-Lo sentimos, señorita De Loughrey, dejaremos a Willey en paz.-dice con cierto temor.- V-vámonos.-los señores se fueron y la gente continuó con sus vidas de forma inmediata. Volteé a todos lados buscando a la persona que gritó mi apellido para ayudarme, aunque no me hace muy feliz que más gente lo sepa. Mis intentos por encontrarlo fueron en vano pues con tanta gente dispersa era difícil divisar algo. Me acerqué al tal Willey una vez que pongo en orden mis pensamientos.
-¿Estás bien? .-digo revisando sus heridas.-Necesitas que te revisen, te ves muy mal...-chasqueo la lengua.-Son unos idiotas, mira como te dejaron esos salvajes.-dije examinando su rostro.
-L-lo siento, señorita.-dijo una voz débil.- La detuve y la puse en peligro.-Me tenso, otra vez ese formalismo y etiquetas por el apellido.
-Hey, tranquilo, dejemos las formalidades, soy Evolet.-Le sonreí y ayudé al chico a ponerse de pie.-Ven vamos a que te revisen.
-G-gracias, Evolet, no eres como los demás...-me regala una sonrisa y lo ayudo a llegar al médico más cercano.
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Desvíe la mirada de Evolet.Vaya que está mujer se mete en problemas cada que puede, ni siquiera sé porque la ayudo, no es como si fuéramos muy cercanos. Tal vez sólo fue por instinto de supervivencia o que Willey fue agredido de forma injusta.
-Buenos días.-dije de la forma más amable que me es posible, al entrar en la tienda de música.-Quisiera un kit de limpieza para saxofón, por favor.-sobé mi entrecejo.
-¡Ah! Demián es bueno verte, ¿sigues tocando el saxofón?-asiento con una pequeña sonrisa.-Deberías tocar otra cosa en las calles, no querrás que te confundan con el músico de las noches.-Ruedo los ojos sin disimulo.
-Sé tocar otros instrumentos, pero no voy a dejar el sax sólo por rumores.-desvío la mirada tensandome un poco.
-Lo digo por tu bien, Demián, eres muy obstinado a veces.-dice el viejo entregándome el kit.
-Lo tendré en cuenta, Señor Villin.-le pagó el objeto.-¿Usted cree en el rumor? .-pregunte antes de salir de la tienda.
-Ya nadie sabe que es o no verdad, lo que yo crea a dejando de importar, sólo quisiera que acabara pronto, ya nadie viene por miedo o algo así.-dice con tristeza y preocupación por su negocio. Y era verdad, había muy poca gente que se acercaba a las tiendas de música.
-Suerte...-salgo de la tienda y voy a la esquina Bartonelli. Ahí, músicos como yo, tocan hasta las seis de la tarde o eso creía todo el mundo.
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-¿Estás tomando la fórmula? .-asentí con resignación.- Sabes que puedes regresar, ¿no? Te extrañamos bastante.
-Prefiero estar sola.-Al menos eso creo, aunque si pudiera encontrarte todo sería distinto.-Además, te veo muy bien, imagino que estás feliz.
-Con Xapá cualquiera puede.-sonrió, pero no era una sonrisa dulce, parecía maliciosa, casi traviesa, una sonrisa que daba miedo.- ¿No es así?-de pronto su sonrisa pasó a ser una expresión de enojo.-¿Qué te pasó en el rostro?-me tomó de las mejillas viendo las marcas de las uñas por el entrenamiento de hace unos momentos atrás.
-No es nada.-quito sus manos y el hombre vuelve a fruncir el ceño.-No es importante, ¿bien?
-¿Más secretos, Evolet?-me regaña con voz seria y firme.
-No soy la única con secretos, por lo menos de los dos, tú tienes los peores, ¿cierto, padre? .-Su cuerpo se tensó por completo e intentó acercarse.-Debo irme.-Me puse de pie y lo parte para ir a la salida hasta que me tomó del brazo.
-Evolet, yo...-interrumpí
-Hasta luego, me saludas a los demás.-salí de la casa con un mal sabor de boca, tan conocido que no me sorprendía.
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Llegó la hora que todos temen, la hora nocturna que todo habitante de Palacio se escondía. Al menos todos excepto De Loughrey, la cual caminaba con caja en manos, mientras buscaba al remitente. Su rostro reflejaba preocupación y caminaba rápidamente.
Y ahí estaba el desconocido tocando la misma canción que el primer día que se lo topó.
Evolet se detuvo a unos cuantos metros del chico de unos veintitantos años. Reflexionaba si era adecuado acercarse o si era buena decisión hablarle.
-Hola.-El muchacho sonrió divertido dejando de tocar.-Pensé que no ibas a venir nunca.-sus manos pasaron al antifaz acomodandolo.-Bueno, aunque lo que hay en esa caja.-señala.-Cambia muchas cosas.
-¿Quién eres y cómo lo sabes?-la chica intentó sonar firme pero sus manos temblorosas la delataban.
El saxofonista río de manera burlona.-¿Es lo que más te importa ahora? .-arqueó la ceja como si intentara analizar a la chica por completo de pies a cabeza. No era difícil saber que ambos no se entendían.
-No voy a ayudarte hasta que me digas quién eres y como sabes esto.-le enseño el interior de la caja con cierta desesperación.
El saxofonista se acercó a Evolet con calma, nunca la tocó, sin embargo la chica se puso nerviosa al instante y dio un paso hacía atrás.
-¿Alguna vez has intentado escapar, Evolet?-la voz del muchacho era tranquila y suave, de aquellas que podrías acurrucarte y quedar en un sueño profundo. Tal vez hizo que la pelinegra se relajara y no estuviera a la defensiva. Miró la calle oscura, sólo alumbraba la poca luz que proporcionaba la lámpara de la esquina.
-¿Qué quieres decir?-Su mirada se mantenía en la caja y en su alrededor. La chica seguía teniendo dudas, sumando que la manera de hablar del chico no ayudaba, siempre como si fuera adivinanza o algo que descifrar.
-Te he observado, intentas que el mundo esté a tu favor, mientras que tú ya te perdiste en el camino, ¿Has intentado escapar?, ¿A dónde vas?,¿Qué es lo tú quieres?
Esta vez Evolet se rió burlona pero con algo de dolor pues le había dado justo en el orgullo.
-No sabes nada de mí, ¿Qué pretendes? Yo no soy la que se esconde del mundo, y está causando un desastre en Palacio, ¿Sabes siquiera lo que haces? .-la chica se acercó esta vez mirándolo fijamente a los ojos.-¿Qué es lo que buscas, ¿De qué estás escapando? Tus secretos están cambiando al mundo y tú te escondes de él. No voy a repetirlo de nuevo, ¿Quién eres?
El saxofonista sonrió de nuevo viendo la mirada desafiante de aquella que para nada era una niña, sabía la magnitud de las cosas sólo que, vive al margen por alguna razón.
-Soy otra persona con secretos, con debilidades y con historia, un egoísta si quieres verlo así, todos tenemos algo que contar, ¿no?
-No confío en ti.-murmuró Evolet de mal humor y con frustración de que sus preguntas fueran ignoradas de nuevo.
-Yo tampoco, el equipo perfecto.-susurro con tal firmeza que logró que los sentidos de Evolet se erizaran.
No hay vuelta atrás.
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Canciones de inspiración:
- "Devuélvemelo" -Babi
- "New Girl"- Finneas
Instagram: @Liristories
Spotify: La melodía de una melancolía- Playlist
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Comments
Armyes
Que hay en Esa caja??? Suspenso y misterio 😍🧐😍🧐😍 love it 💖
2022-07-28
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