Capitulo 5.

Pequeña simbología: los textos que están entre los paréntesis son los pensamientos de quien habla.

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–Nain: ¿Qué? - me paré de la cama e intente salir de la habitación - déjame salir.

El me miró de pies a cabeza. Mi cuerpo se estremeció, no soportaría más tiempo de pie si sigue liberando feromonas.

–Nain: Caín déjame salir - comencé a asustarme. El me tomo de los hombros y me tumbo en la cama con fuerza, al mismo tiempo que liberaba una cantidad espeluznante de feromonas, perdí la fuerza, mi cuerpo comenzó a calentarse, ya no tenía control sobre el.

–Caín: Ves, tu cuerpo reacciona a mi.

–Nain: Aaaah, aaaah, alejate aaah.

Lo empuje con la poca fuerza que me quedaba. Me tomó las muñecas y las inmovilizó contra la cama.  Me asusté aún más.

–Nain: Caín alejate! Aaah, aah - mi respiración se volvió acelerada, sus feromonas me mareaban, si sigue así, perderé el conocimiento.

–Caín: ¿Crees que no me doy cuenta? Esparciendo feromonas por toda mi casa, es una clara invitación, también tengo necesidades, ¿Sabes? Un alfa y un omega en una sola casa, no podía resistir más tiempo. - se acercó a mí cuello, su respiración hizo que mi cuerpo se estremeciera.

–Nain: aaah, aaah, suéltameeeehh... Caín, suéltame, yo no quiero esto, no sé de qué estás hablando.

Él se despegó de mi cuello, me miró.

–Caín: Te quitaré esto - tomó los botones de mi camisa y comenzó a desabotonar.

–Nain: No hagas eso, no lo hagas, suéltame, intente zafarme de él.

*Forcejeo*

–Caín: Quédate quieto, aún puedo liberar más feromonas.

El aire se volvió más espeso, ya no podía moverme ni un centímetro.

–Nain: aaaah, aaaah, Caínnn aaaah, detente, para, no hagas estooooh aaah.

Cada botón que desabrochaba hacía que sus dedos rozaran contra mi piel, me estremecía al sentir su contacto.

Lo miré con lágrimas en mi ojos, su rostro estaba inexpresivo.

*Toc* *toc*

–Sarag: Joven amo, ¿Está bien?

–Nain: (lo no estoy, ayúdame, Sarag)

–Caín: Vete de aquí! - ordenó.

–Sarag: El joven amo esta bien?

–Caín: Vete Sarag, no me hagas repetirlo.

Estaba inmóvil contra la cama, no podía moverme y el Alfa arriba mío estaba por terminar de desvestirme.

–Nain: (Sarag, ayudame) - cerré los ojos y las lágrimas cayeron por mis mejillas.

Desabrochó el último botón.

–Nain: (no veas, no lo veas) (detente Caín, no veas eso, no veas ahí) aaaaah, aaah, aah - era lo único que podía salir de mi boca.

–Caín: Tu boca dice que no quiere esto, pero has visto tu cuerpo? Está mojado aquí - tocó mi miembro con su mano.

*Estremecerse*

–Nain: aaaaaah! - exclamé - (detente, no me toques, no quiero hacer esto, detente!)

Mis ojos llorosos lo miraron, él abrió por completo mi camisa, se detuvo.

–Nain: aaah... Aaah, aah, (no mires eso, no mires ahí)

–Caín: ¿Qué es esto?

–Nain: aaah, aaah, alejate, aah alejate de mi aaah - dejó de emitir feromonas.

Mi respiración comenzó a calmarse.

–Caín: ¿Qué es esto? - abrió más mi camisa, miró todo mi abdomen y tórax. Se quedó mirándome.

Me levanto, yo no tenía fuerzas, me quitó completamente la camisa, miró mis muñecas.

–Caín: ¿Qué te sucedió?

–Nain: alejate de mi - arrebate mis manos, tomé mi camisa y me tapé. Me acurruque en posición fetal en la cama, cubriendo mi rostro con las almohadas - sal de aquí, vete...

–Caín: ¿Qué fue lo que te sucedió ahí?

