Mi Little Gavi.

Mi Little Gavi.

Spain VS Georgia.

GAVI:
Estoy tratando de concentrarme lo más que pueda en la pelota y no en la pequeña molestia que siento en mi rodilla, me dan un pase y cuando voy a recuperarlo siento como suena mi rodilla y inevitablemente dejo de correr.
No me puede estar pasando esto.
Salgo del campo britano y llorando de dolor mientras me acompañan hacia la sala de emergencias.
Me empiezan a hacer revisiones, ponerme cremas y mil cosas que no presto atención porque estoy demasiado ocupado en el dolor que siento.
Necesito a Pedri, a mí Pedri.
Los médicos me dejan solo mientras van a hacer vaya a saber Dios que.
En seguida siendo como mi pecho empieza a subir y bajar con fuerza y siento que me quedo sin aire en mis pulmones.
Pedri.
Pedri.
Pablo, mi vida.
Siento como unos brazos cálidos y ya muy conocidos para mí, me abrazan.
Pedri.
Pedri.
Respira conmigo, vamos tú puedes.
Me enfocó en respirar lo mejor que puedo y luego llevo unos minutos me voy relajando.
Pedri.
Pedri.
Bien mi osito, quédate tranquilo, todo saldrá bien.
Gavi.
Gavi.
Es mi culpa Pedri.
Digo sin pensar y ya con el nerviosismo invadiéndome.
Pedri.
Pedri.
No, claro que no, no digas eso, jugaste maravilloso en el tiempo que estuviste.
Gavi.
Gavi.
Pero quizás si hubiera tenido cuidado y no hubiese puesto tanto empeño en recuperar el balón no me hubiese pasado.
Pedri.
Pedri.
Pablo, mi vida, escúchame, no fue tu culpa, fue porque estuviste jugando muchos partidos sin parar y lógicamente esto iba a pasar.
Pedri me empezó a hacer unas suaves caricias en el pelo mientras me dejaba tiernos besos por el cuello y las mejillas.
X: Perdón se interrumpa pero vengo a informar sobre la lesión.
Pedri.
Pedri.
Díganos.
X: Lamento informar que uno de los ligamentos se ha roto y para recuperarse de la cirugía serán entre 6-8 meses. Los dejó solos chicos, mucha suerte Pablo.
...
PEDRI:
Pedri.
Pedri.
Gracias doctora.
Le agradezco a la doctora mientras ella se va, siento los sollozos estruendosos y fuertes de Gavi.
Enseguida lo abrazo y le digo a las primeras palabras consoladoras que se me ocurren en el momento.
Le está empezando a dar otro ataque de pánico, lo sé porque siempre que le está por venir uno, lo primero que hace es aferrarse a mi sueter mientras las manitas le tiemblan.
Pedri.
Pedri.
Pablo, amor. Respira, hagamos lo mismo de siempre, mírame y pon tu mano en mi pecho, trata de seguirme la respiración, amor.
Luego de que Pablo se calmara, salimos del hospital y nos dirigimos a mí apartamento, Pablo no dejó de soltar lágrimas en todo el camino. Me está perdiendo verlo así...
Pablo parece absorto en sus pensamientos mirando a un punto fijo, así que decidió bajarme del coche y cargarlo hasta casa, además, así no tiene que usar las muletas.
En seguida él se aferra a mí y esconde su cabeza en mi cuello.
Lo primero que hago cuando llevamos es dejarlo en la cama de mi habitación mientras voy a preparar la bañera con espuma por tanto le gusta a él.
Lo vuelvo a cargar pero esta vez lo siento sobre la tapa del inodoro para poder sacarle su ropita, una vez listo lo meto al agua calentita y le comienzo a reflejar con delicadeza su cuerpo.
Me está preocupando mucho, no ha hablado nada desde que salimos del hospital y ni siquiera me mira.
Mientras me lavo el pelo dejando alguna que otra acaricia. Pablo por primera vez desde que nos fuimos del hospital me mira.
Gavi.
Gavi.
Dime la verdad, ¿crees que jugué mal? No me enfado si me dices la verdad.
Pedri.
Pedri.
Mi vida, ya te expliqué que no fue tu culpa, tú jugaste perfecto, como siempre fuiste de los que más se lució en el partido. Ahora deja de preguntarme esas cosas, me haces daño.
Me duele tanto verlo así y más sabiendo que él cree que tiene la culpa.
Gavi.
Gavi.
Perdón, no era mi intención.
Pedri.
Pedri.
No me pidas perdón, amor.
Lo ayudé a levantarse y lo saqué mientras lo envolvió con una toalla blanca, lo llevé al dormitorio y lo vesti con su pijama de osito, que en la capucha tiene unas piernas orejitas, por culpa de este pijama es que le dejé el apodo de "osito", se ve muy tierno con el pijama.
Lo acosté en la cama y lo arrope mientras yo me ponía a su lado, enseguida se acurrucó en mi pecho y siguió llorando, así por varios largos minutos que aparecieron horas para los dos.
Luego de que se relajara otra vez le traje la cena, no quería comer pero le insistí y comió un poco.
Al rato se quedó dormido abrazado a mí.

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