Una amante

...Narra Celia...

Sentí que me quemaba por dentro, un fuego que se fue extendiendo por todo mi cuerpo y que es imposible de parar.

Sentía celos, envidia y unas ganas enormes de quitarle esa sonrisa de estúpida que Lilit tenía. Si no salgo de esa habitación soy capaz de contarle todo a Lilit.

Decirle que su amado prometido y yo somos amantes. Que nos hemos acostado un par de veces y que lo hemos disfrutado a lo grande.

Intenté controlar lo que estaba sintiendo, pero, era más fuerte que yo.

Recargue mi cuerpo contra la pared, cerrando los ojos con fuerza. El corazón latía violentamente dentro de mi pecho.

El deseo que sentía por gritarle que no era todo lo que se imagina. Que Rogelio no la ama tanto como piensa.

Mis uñas se clavaron en la palma de mis manos causando unas leves heridas.

El deseo de que la boda fuera cancelada era inmensamente grande. Quería ver la cara de Lilit cuando Rogelio la dejará plantada en el altar.

Y, si no lo hacía él, yo haría el escándalo. Les diré a todos que Rogelio y yo somos amantes y que esperamos un hijo.

Aunque lo del hijo sea mentira. Anhelo tanto ver la cara de Lilit cuando sepa que he sido la amante de su prometido por dos meses y la noticia de mi supuesto embarazo.

Sin embargo, mis fantasías se esfumaron cuando ella confirmó lo que yo había sospechado.

Un hijo unirá para siempre a Lilit y a Rogelio y eso me hace quemar por dentro. Me hace preguntarme.

¿Por qué ella tenía que tener tanta suerte y yo no?

Desde niña ella tiene todo, una vida rodeada de lujos, un hermano que la ama con todo su corazón y ahora se casará con el hombre que yo quiero.

Al principio quería casarme con Martín. Él era poderoso y me daría la vida que siempre había deseado tener.

No obstante, David siempre me ha visto como una empleada más de su casa. Me trata con la punta del zapato, es hostil conmigo.

Ha mantenido la distancia y prefiere ignorarme. Nunca supe porque, he sido hermosa, soy aún más bella que Lilit.

Ella es bonita, pero, no tiene gracia. Es como un patito feo, por el cual solo sientes cariño y no deseo.

En cambio, yo, soy hermosa por fuera y fuego por dentro. Sé como llevar a un hombre a tocar el cielo con sus manos. Hacerle perder la voluntad cuando está en mi cama.

Siempre he expirado a tener una vida mejor. Pero, ser la hija de la sirvienta me ha llevado a que ningún hombre importante volteé a mirarme.

Rogelio fue el primer hombre que no me vio como una sirvienta. Fue quien vio en mí algo más en mí. A esa mujer con la que podía divertirse y pasar un buen rato en la cama.

Por algo se comienza, ¿no? Luego de acostarnos nunca se queda en casa, se viste y sale de mi departamento.

Aun así me da lo que deseo, soy su desahogo y me da lo que deseo. Pero, ya no me conformo con las sobras que me da.

Me quiero convertir en la señora San Román, y sé que un día lo lograré. Para eso debo quitar del camino a Lilit. Ella ya disfruta demasiado ahora me toca a mí.

Abrí los ojos y en ellos se refleja lo que llevó por dentro. Miré por última vez la puerta de la recámara de Lilit.

Solté un suspiro de impotencia y me alejé, en este momento era capaz de todo. Hasta de provocarle un aborto para que ese niño no la una con Rogelio.

Mientras caminaba, miré algo realmente extraño, Rogelio entró a una de las habitaciones con otra mujer. ¿Será que son amantes?

Nunca había visto a la mujer que iba a lado de Rogelio. Era realmente hermosa, parecía una modelo de revista.

Cuerpo espectacular, cabello color caramelo, alta, con curvas notorias. Rostro perfecto y vestía tan elegante.

Ella entró primero a la recámara, se veía un poco nerviosa. Luego Rogelio se asegura que nadie los vea y entra.

Rápidamente, me acerqué a la puerta de la habitación, puse mi oído cerca de la puerta, quería saber quien es esa mujer que acaba de entrar a la habitación con él.

...Narra Rogelio...

Sentía que estaba en un sueño del cual no quería despertar nunca. La veía una y otra vez y no podía creerlo que fuera ella.

Mis manos acaricianron su rostro, era ella. ¡Era ella!

Mi amada Esmeralda. La mujer que por años creí que había perdido.

_____ Roger... Está mal lo que estamos haciendo. Tú... Tú... Estás....

No permito que termine de hablar y me diga lo que ya sé. Puse mi dedo en sus labios y digo en voz baja.

______ Deja disfrutar este momento. Dejame sentir tu piel junto a la mía.

Sus manos suaves se colocan al rededor de mi cuello, su aliento golpe suavemente mi rostro.

______ Está mal, Roger. Tú pronto serás un hombre casado y yo... Y yo, soy la prometida del hermano de tu futura esposa.

______ Calla por favor. Solo estamos tú y yo. Que mundo afuera se caiga a pedazos. Solo quiero disfrutar este momento.

______ No sabes cuanto desee estar así contigo. ____ Dije sin poder controlar mis impulsos.

Nos vemos a los ojos por un corto momento. Aún puedo notar lo que siente por mí.

Sus labios rojos rozan los mío, su aroma a rosas con un toque de cítricos me vuelve loco de deseo por ella.

Fui colocando mis manos en su cintura, la acerqué más a mi cuerpo. Su piel queda muy junta a la mía.

Olvidandome por completo que era el día de mi boda. Sentirla tan cerca de mí me lleva al pasado.

Al pasado que aún recuerdo cada noche. Con el que sigo soñando.

Todavía recuerdo su cuerpo desnudo debajo de mí, sus gemidos cuando hacíamos el amor.

______ Roger, mi amor. ___ Abre sus labios, usando un tono de voz suave.

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