Cap 4

El sol iluminaba todo alrededor, las aves cantaban felizmente y la brisa daba un aire refrescante y encantador. Una mañana exquisita sin dudas.

Pero, al abrir la ventana, lo primero que ví fue tres camionetas grandes estacionadas frente a mi casa. Se veían muy caras y al verlas ya sabía de quienes eran, la maldita familia Varez.

Al verlo, solo cerré mi ventana y hablé con mi mamá para no ir a la escuela. Después de eso, tres días seguido, paso lo mismo y en esos días no asistí a la escuela. No quería encontrarme con Leonard y ser presionada con la idea del matrimonio y mi mamá tampoco quería ponerme en esa posición. Hicimos denuncias para que la policía se encargue de ellos, pero lamentablemente el dinero pudo con ellos.

Finalmente llegó viernes, el día de un examen importante y por más qué quisiera faltar, no podía. Solo debía salir y evitar contacto con todos los que se me acercaran.

Al salir de mi casa, note a todos ellos que voltearon a verme, se sintió incómodo y a la vez terrorífico.

Empecé a caminar rápido para salir de esa área, pero una de esas camionetas iba siguiéndome en todo el camino a la escuela.

Cuando estuve a punto de llegar, escuche que la puerta del vehículo se abrió y salí corriendo a la entrada de la escuela, entre rápido al establecimiento y me senté en mi pupitre con el corazón en la boca.

Fede aún no llegaba a clases y por un lado eso era bueno, no quería que se preocupara viéndome de esta forma.

Al comenzar la clase, nos dieron las hojas del exámen y todos empezamos a completarlo.

Pero, aún seguía sin asistir Fede, extrañamente me sentí nerviosa y me cuestionaba si le ocurrió algo, por alguna razón había algo que me hacía sentir inquieta, tenía miedo de que la familia Varez, está vez se metieran con él.

En medio del exámen, escuche a la profesora llamarme y me dijo que alguien me buscaba.

Me levanté del pupitre y salí del curso, al terminar de completar el examen. Al salir vi nuevamente a Leonard, mis pies como si tuvieran mente propia ya estaban caminando nuevamente hacia el curso, hasta que escuche a Leonard hablar.

—¡Acepta el compromiso, no puedes escapar de esto!

Una lágrima se deslizó sobre mi mejilla, ya estaba cansada de este asunto y del mismo cansancio solo me brotaban lágrimas que decían "Ya detenganse, por favor".

—¿De qué sirve aceptar o no? —Lo mire seriamente y con lágrimas brotando sobre mis ojos— Si me sigo negando, seguirán insistiendo ¿¡De que sirve negarme, si van a seguir insistiendo!?, ¡NI SIQUIERA SÉ PARA QUE PREGUNTAN, SI MI RESPUESTA NO VALE NADA PARA USTEDES!

Sin darme cuenta, en medio de lo que decía mi voz se quebró en llanto y en ese momento recibí una llamada de Fede.

Al contestar, lo primero que escuche fue que estaba llorando.

—¿F-Fede? ¿Qué sucede? —Estaba preocupada.

—[¡U-Unos hombres de traje vinieron a mi casa y empezaron a romper todas las cosas, casi lastiman a mi familia!] —Su voz se escuchaba quebradiza por el llanto y miedo que sentía.

Levanté la vista y vi a Leonard.

—¿Fueron ustedes? —Mi voz se iba tornando más serio— ¿¡FUERON USTEDES!?

—¡Les advertimos sobre esto, mientras más sigues posponiendo aceptar la propuesta, más resultará herida las personas a tu alrededor!

—[¡Miranda, ¿De qué están hablando?] —Pregunta Fede del otro lado de la línea.

Pongo el teléfono sobre mi oído.

—¡Fede, yo... Lo siento mucho *snif*...

—[¿De qué están hablando? ¿Porqué te disculpas?] —Su voz transmitía confusión.

—¡Vamos a terminar con nuestra relación, será lo mejor para todos!

—[¿Qué?, no, esto debe ser una broma. No lo hagas, yo te amo *snif* por favor, no...]

—¡Lo siento! —Corta la llamada y empieza a llorar.

Después de llorar unos segundos, se seca las lágrimas y vuelve a la seriedad.

—¡Acepto el compromiso!, Una vez que me case, me tienen que garantizar que ayudarán a mi mamá con lo que le haga falta, y no se volverán a meter con las personas de mi alrededor.

—Eso dalo por hecho, señorita —Lo dice cortésmente.

Esas fueron las palabras que me dirigieron al matrimonio que tanto quería evitar y que nunca pensé que llegaría a tener.

La vida me demostró en ese momento, que las cosas son impredecibles y que hay cosas que por más que intentes, no puedes evitarlas.

Desde ese día me la pasaba todo el tiempo con mi mamá, compartiendo pasatiempos antes de que me vaya y tratando de consolarla después de decirle que acepte el compromiso.

Parece que la vida quería que me case de verdad, los días pasaron volando y sin darme cuenta cada vez faltaba menos de una semana para convertirme en la esposa de un desconocido.

Se convertiría en un matrimonio amenazante para mí, ya que lo acepté en base a las amenazas de que las personas que más quiero salgan lastimadas.

Y no era justo que por culpa mia, eso sucediera.

El día finalmente llegó.

Vinieron las sirvientas de la familia Varez a mi casa y trajeron el vestido y el maquillaje.

Sin dudas me veía como una novia, pero no me sentía como tal.

Al llegar al lugar de la ceremonia, Vi a muchos reporteros y periodistas esperando en la entrada, se sentía como estar en una fiesta de galas en la que asisten los famosos.

Al salir de la limosina, con el vestido blanco y el velo delicado, sobre mi rostro. Las cámaras se dirigieron hacia mi y empezaron a grabar la entrada, la ceremonia se transmitió en vivo en varios canales de televisión, y uno de los televidentes era Fede, que veía la transmisión con lágrimas descontroladas y el corazón roto.

Al caminar por el pasillo, sentia todas las miradas puestas en mi. Y yo solo lloraba bajo el velo, pensado "Este día se suponía que debía ser el más feliz de toda mi vida, pero la estoy pasando con la persona equivocada".

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