Emma sintió un insoportable dolor de cabeza, lo que la obligó a abrir los ojos. Estaba en una camilla en la enfermería de la Academia. Veía borroso, alguien estaba sentado cerca de ella. Agudizó la vista y pudo notar que era Travis, estaba dormido en una silla a su lado.
Ya era de día, así que debió pasar toda lo noche allí. Las demás camas estaban vacías, ella era la única que ocupaba una de las veinticuatro camillas que había. Se sentó con dificultad, e intentó recordar lo que pasó. Recordaba haber enterrado al pobre hombre destripado, también terminar la misión degollando al demonio. Y luego... un terrible dolor de cabeza. Tocó su frente, tenía una pequeña herida cubierta por unas banditas caseras. Dedujo que fue la enfermera quien se las puso allí.
La puerta de entrada, grande y alta, hecha de madera, se abrió de par en par. Era Luke que buscaba desesperadamente algo. Al ver a Emma corrió hacia ella. Se paró a su lado y puso la mano en la mejilla de ella.
—¿Cómo estás? Escuché a la enfermera decir que estabas aquí y vine volando.
Le sonrió algo adolorida.
—Estoy bien, no te preocupes. Oye, ¿sabes qué pasó? —dijo, mientras se sostenía la cabeza por el dolor.
Luke guardó silencio mientras se miraba las manos, parecía algo nervioso.
—Puedes contármelo, no me altero fácilmente —lo tranquilizó, y sostuvo una de sus manos.
Luke se vio acorralado, así que no tuvo más opción que contar lo que sabía.
—No escuché mucho, solo que anoche, en el bosque, cuando terminaron la misión, alguien te golpeó con un bate e intentó... pues... violarte. Pero no te preocupes, Travis llegó a tiempo antes de que pudiera hacerte algo. Pero...
—Pero qué Luke, dime.
—Bueno. Parece ser que Travis no pudo controlarse y... lo asesinó.
—¡¿Asesinó a un civil?! —exclamó Emma.
—Sí, eso parece ser. Por eso lo suspendieron, no puede hacer misiones por una semana.
—¡¿Qué?! Hugh, ¡diablos! —gritó, despertando a Travis.
Abrió los ojos y vio a Emma sosteniéndole la mano a Luke.
—Aléjate, rarito —le dijo Travis a Luke y lo empujó hacia atrás—. ¿Cómo estas Emma?
—¿Que cómo estoy? ¡Furiosa! ¡Cómo se te ocurre matar a alguien!
—¿Eso es lo que te molesta? ¡Lo hice para salvarte!
—¡Con solo noquearlo bastaba! No había necesidad de agregar otro cadáver a la lista, Travis.
—No es tan simple... él tenía sus asquerosas manos sobre ti. Simplemente me nublé, cuando entré en razón ya lo había matado a golpes.
Emma sintió la ira de Travis. Ella sabía cómo se ponía cuando no podía controlarse.
—Dame tus manos.
—¿Qué? —preguntó Travis.
—Que me des tus manos —Travis obedeció.
Estaban todas lastimadas, seguro por los golpes que le dio a ese asqueroso ser. Sus nudillos estaban llenos de sangre seca.
—No te desinfectaste.
—No te preocupes por mí —retiró las manos de las de Emma— Tú eres lo único que importa ahora.
Emma sonrió. Admiraba como se preocupaba más por los demás que por él mismo.
—Lo único que importa ahora es que estás suspendido. ¿Cómo haremos para conseguir dinero? Lo necesitamos para pagar la matrícula, ya casi estamos a fin de mes.
—Hablé con la directora para intentar disuadirla, pero no sirvió de nada. Estoy suspendido y no puedo salir de la Academia por una semana.
—¡Mierda! —exclamó Emma.
Luke se acercó a Emma.
—¿Podemos hablar? —dijo Luke—. A solas.
—Claro —respondió ella—. Ve a clases, Travis.
—¿Qué diablos dices? Ni loco voy a dejarte aquí sola.
—No estaré sola, Luke está aquí.
—¿Quieres que te deje con el rarito?
—Travis.
—¡No! Todo este tiempo hice exactamente lo que me dijiste pero no esta vez, no voy a dejarte cuando estás herida.
—Travis, escúchame...
—¡NO! —rugió Travis.
Emma le dedicó una mirada de consuelo. Tomó su mano y la besó, esto hizo que Travis quedara helado.
—Gracias por cuidarme con tanto fervor, no sé qué haría sin ti. Pero necesito que me escuches. Ya te suspendieron, no podemos darnos el lujo de que faltes a clase, este es el momento donde debes dar una buena impresión a nuestros superiores. Entiendo por qué no quieres dejarme, pero necesito que confíes en mí, sé lo que hago. Por favor.
