Pov Izan Noah
La manija del reloj parecía avanzar cada vez más lento mientras escuchaba a mí para nada agradable nueva familia política hablar sin parar sobre nuestra reciente unión, acaso era necesario hablar tantas veces sin parar del vestido que Melisandre llevaría o de que color serian los manteles de las mesas de invitados a nuestra tan esperada celebración, estaba comenzando a hartarme, la voz chillona de la hermana pequeña de Melisandre estaba comenzando a sacar lo peor de mí. Mi mirada voló hacia Astor a mi lado, quien era mi mejor amigo y mano derecha, su expresión de aburrimiento era evidente, ni siquiera se molestaba en ocultar la mirada de desagrado que le daba a aquellas mujercitas que no se habían callado ni un segundo en todo lo que llevaba de noche, Sus ojos se movieron hacia mí y subió su mano pasándola por su cuello en un gesto que solo significaba que preferiría estar muerto que seguir de pie en este salón escuchando aquellas insoportables voces hablando sin parar. El reloj al fin dio las nueve y mi cuerpo se irguió con fuerza levantándome de aquella silla, en donde me había obligado a pasar más de dos horas sentado, todas las voces al fin callaron, todos los ojos posándose en mí._ me temo que ha llegado la hora de irnos, gracias por la invitacion_. melisandre llego a mi lado rápidamente colgándose de mi brazo como si de alguna manera pudiera escapar de ella, su padre el líder del clan Sorian, Dorian Sorian, uno de los alfas puros con más prestigio y con una posición envidiable en aquella pirámide que todos tanto anhelábamos, Claro no lo suficiente como para estar por encima de mí. Estiro su mano hacia mí con una sonrisa en el rostro, él lo sabía, no solo yo saldría ganando con esta unión
._ Estaremos en contacto Izan y una vez más bienvenido a la familia._ tomé su mano dándole un apretón._ espero que sigas cuidando de mi dulce tesoro, Melisandre ._
._ Cuidare muy bien de ella._ melisandre apretó mi brazo y miro hacia mí con una sonrisa exagerada, sus ojos parecían brillar, delante de sus ojos yo era un premio, el trofeo que su padre le había entregado solo por existir, Melisandre era hermosa no se podía negar, Sus ojos eras de un suave verde, sus labios carnosos, tenía un cuerpo voluptuoso y unas marcadas caderas, unos pechos exuberantes que parecían querer escapar de aquel rojo vestido que llevaba hoy, era una clara invitación a que la tomara, lo sabía, había pasado toda la noche dando pequeñas insinuaciones hacia mí, ella lo quería no había razones para esperar.
Melisandre abrió sus rojos labios._ Izan siempre cuida de mi padre, no debes preocuparte._ sus pechos se restregaron de mi brazo descaradamente, su aroma a canela y cereza se filtró por mis fosas nasales, no era un aroma insoportable, pero tampoco uno que me hiciera babear, ese era el problema con las hembras alfa, sus olores parecían ser tan comunes y poco provocativos para los alfas como yo; sin embargo, no había necesidad de darle tantas vueltas, melisandre solo era una pieza, un medio para un fin, podría divertirme con ella en el proceso, no había nada que me lo impidiera.
Le mostré una sonrisa coqueta, mi brazo paso por su cintura pegándola mas a mi, su rostro se ilumino, eso era lo que ella queria, lo que esperaba y ansiaba, lo mismo que la mayoria de mujeres que me rodeaban queria.
Atención y aprobación.
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El camino a casa fue largo y tedioso, Melisandre no paraba de hablar tonterías, apretando mi brazo y sonriendo hacia mí, su olor había inundado el auto y me estaba ahogando._Astor, abre las ventanas._ las palabras salieron de mis labios con una entonación más dura de lo que deseaba, melisandre salto a mi lado y se movió hacia atrás, sintiendo el evidente rechazo que su olor me provocaba, el resto del viaje fue en silencio, gracias a la diosa, no soportaba un segundo más escuchando la voz chillona de Melisandre, su belleza era opacada por su insoportable voz, su manera tan mimada de ser, su intento patético de actuar tierna e indefensa... Lo odiaba.
