El sol de la mañana se colaba por las ventanas del comedor, iluminando la mesa donde Amelia se sentó con el ceño fruncido. Frente a ella, Leonardo revisaba papeles con su habitual expresión impasible.
Amelia López Contreras
Buenos días *dice tratando de soñar tranquila*
Leonardo Valente González
Buenos días *dice sin levantar la vista* El desayuno está servido.
Amelia López Contreras
Gracias *rodando los ojos*
Amelia López Contreras
( tan cordial como un glacial )
Se sirvió café y pan tostado, intentando ignorar la presencia imponente de Leonardo a su lado. Después de un silencio incómodo, él habló.
Leonardo Valente González
¿Dormiste bien?
Amelia López Contreras
¿Dormir bien? *arquea la ceja* si te refieres a la cama que me asignaron sin preguntar. Pues... más o menos. Pero gracias por preguntar, esposo perfecto.
Leonardo Valente González
*Levanta la mira y la observa por un instante*
sus ojos oscuros eran impenetrables pero Amelia juró ver un destello de diversión en él.
Leonardo Valente González
No planeas desafiarme todo el tiempo *dice con calma*
Leonardo Valente González
Hay límites que debes respetar
Amelia López Contreras
Oh, claro *dice sonriendo traviesa* Limites… como ¿no mirarme con esos ojos fríos? ¿O no intentar intimidarme con tu silencio mortal?
Leonardo Valente González
No estoy intentando intimidarte *arqueó la ceja*
Leonardo Valente González
Solo te advierto que no subestimes la seriedad de este matrimonio.
Amelia López Contreras
Seriedad... *tomo un sorbo de café* Que concepto tan aburrido . Yo propongo diversión y pequeñas guerras de ingenio.
Leonardo dejó los papeles y se recostó sobre la silla cruzado de brazo
Leonardo Valente González
Diversión para ti solo significa problema y esto no es un juego *dice en tono firme*
Amelia López Contreras
¡Ah! entonces tenemos que inventar reglas nuevas *sonríe traviesa*por ejemplo:
“no tomar mi café sin permiso” o “no mirarme como si fuera un proyecto a estudiar”.
Leonardo Valente González
Proyecto a estudiar *frunce el ceño* No soy un proyecto. Ni intento que lo seas tú. Solo quiero que comprendas cómo funcionan las cosas aquí.
Amelia López Contreras
¿Cómo funcionan las cosas aquí?*sonríe burlona*
Amelia López Contreras
¿me vas a dar un manual de Convivencia obligatoria con el esposo frío y perfecto?
Leonardo Valente González
*Suspira con poca paciencia*
Leonardo Valente González
No es necesario burlarse. Solo… observa y aprende. Vivir juntos implica respeto, disciplina y… límites claros.
Amelia López Contreras
*apoyó la cabeza en la mano, fingiendo aburrimiento*
Límites, límites… Qué emocionante. Tal vez haga algo inesperado solo para ver tu reacción.
Leonardo Valente González
*la mira firmemente y serio*
te aseguro que no reaccionaré como esperas. Y si cruzas la línea lo sabrás.
Amelia López Contreras
Perfecto *dice divertida* Entonces comenzamos este matrimonio como un juego de fuego contra hielo. Yo traigo el fuego, tú traes el hielo. ¿Listo, Leonardo?
Leonardo Valente González
Listo *dice con voz firme* Solo recuerda: en este juego, uno de los dos tiene que ceder. Y no esperes que sea yo.
Ambos se quedaron en silencio un momento, mirándose. Aunque ninguno lo admitiera, un extraño interés había surgido: ella quería provocarlo, descubrir qué se escondía detrás de su hielo; él, por primera vez en mucho tiempo, sentía curiosidad por la chispa que ella traía a su mundo perfecto y ordenado.
El desayuno continuó entre diálogos tensos, risas desafiantes. Y mientras el sol entraba por la ventana, Amelia y Leonardo comprendieron que esta convivencia sería más complicada —y más interesante— de lo que imaginaban.
Continuará...
Si les gustas la novela me pueden apoyar con muchos me gustas ya que es mi primera novela. Pliss
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