Emma le suplicó a Travis, él sintió un pinchazo en el pecho. ¿Por qué demonios quería estar a solas con aquel extraño? Trató de no pensarlo demasiado. Él confiaba con su vida en ella y esta vez no sería la excepción.
—Apenas te den el alta, ve directo a nuestra habitación, te esperaré allí —dijo seriamente. Se soltó de su mano y salió de la enfermería sin mirar atrás, si no sabía que se arrepentiría.
—Bien —dijo Emma—, ya estamos solos. ¿De qué querías hablar?
—Yo... —Luke no sabía por dónde empezar.
—¿Sí?
—Bueno, como ya sabes no tengo compañero. No me conoces bien, pero puedo asegurarte que puedo ser un muy buen familiar, todo lo que necesites puedo hacerlo. Sé que es repentino, pero...
—Para —lo interrumpió Emma—. ¿Tienes idea de lo que es ser un familiar?
Luke la miró sorprendido, no esperaba ese tipo de respuesta.
—Sí, lo sé —respondió.
—No creo que entiendas bien. Si fueras mi familiar, se crearía un lazo entre nosotros que sería de por vida, no puede romperse no importa lo que hagas o quieras. Ya no serías una persona independiente, necesitarías estar conmigo. Sentiríamos lo que siente el otro. No solo eso, sino que, inconscientemente, estarías preocupándote por mi todo el tiempo, sentirás que debes protegerme constantemente, tu vida giraría en torno a mí. Y yo no puedo hacer lo mismo por ti, ya tengo otro familiar, Travis. Tendría que dedicarles tiempo a ustedes dos por igual, no habría preferencias. Además, podrías morir por mi culpa. Y si no es así, ¿estás dispuesto a tener que pasar el resto de tu vida a mi alrededor? ¿Dices que voluntariamente quieres renunciar a todo, solo para ser mi familiar? Nadie en su sano juicio haría algo como eso y mucho menos por alguien que ni siquiera conoce. Deberías pensarlo mejor.
Luke entendió rápidamente lo que Emma estaba tratando de hacer. Ella quería asustarlo para no arruinarle la vida, pero había tantas cosas que ella no sabía. Le tomó la mano y la miró a los ojos.
—Estoy dispuesto. No voy a encontrar a nadie mejor que tú para dedicarle mi vida y mi lealtad.
—¿Cómo sabes eso? —preguntó Emma desconcertada.
—He escuchado muchas cosas de ti, eres exactamente a quien he estado buscando.
—Luke, los rumores son solo eso, rumores. No puedes fiarte de ellos —dijo ella, y soltó su mano.
—Voy a descubrirlo —respondió con una dulce sonrisa en su rostro.
Emma suspiró, ya no sabía que decirle para convencerlo de retractarse y, por otro lado, tenía que seguir trabajando para la Academia, si no, no llegaría con los gastos. Debía conseguir otro familiar. Debido a las desesperadas circunstancias, decidió rendirse.
—Está bien —dijo—. Esta noche, en el árbol de manzanas de Lilith, nos veremos allí a medianoche.
—¿La hora de las brujas? —dijo Luke con un tono agraciado en su voz.
—Es la mejor hora para hacer pactos.
***
Travis estaba cansado de caminar por toda la habitación, así que decidió sentarse en su cama. Las horas pasaban y Emma no volvía. Él tenía muchas virtudes, pero la paciencia no era una de ellas. La puerta se abrió e instintivamente se puso de pie. Era quien tanto estaba esperando, su compañera.
—¡Emma! —exclamó Travis mientras corría hacia ella.
La tomó entre sus brazos y la elevó en el aire.
—Solo estuve en enfermería un par de horas —dijo Emma, sorprendida por la exagerada reacción de Travis.
—Fue como una eternidad —dijo con añoranza en su voz—. Estaba preocupado... estúpida.
Emma rió. No era Travis si no decía alguna grosería.
—Estoy bien, ya bájame.
La bajó suavemente hasta que ella pudo tocar el suelo con los pies.
—¿Nos preparamos para dormir? Ya van a ser las diez de la noche —dijo Travis inocentemente—. Mañana tenemos clases temprano y debes descansar.
—Acerca de eso... —susurró Emma.
—¿Qué? ¿Qué pasa? —dijo, asustado.
—Bueno, verás, pasó una cosa e hice otra cosa y terminó así.
Travis arrugó la nariz y frunció las cejas. A Emma le parecía muy graciosa esa expresión, cuando ponía esa cara era porque no entendía absolutamente nada.
—¿Tan fuerte te golpearon la cabeza? —dijo mientras la revisaba.
Emma lo alejó.
