La Mascota Del Alfa

La Mascota Del Alfa

Soy tu padre

Mi mamá está muerta, y no, no estoy llorando. Tampoco me siento triste. Ni siquiera me siento melancólica. No es que no la quisiera, la quiero, como quiero a mi gato Serafín. Quizás un poco menos. Pero el hecho de que no llore o me sienta triste por su muerte se debe a que mi madre y yo éramos prácticamente desconocidas. Para ella era como un perro callejero que lo tenía a su lado por compasión o quizás porque no podía deshacerse de mí, ya que compartía la sangre del hombre que amaba.

La razón por la que estoy segura de que ella no sentía amor hacia mí. Es porque mi madre nunca me dio un abrazo ni me dijo que me quería. En mis casi 18 años de vida nunca me dirigió una palabra de amor. Éramos más como compañeras de habitación que solo compartían palabras de cordialidad. Ella no se metía en mis asuntos, ni yo me metía en los suyos. Me conformaba solo recibiendo lo esencial: ropa, comida y dinero.

Eso era lo único que necesitaba de mi madre, y lo único que ella me ofrecía. Nunca asistió a ninguna reunión de padres, ni a los eventos escolares, nunca me felicitó por mis buenas notas, ni tampoco me reprendió cuando empecé a fumar. Olvídate de celebrar mis cumpleaños, incluso los suyos pasaban como si fueran cualquier otro día.

Ese era el tipo de relación que teníamos. Y no, no me sentía herida.

No es que no hubiera intentado acercarme a ella, pero por más que lo intenté, ella se alejaba de mí como si tuviera piojos o fuese un monstruo. Así que simplemente dejé de intentar enmendar nuestra relación. Tal vez, de no ser por la calidez que recibí de mi nana, mi personalidad sería ahora como la de mi madre: fría e inaccesible.

En cuanto a la razón de la frialdad de mi madre hacia mí, no estaba segura y no me devanaba la cabeza buscando una explicación que solo me daría una herida en el corazón.

No necesitaba eso en mi vida. En cuanto a la identidad de mi padre, ni siquiera me importaba saberlo, ya sea amor u odio. No sentía nada por alguien que nunca había visto.

— ¿Estás segura de que estás bien, Mia? No has derramado ni una lágrima, no te lo guardes todo para ti sola, llora, hija.

La preocupación en su tono de voz me llegó al corazón. La forma en la que sus ojos rodeados de finas líneas de expresión me miraban mandaron una daga directo a mi pecho.

Mi nana era alguien que había estado conmigo desde que tengo uso de razón. Su nombre es Martina, y su edad era desconocida incluso para mí, pero quizás rondaba los 50 a 60 años. Sus ojos eran grisáceos, como las nubes que avecinan una tormenta. Su estatura era alta y su cuerpo esbelto. A pesar de su edad, aún se veía hermosa. Ella tiene una hija y tres nietos, quienes son su adoración. Sin embargo, se habían mudado al extranjero por el trabajo del esposo de su hija, por lo que todo ese amor maternal lo transfirió hacia mí.

— Estoy bien, nana. No te preocupes.

— Mia…

Antes de que dijera algo, la abrace y fingí sollozar, ya que si no lo hacía, ella no me dejaría en paz.

— Eso niña, desahógate. Sé que tu mamá no fue la mejor madre del mundo, pero ella te amaba.

— Ella nunca lo dijo. No creo que me haya amado alguna vez.

— No digas eso. Ella…

— No me mientas, nana. No soy una niña. Mi mamá fue la única persona que amó en su vida: a ese 'hombre' Su enfermedad del corazón se debió a él. Sufrió un infarto a pesar de ser tan joven por él. Ella nunca me amó, y tampoco necesito su amor. Hay muchas personas que me aman, y tú eres una de ellas, nana. Así que no me digas mentiras.

— ¡Ay, mi niña! No hables así, me duele el corazón. Eras su hija, ella te amaba a su manera.

— Es la verdad. Ella no me quería. No quería a nadie.

Aunque dije aquello de manera seca, fingí un sollozo para que mi nana no se sintiera preocupada por mis sentimientos o piense en algo extraño.

— Sea como sea, ella era tu madre, tu familia, la mujer que te dio la vida. Debes sentirte sola. Aún eres una niña, estás actuando de esta manera porque estás resentida con ella. Pero mi niña, es mejor perdonar, soltar esos malos sentimientos para que en el futuro no se conviertan en una sombra. Esta es la razón por la cual deseo que te desahogues ahora.

Quizás ella tenía razón, pero ahora me negaba a aceptar sus palabras.

— Cuando traerán las cenizas de mamá — susurré con voz apagada.

— Creo que fuiste precipitada, al menos debimos hacerle un velorio, invitar a sus amigos y familiares.

La interrumpí mientras me alejaba de su cálido abrazo, sin olvidar restregar mis ojos como si estuviera limpiando mis lágrimas.

— Mamá no tenía amigos, nunca nadie nos visitaba. Tampoco sé dé algún familiar. Nunca los conocí. Ella no tenía a nadie. Solo nos tenía a nosotras, nana.

