Capítulo 4 comienzo del juego 3/3

Salvatore Müller

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-Al llegar a la mansión, me dirijo a la habitación de mi hijo y lo encuentro durmiendo. Me acerco a él, acomodo su sábana y le acaricio el cabello; es lo más valioso que tengo en esta vida. Me levanto y observo su mochila a un lado, decido revisarla. Al mirar sus cuadernos, me doy cuenta de que ha realizado todas sus tareas. Es un chico muy responsable y aplicado. Al finalizar la revisión, noto una anotación donde se informa el día de celebración del Día de la Madre, junto con la invitación a la celebración que se llevará a cabo en la escuela. Cierro el cuaderno y lo guardo en su mochila.Cuando era más pequeño, siempre me preguntaba por su madre. Le expliqué que se encontraba en el cielo, y soy consciente de que necesita una figura materna, aunque cuenta con la presencia de su abuela y su tía. Dejo su mochila en su lugar y salgo de la habitación, dirigiéndome a la mía. Al llegar, me quito la camisa y el resto de la ropa, y me dirijo al baño. Mientras me ducho, mis pensamientos giran en torno a la infiltrada; no puedo negar que su belleza es sorprendente. Su forma de ser puede que ser fingida, pero me agrada. Solo espero que mañana la sorprenda.Cierro la llave y salgo del baño, dirigiéndome a mi cama, donde rápidamente caigo en un profundo sueño.Al día siguiente, después de hacer ejercicio, me dirijo al comedor, donde Stepp ya está desayunando.le pregunto-¿Cómo te fue ayer en la escuela?

-Responde él.-Bien, padre

- le pregunto-¿Quieres pasar el fin de semana con tus abuelos?

-responde-No, me quedaré aquí

-digo-Bueno, los hijos de Ángela están aquí; mi madre ira a visitarlos

-Él sonríe y dice-¿En serio están aquí? ¡Papá, llévame con la abuela! Quiero verlos.

- Stepp está muy apegado a los hijos de Ángela, especialmente a la niña, Bridget. Siempre que la ve, no quiere separarse de ella. Sin embargo, para los ojos del imbécil Uzziel, esto es un problema; no desea que ningún niño se acerque a ella, y menos aún a mi hijo. Sonrío y le digo- Bueno, entonces termina de comer, para que puedas alistar tu bolso, porque tu abuela vendrá pronto a buscarte.

- Comienza a comer su ensalada con rapidez. A los pocos minutos termina y corre hacia las escaleras. Le advierto-No corras, puedes caerte.

- Él solo se ríe y desaparece de mi vista. Me sirvo una taza de café cuando escucho a mi madre acercarse y decir- ¡Buenos días, mi corazón! -Me da un beso en la frente y pregunta- ¿Stepp?

- Le respondo- Está en su habitación alistando su bolso. Ya sabe que los niños de Ángela están aquí y cómo se pone. Ah, mamá, en tres días celebrarán el Día de las Madres en su escuela. ¿Podrías ir?

- Ella contesta-Claro que sí. Hijo, sé que no te gusta que hablemos de esto, pero no has considerado volver a casarte. Tu hijo necesita una figura materna, una madre.

- Dejo mi taza de café a un lado y le digo-Madre, ya hemos hablado de este tema. No pienso volver a casarme. Así estoy bien, no necesito a una mujer a mi lado. Stepp te ve a ti como una madre.

- Ella pasa su mano por su nuca con frustración y dice- Salvatore, hace casi siete años que tu esposa falleció. Es momento de que busques una pareja, alguien que esté a tu lado. Tú mereces ser feliz con una mujer que te ame y Stepp merece una madrastra que lo quiera. No estaré siempre aquí, y quiero saber que mi nieto tendrá a alguien que lo cuide y lo ame.

- Quedo en silencio. El día en que nació Stepp, su madre sufrió un sangrado espontáneo y no pudo sobrevivir; nunca llegó a conocer a su hijo. Esta situación me hizo sentir culpable. Hice las cosas mal con ella y, aunque intenté quererla, nunca lo logré. Sin embargo, sí sentí aprecio por ella y traté de que nuestro matrimonio fuera llevadero por su bien y por el de nuestro hijo. Nunca debí casarme con ella, pero por egoísmo la llevé al sufrimiento, cegado por mi rencor y mi deseo de vengarme de Gabriela, la mujer a quien amé y siempre amaré, aunque ya esté casada y tenga su familia. Sé que ella es feliz y, en parte, eso también me hace feliz. Pero no pienso volver a casarme y menos permitir que sienta algo por alguien. La única mujer que ocupa mi corazón se llama Gabriela Vannecelli. Le digo con determinación- Madre, esta es una decisión ya tomada, no pienso cambiar de opinión, así que, por favor, no volvamos a tocar este tema.

- En ese momento, vemos que Stepp baja. Mi madre se levanta del asiento y él la abraza. Ellos comienzan a hablar y Stepp la toma de la mano con emoción, ansioso por que se vayan. Stepp dice- Padre, ya nos vamos. Nos vemos mañana.

- Se acerca, me abraza y yo le correspondo. Le digo-Muy bien, Stepp, ya sabes, compórtate y salúdame a tus tías y primos.

- Asiente con alegría, toma la mano de mi madre y se retiran. Luego, tomo mi taza de café y me levanto, saliendo de la mansión. El coche ya me está esperando. Me subo y me dirijo a la empresa. Al llegar a la oficina, comienzo mi rutina revisando papeles y asistiendo a reuniones. Cuando miro mi reloj, faltan 20 minutos para las 12. Debo recoger a la bella intrusa, así que le pido a mi secretaria que cancele todos los compromisos de la tarde. Salgo de la empresa, me subo al coche y, tras 20 minutos, ya estoy frente al edificio. La veo salir con un vestido blanco y unas botas negras; se ve magnífica. Bajo del automóvil y me acerco, ella dice- Buenas tardes, señor Salvatore.

- Le respondo- Buenas tardes, señorita. Se ve hermosa.

- Ella sonríe. Le ofrezco mi mano para que suba al auto. Ella la toma y sube; yo hago lo mismo. El coche acelera y nos quedamos en silencio. La miro de reojo; ella juega con sus dedos y, al darse cuenta de que la miro, desvía la vista. Ella dice- Señor Salvatore, ¿a qué restaurante piensa llevarme?

- Le respondo-No te anticipes, pronto lo sabrás.

- Pasados unos minutos, llegamos. Me bajo del auto, rodeo el vehículo y abro la puerta. Ella toma mi mano y bajamos. Al ver el restaurante, expresa su sorpresa. Comenzamos a caminar hacia el interior, donde uno de los meseros nos conduce a una mesa y nos entrega las cartas. Ella dice-Este restaurante es muy bonito y elegante, pero no hay nadie, solo estamos nosotros.

- Bajo un poco la carta y le digo-Ordené que hoy solo nos atendiera exclusivamente a nosotros. No me gusta tener muchas personas extrañas alrededor.

- Ella queda sorprendida y dice-Entiendo. -En un susurro que logro escuchar, añade- Lo que puede hacer el dinero.

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