—No, no es eso. Mira, no sé cómo decírtelo. Así que te lo mostraré. Pero te aviso de ante mano que no te va a gustar... para nada.
—No me asustes, ¿qué diablos hiciste?
—Solo ven.
Emma acunó el rostro de Travis con las manos y lo acercó al suyo. Hizo que sus frentes se tocaran y cerró los ojos, Travis hizo lo mismo. Él comenzó a ver con claridad los recuerdos de ella. Eso se llamaba «entresoñar», era una habilidad que tenían los cazadores con sus familiares, podían compartir sus recuerdos entresoñando. Solo podían hacerlo entre ellos. Esto era gracias a su lazo infernal, inquebrantable e interminable.
Ella le enseñó su charla con Luke. En el momento en que vio cuando Emma aceptó a Luke como su familiar, Travis se alejó bruscamente.
—Dime que es una broma, dilo.
—Lo siento, Travis, no lo es.
Travis caminó hasta su escritorio y lanzó todo lo que había en él violentamente. Su respiración comenzó a acelerarse y gruñidos salieron de su boca. Por la rabia que sentía estaba a punto de convertirse. Emma rápidamente corrió hacia él y apoyó una mano en su pecho.
—Tranquilo, respira como lo practicamos. Escucha solo mi voz —dijo ella, tratando de tranquilizarlo—. Cierra los ojos. Inhala, exhala.
Él obedeció y respiró profundamente. Una vez calmado, miró a los ojos a Emma.
—¿Cómo pudiste? Prometiste que seríamos solo tú y yo. Por siempre. ¿O acaso lo olvidaste? —dijo Travis con los ojos brillosos.
—¿Cómo podría olvidarlo? —dijo Emma, y lo abrazó—. No pienso romper mi promesa, seremos siempre tú y yo. Pero necesitamos ayuda, necesitamos el dinero. Se acerca la fecha límite para pagar la matrícula, si no tenemos lo suficiente nos echarán de la Academia y este es nuestro hogar, Travis, no podemos abandonarlo.
—¡Ni siquiera lo conoces! ¿Y piensas tenerlo como familiar? ¡Si sabes lo que es eso! ¡Estarán conectados de por vida! ¿Acaso no soy suficiente para ti?
—Travis, no digas eso, no es así. Además, tú y yo tampoco nos conocíamos bien cuando hicimos nuestro pacto —respondió Emma.
—Ni se te ocurra compararlo con nosotros. ¡Fue totalmente diferente!
—Ya tomé mi decisión, no puedes cambiarla.
Travis la abrazó fuertemente.
—Entonces venderé mi moto, y si no alcanza, lo venderé todo. No me importa, solo me importa lo nuestro. Encontraré la solución, solo no hagas esta locura.
—Travis, no permitiré que vendas tu moto, es lo que más quieres en este mundo.
Travis la alejó para verla a los ojos.
—Nuestro lazo es lo que más quiero, Emma.
Ella tocó su mejilla.
—Nuestro lazo no se romperá, solo tendré a otro familiar. Seguiremos estando juntos, esto no es una despedida.
Travis la soltó y se dio vuelta.
—Para mí lo es.
—Travis...
Emma quiso tocar su mano, pero él la alejó bruscamente. Giró hacia ella y le dedicó una mirada llena de furia.
—¿Quieres al rarito como familiar? ¿Quieres compartir el resto de tu vida con él? Está bien, haz lo que quieras. Pero ya no estaremos juntos.
—¿Tanto odias a Luke? ¿Qué te hizo?
—Ahora mismo, te alejó de mí.
—No es cierto, estoy aquí contigo.
—Pero ya no será así. En el momento en el que pactes con él, ya no seremos tú y yo. Él siempre estará metido en el medio. Así que elige ahora mismo, él o yo.
—No me hagas elegir.
—¡Él o yo! —exclamó Travis.
Emma se encontraba entre la espada y la pared. Por un lado, seguir con su compañero y tener que dejar el lugar que fue su hogar desde los doce años y, por otro lado, tener un nuevo compañero y no abandonar su hogar, pero estaría en discordia con Travis. Ella lo miró con tristeza.
—Entonces, así son las cosas —dijo Travis, y se fue de la habitación azotando la puerta.
Emma cerró los ojos y percibió como las lágrimas comenzaban a deslizarse por sus mejillas. Sintió un insoportable dolor en el pecho y un gran nudo en la garganta. Había perdido a Travis, y no sabía cómo haría para recuperarlo.
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 20 Episodes
Comments
Maria Hernandez
es demasiado difícil cuando alguien te pone a escoger lo sé muy bien xq a ya me ha sucedido
2022-07-06
0
Marina Hinostroza
No, que lástima que Travis se vaya, también se me hace raro el otro chico.
2021-07-29
0