Plan Y Propuesta

Mi amigo Rodrigo entra a mi oficina con una sonrisa en el rostro.

—Todo salió según lo planeado me dice.—Abigail aceptó la invitación y estará en el lugar acordado en el momento preciso— Asiento con la cabeza, sin mostrar emoción alguna.

—Bien— le digo. —No toleraré errores, Asegúrate de que todo salga perfecto— Miro a Rodrigo con una mirada fría y calculadora.

—Quiero resultados, no excusas—

Mi amigo asiente nerviosamente, sabiendo que no debe decepcionarme.

—Sí, por supuesto—dice rápidamente. —Todo estará perfecto— Me recuesto en mi silla, mirándolo con una sonrisa cínica.

—Más vale—le digo.

—Todo saldrá bien—

Rodrigo se apresura a salir de mi oficina, sabiendo que no debe quedarse más tiempo del necesario.

Me quedo solo, reflexionando sobre mi plan. Abigail es un objetivo, un peón en mi juego de poder y control. No tengo intención de dejar que mis emociones se interpongan en el camino de lo que quiero. Me levanto de mi silla y me acerco a la ventana, mirando la ciudad con una sensación de superioridad. "Pronto", me digo a mí mismo. "Pronto será mía".

Rodrigo entra a mi oficina, interrumpiendo mis pensamientos.

—Señor, es hora de irnos— dice.

—la señorita abigail estará esperando— Asiento con la cabeza, sin mostrar emoción alguna.

—Vamos— le digo. Me levanto de mi silla y me dirijo hacia la puerta, sin esperar a que el me siga.

Él sabe que debe mantenerse a mi lado en todo momento. Salimos del edificio y nos dirigimos hacia el lugar acordado, un café elegante cerca de su universidad. Estoy listo para poner en marcha mi plan y ver cómo reacciona Abigail cuando se dé cuenta de quién soy realmente....

POV ABIGAIL

Inicio otro día más, me encuentro en la universidad.

Recibí un mensaje de texto de un número desconocido, pero el mensaje en sí parecía legítimo.

–"Hola Abigail, soy Mateo de Economía. Necesito tu ayuda con un proyecto y quería discutirlo contigo. ¿Puedes reunirte conmigo en el cafe de la 13 el que está cerca de la universidad  a la 1 pm?–Me pareció un mensaje normal, alguien que necesitaba ayuda con un trabajo y quería discutirlo conmigo.

Había hecho trabajos para varios estudiantes de la universidad a cambio de dinero, así que no me pareció extraño recibir un mensaje de este tipo.

Me pregunté quién podría ser Mateo, pero no le di mucha importancia. Pensé que probablemente sería un estudiante que había conocido en alguna clase o en el campus. Respondí con un simple

—Sí, allí estaré—y seguí con mi día, pensando que sería una reunión más para discutir un trabajo y ganar algo de dinero. Me sentí un poco contenta de tener otra oportunidad para trabajar y ganar algo de dinero, y no vi nada malo en ello.

Llegó la hora de irme al café. Me levanté de mi silla y recogí mis cosas, lista para reunirme con Mateo. Me dirigí hacia el café, caminando por el campus universitario mientras pensaba en lo que podría discutir con él.

Al llegar al café, busqué un lugar tranquilo donde sentarme y esperar a Mateo. Me senté en una mesa cerca de la ventana y pedí un café mientras esperaba.

Miré mi reloj y vi que era la hora exacta que habíamos acordado. Estaba un poco ansiosa por conocer a Mateo y empezar a trabajar en su proyecto.

Wilians entró al café con una mirada intensa y segura. Su presencia parecía llenar el espacio, y yo no pudo evitar notar su llegada. Se dirigió hacia mi con un paso decidido, y su mirada fija en mi.

—Hola Abigail—dijo con su voz baja y suave, pero con un tono que parecía tener un propósito oculto. Su sonrisa era enigmática, y yo me sentí un poco incómoda bajo su mirada.

Me levanté de la silla y estreche su mano, sintiendo una sensación de curiosidad y un poco de desconfianza.

—Hola Mateo—respondi con una sonrisa, tratando de parecer amable y profesional.

se sentó en la silla frente a mi, su mirada nunca abandonó la mía. Parecía estar estudiándome, y me senti un poco expuesta bajo su escrutinio.

—¡Listo! Cuéntame de que se trata el proyecto.—

Me sentí confundida cuando el se inclinó hacia adelante y me miró con una intensidad que me hizo sentir incómoda.

—Abigail, creo que es hora de que sepas la verdad—, dijo con una voz ronca y suave. —No soy Mateo, soy Wilians y nunca fui un estudiante de Economía que necesitaba tu ayuda para un proyecto—

Me sentí como si me hubieran golpeado en el estómago. ¿Qué estaba diciendo? ¿Por qué me había mentido?.

—¿Qué quieres decir?—pregunté, tratando de mantener la calma a pesar de la confusión y la ira que sentía.

El sonrió, una sonrisa que parecía tener un toque de diversión y un toque de intensidad.

—Quería verte—dijo. —Quería conocerte. Y planeé esta reunión para que pudiéramos hablar en privado—

Me sentí como si estuviera en una pesadilla, ¿Qué clase de persona hace algo así?.

—¿Por qué?—pregunté, tratando de mantener mi voz firme.

