falta mucho para entrar, pero tengo responsabilidades que cumplir- me dijo.
Estaba triste, solo baje la mirada, ella con su mano tomo mi barbilla y me hizo levantar la vista.
-señor triste, no bajes tu cabeza que no podrás ver el cielo- me dijo
Eso me hizo sacar una sonrisa.
-¿nos volveremos a ver Yaz?- le pregunté
-claro que si, Waltercito, no te busque tanto para dejarte ir tan rápido-
ella al decirme eso, no puede evitar sonrojarme, me dió un beso en la mejilla, mientras se despedía con una sonrisa.
-nos vemos mañana Waltercito, en este mismo lugar-
solo le sonreí mientras veía como se iba alejando poco a poco, rápidamente el momento fue interrumpido por el dolor de cabeza, tome mi mochila y me fui caminando a mi casa, en el camino era un poco largo así que tomen el autobús, comencé a ver todo lo que había en esta pequeña ciudad, es acogedora pero haría lo que fuera por irme aunque ya tengo otro motivo para quedarme.
con una sonrisa baje del autobús y llegué a casa, abrí y todo estaba tan vacío como lo será toda esta semana.
comencé por tomar el medicamento, desde hace mucho tiempo comencé a tomar unas pastillas, me dicen que son las vitaminas que me hacen falta, otros dicen que son solo anestésicos para calmar el dolor, sea lo que sea funciona. ya me sentía mejor así que decidí limpiar, desde los lugares más sucios hasta los lugares más limpios, soy algo pulcro en ese aspecto, se hacía noche y un no llegaba mi hermana.
decidí cocinar, comencé a freír papas mientas preparaba un poco de carne en el otro sartén, me gusta mucho cocinar, supongo que es la ventaja de vivir con dos mujeres y ser el único hombre.
se escucha un ruido, ella había llegado.
-hermanito ¿cómo te fue en tu primer día?- me preguntó
- Amanda me alegra que llegarás bien, toma asiento que prepare la cena- le dije
ella se sentó encantada, casi casi babeando en la comida.
-mmmmmm está delicioso hermanito- me decía.
- pero estás evadiendo mi pregunta- me decía
-una disculpa- le dije
tome un poco de agua.
-¿y bien?- me preguntó
- hoy hice un nuevo amigo, ya lo viste- le dije
- el rarito, que me observa raro- me dijo asqueada
- claro su nombre es Ramón, no se mucho de el, pero es agradable- le dije mientras comenzaba a comer
- me alegra que poco a poco hagas amigos hermanito- me decía.
levanté mi plato y lo deje en el mueble de la cocina.
-deja los platos que yo los lavo- me dijo.
- está bien iré a acostarme- le dije
estaba a punto de subir las escaleras, pero regrese y le dije
-hoy mire a una chica que no había visto en mucho tiempo- le dije
-enserio, ¿que tanto tiempo?- me preguntó
- diez años, pero mañana te cuento los detalles- le dije.
me fui a preparar, me di un baño y me cepille los dientes y me fui a dormir.
......*mientas tanto*......
*biiip, biiip*
-bueno, ¿que pasa Amanda?
-madre, se que dijiste que no marcará si es que no es una emergencia, pero creo que esta es una-
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