#3 PERDÓNAME PAPÁ

Daniela conducía con cuidado rumbo a su casa y allí con su hija se dieron un baño, cambió a su hija se cambió ella, poniendo ropa de ambas en un pequeño maletin y al salir las lagrimas se le caían al poner un listón negro en la puerta de la bodega con un letrero en la puerta que decía:

"CERRADO POR DUELO, MI PADRE EL SEÑOR ERNESTO JONES SE VELARÁ EN LA CAPILLA DEL SANTO SEPULCRO EL DÍA DE HOY Y MAÑANA SERÁ SEPULTADO EN EL CEMENTERIO CENTRAL DESPUÉS DE LA MISA DE CUERPO PRESENTE QUE SERÁ A LAS DIEZ DE LA MAÑANA".

Tomó un taxi y fueron al velorio, a dar el último adiós al padre que no la abandonó, que las quiso a ambas hasta el último momento de su vida.

La capilla donde se velaba Don Ernesto Jones se comenzó llenar de vecinos, clientes, proveedores, y hasta los de la granja estaban presentes, esa noche Daniela se quedó con su hija en la capilla, no quería dejar a su papá solo siendo acompañada por algunos vecinos que eran amigos de muchos años atrás con su padre, a Alicia la hizo dormir en un apartado que había a un costado con sofás y sillones, pero ella se sentó muy cerca para poder cuidarla.

Viendo que su hija dormía profundamente pidió a una vecina que la vea mientras ella se acercaba al ataúd de su padre, donde se desmoronó por completo, lloró abrazada de aquel féretro pidiéndole perdón por no haberse dado cuenta de que estaba con cáncer, las vecinas que se quedaron a acompañarla la hicieron que se calme y hablaron con ella diciéndole que no se sienta culpable, porque nadie se dio cuenta y seguro ni el mismo.

En la mañana se bañó y bañó a Alicia cambiándose con la ropa oscura que trajo en el maletín y a Alicia le puso ropa blanca.

Después de la misa se fueron al cementerio donde fue sepultado en medio de lágrimas de Daniela y de Alicia, así como de la gente que lo conocía y estimaba.

De regreso a su casa no sabia como enfrentar la ausencia de su padre, el se sentía en cada rincón de la casa por que cada rincón fue decorado por sus manos.

Daniela acostó a su hija contestando mil preguntas de su abuelo, ya a solas en su habitacion bajo el agua de la ducha pudo llorar y sabía que se quedo sola con su hijita, los sueños de poder estudiar se esfumaron.

Gracias a su padre tenía esa hermosa casita de dos niveles, que aunque era pequeña tenía todas las comodidades, tenía también esa bodega que sería el ingreso que la sostendría.

Al día siguiente se despertó muy temprano se dio un baño y fue donde Alicia tomó una cobija grande la envolvió y la puso en la parte trasera de la camioneta. Salió rumbo a la granja y se asombraron al verla, pero surtieron todo lo que ella les pidió, de ahí se fue a donde le vendían las frutas y compro todo lo que faltaba.

Manejó de regreso a casa y ya Alicia estaba despertándose. La pequeña Alicia cambió de tener un carácter dulce a ser dura con su madre.

Alicia: "Mamá yo no quiero ir contigo a la granja y menos que me saques de madrugada dormida".

Daniela: "Hijita, no puedo dejarte sola, eres muy chica, pero tampoco puedo dejar de surtir a la bodega".

Alicia: "Yo ya soy una niña grande, tú vas a la granja y yo me quedo durmiendo, me despertaré con la alarma, me baño y alisto tranquila, mi papá Ernestito ya no está tengo que ser una niña valiente él lo hubiera querido así, ya yo te espero lista para que tomemos el desayuno e ir a la escuela, ahora permiso que se me hace tarde ve ordenando las carnes y haces algo de desayuno".

Daniela pensaba en si sería la mejor solución, pero ordenó las carnes y le hizo desayuno a Alicia que ya bajaba lista para la escuela, Daniela ya debería tener la bodega abierta pero espero que Alicia tome desayuno y la fue a dejar a la escuela.

Al regreso pensaba que esa no era la solución, que perdería clientes por no abrir a la hora y le daba miedo descuidar a su hija, sacando las cuentas le alcanzaba para contratar a alguien que la ayude por horas al menos y pensó que la más idónea era la señora Maria muy amiga de sus padres, una señora en la que ella confiaba mucho, además que en la casa había cámaras para monitorear todo desde su celular mientras ella no estaba.

Ella vivía antes de llegar a la bodega y quedo viuda hacía algunos años, con sus cuarenta años vivía de su pensión de viudez pero no tenía hijos.

Daniela: "Señor Maria, perdón si molesto, pero quería preguntarle si me puede ayudar con Alicia mientras yo traigo mercadería, pero iría a mi casa cómo a las seis y media de la mañana, me la despierta la ayuda, ya después me la lleva y me la trae de la escuela, yo le pagaría por eso, no puedo dejar de atender la bodega o perderé a los clientes".

Sra. Maria: "No te preocupes hija, yo te voy a ayudar y como no queda ni a media cuadra de aquí, hasta el almuerzo hacemos para las tres, no te preocupes la llevo a la escuela en mi carro que tu camioneta es muy grande y no sé si pueda manejarla, pero es aquí a unas cuadras así que no habrá problemas, del pago no te preocupes hasta que te repongas un poco del gasto de lo de tu papá".

Daniela se fue a abrir la bodega y mientras los clientes llegaban ella procuraba ordenar los productos, la señora Maria la vino a ayudar y entre las dos ordenaron todo correctamente.

La señora María hizo el café característico de la tienda y después el almuerzo para las tres, yendo a recoger a Alicia a la escuela.

Daniela atendió todo el día la bodega y ayudaba con las tareas a Alicia en los momentos que no venían clientes.

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