Wilians se encogió de hombros.

—Porque quería verte— repitió. —Y ahora que te he visto, no puedo dejar de pensar en ti—

Su mirada parecía tener un poder hipnótico, y me sentí atrapada en su intensidad. Me sentí incómoda y un poco asustada. ¿Qué quería este hombre de mí? ¿Y qué planes tenía en realidad?.

Me sentí como si estuviera en una jaula, con Wilians como el depredador que me acechaba. Su mirada parecía devorarme, y me sentí expuesta y vulnerable.

—¿Qué significa esto?— pregunté, tratando de mantener mi voz firme, pero mi corazón latía con ansiedad.

Wilians se inclinó hacia adelante, su rostro cerca del mío.

—Significa que te he estado buscando— dijo, su voz baja y sensual. —Significa que te quiero para mí—

Me sentí un escalofrío recorrer mi espalda. ¿Qué clase de hombre dice algo así? ¿Qué clase de hombre se comporta de esta manera? Me sentí atrapada, sin salida.

—No entiendo— dije, tratando de mantener la calma.

Wilians sonrió de nuevo, una sonrisa que parecía tener un toque de triunfo.

—No necesitas entender—, dijo. —Solo necesitas saber que te quiero. Y que haré lo que sea necesario para tenerte—

Me sentí un miedo creciente. ¿Qué estaba dispuesto a hacer este hombre para conseguir lo que quería? ¿Qué límites estaba dispuesto a cruzar? Me sentí como si estuviera en peligro, y no sabía cómo escapar.

Me quedé paralizada mientras Wilians se acercaba a mí, su mirada intensa y calculadora. Su voz era ronca y melosa, pero había algo en sus ojos que me hizo sentir un escalofrío.

—Abigail, creo que hemos llegado a un punto en el que podemos discutir un futuro juntos. Un futuro en el que tú serías mi esposa, mi compañera en todos los sentidos—Su sonrisa era encantadora, pero había algo en ella que me hizo sentir incómoda. —Estoy dispuesto a ofrecerte todo lo que una mujer podría desear: riqueza, lujo, protección. A cambio, solo pido que seas leal y fiel a mí—

Me sentí más aturdida y como si estuviera negociando un contrato, no discutiendo un matrimonio.

Me enfrenté a Wilians, mi voz firme a pesar del nerviosismo que sentía.

—Wilians, no puedo aceptar tu propuesta. No te conozco lo suficiente como para considerar un matrimonio contigo. Y aunque lo conociera, no estoy segura de que estés buscando una esposa, sino una posesión—

Wilians se rió, su sonrisa encantadora pero con un toque de ironía.

—Una posesión, qué interesante. Tal vez sea cierto. Pero te aseguro que serías una posesión muy valiosa. Y te ofrezco algo que pocos hombres pueden ofrecer: seguridad, poder y libertad para ser quien quieras ser—

Me sentí incómoda ante su respuesta, pero no me dejé intimidar.

—Libertad, ¿eh? No creo que seas el tipo de hombre que entiende el significado de esa palabra. Y no estoy dispuesta a comprometer mi libertad por un título o una cuenta bancaria—

Wilians se acercó un poco más, su mirada intensa.

—Tal vez no entiendas lo que estoy dispuesto a ofrecerte, Abigail. Pero te aseguro que no te arrepentirás de unirte a mí. Puedo hacer que tu vida sea mucho más interesante de lo que es ahora—

Aquí te dejo una posible continuación:

Me mantuve firme, a pesar de la intensidad de su mirada.

—No estoy segura de que 'interesante' sea la palabra que usaría para describir mi vida con un hombre como tú, Wilians. Creo que 'peligrosa' o 'tóxica' serían más adecuadas—

El se rió de nuevo, su risa baja y sensual.

—Peligrosa, tóxica... qué palabras tan dramáticas. Pero te aseguro que soy un hombre que sabe cómo cuidar lo que es mío. Y si decides unirte a mí, te prometo que no te faltará nada—

Me sentí un escalofrío recorrer mi espalda ante sus palabras. Había algo en él que me hacía sentir que estaba jugando con fuego, y que si no tenía cuidado, podría quemarme.

—¿Y qué pasa si no acepto tu propuesta?—pregunté, mi voz firme a pesar del miedo que sentía.

Wilians sonrió de nuevo, su sonrisa esta vez más fría y calculadora.

—Oh, Abigail... si no aceptas mi propuesta, creo que te darás cuenta de que la vida puede ser muy... complicada. Y no creo que quieras eso—

Me mantuve firme, a pesar de la intensidad de su mirada.

—Wilians, creo que hemos hablado suficiente. Mi respuesta es no. No me casaré contigo, no aceptaré tus ofertas ni tus amenazas. Y si decides intentar algo en mi contra, te aseguro que no seré una víctima fácil—el se acercó un poco más, su voz baja y peligrosa.

—Abigail, te doy una última oportunidad. Acepta mi propuesta y te prometo que todo irá bien. Recházala, y... bueno, digamos que no seré responsable de lo que pueda pasar. Tienes 24 horas para pensarlo. Después de eso, no habrá vuelta atrás—Wilians sonrió de nuevo, su sonrisa fría y calculadora, se dio la vuelta y se fue, dejándome con una sensación de inquietud y peligro inminente....

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