Intentó acercarse.

–Nain: ¡No! ¡Alejate! ¡No me toques, vete de aquí! - exclamé, mis lágrimas no paraban de salir, mi cuerpo aún se estaba tranquilizando.

–Cain: Nain...

–Sé que él está aquí! ¡Voy a entrar!

–Sarag: Señorita, no puede pasar.

–¡Quítate! ¿Dónde está? Esa perra, cómo se atreve a casarse con mi Caín!

–Caín: Mierda, ¿qué hace ella aquí? - dijo en voz baja.

Mi llanto se ahogaba en la almohada.

Caín me miró unos segundos, tomó su camisa y salió de habitación.

–Aquí estás!!! ¿Dónde está ella?

–Caín: ¿Qué estás haciendo aquí?

–Eso es obvio! Vine a matar a esa perra!! ¿Dónde está? - miró detrás de Caín - en ese cuarto, ese cuarto es... La voy a matar, tuvo sexo con mi hombre! ¡Déjame pasar!

–Caín: ¿A dónde vas? - la tomó del brazo y la devolvió.

–Sarag: Lo siento amo, trate de impedir que entrara.

–Caín: Sarag, entra a la habitación.

–Sarag: si amo - la ama de llaves entró tan rápido como pudo a la habitación.

Caín se quedó con la mujer en el pasillo.

–Caín: Te vas a ir ahora - la tomó del brazo y la arrastró hacia abajo.

–¡Suéltame! ¡Suéltame! - se zafó - ¿por qué haces esto?

–Caín: Sara, lo nuestro terminó hace mucho tiempo, supéralo. Ahora vete de aquí, no eres bienvenida.

Caín cerró la puerta y sólo se escucharon los gritos de la mujer.

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–Sarag: Joven amo, ¿está bien? Joven amo.

–Nain: Sarag - me levanté y abracé a la mujer, hundí mi rostro en su cabello ondulado - las vio, vio mis cicatrices - comencé a llorar - le dije que no lo hiciera, me tocó - continúe llorando.

–Sarag: Lo siento, joven amo... Lo siento, no pude hacer nada.

–Nain: Sarag... ¿Qué haré? El quiso... quiso abusar de mi... además vio mis cicatrices, las vio... - apreté la ropa de la mujer, ella acarició mi espalda.

–Sarag: Sé que es difícil, no te preocupes, ya estás a salvo.

Continúe llorando.

Esa noche no salí de mi habitación en ningún momento. Me quedé en cama, los ánimos que tenía se desvanecieron de un momento a otro.

Sarag entró a la habitación.

–Sarag: Beba esto - me dio una pastilla - lo ayudará con... Con sus feromonas...

Tomé la pastilla rápidamente. La miré.

Ella me devolvió la mirada, esa mujer tenía unos ojos compasivos.

Salió de mi habitación.

Toqué mi cuerpo, lo palpe, después escondí mi rostro entre mis rodillas.

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Pasaron varios días desde el incidente, ese hombre siguió normalmente, yo a veces tenía pesadillas, volví a encerrarme en mi habitación. Se escuchaba como Caín tenía sexo en su habitación, por lo menos cambio de lugar.

Tomé los lienzos que había llevado y escondido ahí, comencé a dibujar. El dibujo me relaja, hace mucho no lo hacía. Me perdí en la pintura, pincelada tras pincelada, parecía que me perdía del mundo real cada vez más, me gustaba.

No sé cuántas horas pasé pintando hasta que me detuve, miré por la ventana, ya era de noche, las estrellas se veían claramente.

Mire hacia abajo, Caín estaba fumando afuera, el humo del cigarro era llevado por el viento, lo miraba y solo conseguía tenerle rencor y miedo.

Entré de nuevo y cerré la ventana, el volteó a ver hacia mi habitación, se quedó mirando unos segundos, después regresó la vista.

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La mañana siguiente.

*Toc* toc*

El sonido de la puerta me despertó.

Froté mis ojos con las manos - Pasa Sarag - dije adormilado.

Nadie entró.

–Caín: No soy Sarag - mi cuerpo se estremeció.

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