Estábamos a solo minutos de llegar a la ciudad, cuando de repente un chillido rompió el silencio, la sorpresa hizo que Astor perdiera el control momentáneo del auto._ que carajos fue eso?._ Astor freno el auto y en consecuencia los que venían detrás de nosotros también frenaron, Astor llevo las manos a sus oídos y volteo hacia mí con el rostro fruncido.
Aquel chillido había despertado algo en mí, una urgencia, una necesidad, tenía que ir hacia allá. Empuje la puerta del auto y baje.- Muévanse, sigan ese sonido.- todos bajaron de los autos dando paso a su cambio, cumpliendo con mi orden.
._ Izan._ volteé hacia atrás mirando a Melisandre con las manos en sus oídos y el rostro preocupado
._ Lleven a Melisandre a la Mansión._
._ Como ordene Alfa._ mi lobo se movió hacia adelante y corrió por el bosque enfurecido, controlándome, que estaba sucediendo?... El olor a sangre que venía del bosque se mezcló con un olor que había puesto a mi lobo a babear... Chocolate... Esto no podía estar pasándome ahora.
¡Compañero.!
Jodida mierda!!!
Al fin pudimos divisar el lugar de donde provenía ese olor, mis guerreros ya habían neutralizado la situación, en el suelo del bosque se encontraba la dueña de aquel olor, un cuerpo pequeño y magullado descansaba en el suelo, su cabello blanco lleno de sangre, su rostro estaba completamente tapado por una venda que goteaba con sangre, estaba herida, mi lobo se movió hacia atrás, camine hacia ella y me arrodille a su lado, el olor a chocolate se fundía con el olor de su sangre, la tome entre mis brazos furiosos, quería despedazar a los desgraciados que le habían hecho esto
._ Llévenlos a casa y enciérrenlos en las celdas._
Corrí por el bosque con ella entre mis brazos, el camino a la ciudad fue el camino más largo que había recorrido en mi vida. Entre a la mansión y ya los médicos me estaban esperando, deposite su cuerpo en la cama, todos se movían a su alrededor, intentando ayudarla, estaba nervioso, inquieto, cegado por el olor que emanaba de aquella mujer sin rostro._ Sálvenla... Tienes que salvarla, comprendes._ el doctor Tom me miro con los ojos abiertos en terror, ni siquiera me había dado cuenta en que momento mis manos se habían anclado a su bata, que me estaba sucediendo?
._ Eso haremos, Alfa... Suelte al doctor, así podremos ayudarla._ Katia llego a mi lado mirándome seria, mis manos estaban temblando, me obligue a mi mismo a soltar la bata del doctor y dar un paso hacia atrás, el docto se aproximó hacia ella, comenzaron a limpiarla y lo que mis ojos vieron quemo en mi interior... Sus piernas y brazos estaban llenos de cortadas, heridas abiertas y cicatrices viejas... No había una parte de su piel que no estuviera llena de cicatrices, un gruñido salió de mis labios, estaba enloqueciendo...
._ porque no se cura?._ la pregunta silenciosa en la voz de Katia encendió una alerta en mi interior, aunque ella no fuera de raza pura, debería poder curarse aunque fuera lentamente
._ su lobo debe estar lastimado, desinfecten y venden sus heridas._
._ Su cabeza no deja de sangrar._ el doctor se acerco con las tijeras y corto las vendas que cubria su rostro, un suspiro de sorpresa colectivo embargo a todos, su rostro... Era evidente... Ella habia sido torturada. La marca que pasaba entre sus ojos y mejillas dejaba en claro eso, sus labios marcados con pequeñas cicatrices de huecos que alguna vez alguien abrió en sus pequeños labios, el brote de su piel en su mejilla derecha... Era la marca de un barrote caliente... Su piel estaba completamente quemada.
Un instinto primitivo y enloquecedor me embargo, mi vista se volvio borrosa... Iba a matarlos a todos.
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Comments
Isabel Balbuena
pobre luna que terrible tortura le han hecho a ella y a su madre....
2025-06-09
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Loba Blanca
ostras que le hicieron a esa pobre niñaa ???
auuuuu
2025-05-27
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