Justo cuando mi nana iba a decir algo, mis ojos fueron atraídos por un sujeto de aspecto imponente. Me quedé maravillada ante el aura que emanaba. Se veía poderoso, sus ojos eran de un color oscuro irresistible, su apariencia no era inferior a la del sexy hombre rubio que conocí en el parque de diversiones la vez pasada. Sin embargo, aunque se veía irresistible no me dieron ganas de decirle que se convirtiera en mi novio o sugar daddy. No sé por qué, pero me sentía algo incómoda con su presencia, como si fuera un ser superior al que debía arrodillarme.

El pensamiento en sí se sintió ridículo, por lo que desvíe mi mirada de aquel hombre que podría ser mi padre y me concentré en seguir fingiendo ser una niña lamentable frente a mi nana para que me siga cuidando ahora que mi madre murió.

Después de todo, aún estaba en mi último año de secundaria, no sabía si podía sobrevivir por mí misma, la nana…

No pude seguir con mis pensamientos, ya que aquel hombre imponente apareció justo delante de mis ojos. Mi nana lo miró boquiabierta, ella abrió y cerró la boca como si no supiera qué decir.

— Usted es…

— Soy el duque Storm Franklin Saetear.

¡Wow! Un noble, alguien de la realeza hasta su nombre sonaba majestuoso, ahora podía entender por qué me sentí así en su presencia. Pero, este sujeto, ¿por qué estaba hablando con nosotros? ¿Acaso necesitaba direcciones?

— Vine pará llevarte conmigo porque tú eres mi hija — añadió, mirando directamente hacia mis ojos. — Soy tu padre.

Antes de leer:

Querido lector te advierto que está historia tendrá entre 80 a 100 capítulos por lo que su trama se desarrollará lentamente, además que es una historia juvenil y de recuento de vida. Si no eres fan de este tipo de historias y te gusta que todo sea rápido, es mejor que no continúes, pero si aún sabiendo todo aquello quieres seguir leyendo, estaría más que feliz de que lo hagas.

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Comments

Kim Nava

Kim Nava

esta es una que avia leído y ya no la encuentro 🤔

2025-04-18

1

Betty Saavedra Alvarado

Betty Saavedra Alvarado

Mia tu madre nunca te demostró cariño. ni amor después de su muerte conoces a tu padre te llevará a vivir con el

2025-04-17

2

Nidia Mojica

Nidia Mojica

Que directo hasta con la boca abierta me dejo.

2025-04-18

2

Total
Capítulos
1 Soy tu padre
2 Hola, papi
3 ¿Hombres lobos?
4 Ella es bastante temperental
5 Solo quiero Dormir
6 Esto bien podría ser un secuestro
7 Él es mi sugar daddy
8 Ahora estás con los tuyos
9 Muévete
10 No me hables con familiaridad
11 El Gran Enrique Logus Velarium
12 ¿Qué está mal contigo?
13 Así que eres el diablo
14 Yo no era amada
15 Él estaba bromeando, ¿cierto?
16 No importa cuánto lo intentes
17 La estaré esperando, señorita.
18 Dudo que seamos amigas
19 Parece que eres inteligente
20 Eres tan ruidosa
21 ¿Acaso olvidaste tu promesa?
22 ¿Dónde están tus ojos?
23 ¿Acaso pensabas que te iba a besar?
24 La respuesta es no, ilusa
25 Extra: Leila 1
26 Extra: Leila 2
27 ¡No seas pervertida!
28 Es un piquito de pato
29 Decisiones, Decisiones
30 No te equivoques
31 Eso era cuestionable
32 Quería invitarte a salir este fin de semana
33 Su confidente
34 ¡Hay tanta sangre!
35 Haría lo mismo por Emily
36 No eres para nada divertida
37 ¿Quién te dejó entrar?
38 Entonces porque no la llamamos Mia
39 Es mi culpa, yo fui tonta
40 Extra: Emily
41 Hola Mia. Adivina, ¿quién soy?
42 No tienes oportunidad
43 No digas eso
44 ¡No estamos saliendo!
45 Petra
46 Otra vez ese foro.
47 Mi familia
48 No me importa ser miserable
49 No quería molestarte
50 Si lo beso, ya no dolerá
51 Esperaba que fuera Bastian
52 Sé que le gustas
53 Es una promesa
54 Feliz Cumpleaños, Mia
Capítulos

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1
Soy tu padre
2
Hola, papi
3
¿Hombres lobos?
4
Ella es bastante temperental
5
Solo quiero Dormir
6
Esto bien podría ser un secuestro
7
Él es mi sugar daddy
8
Ahora estás con los tuyos
9
Muévete
10
No me hables con familiaridad
11
El Gran Enrique Logus Velarium
12
¿Qué está mal contigo?
13
Así que eres el diablo
14
Yo no era amada
15
Él estaba bromeando, ¿cierto?
16
No importa cuánto lo intentes
17
La estaré esperando, señorita.
18
Dudo que seamos amigas
19
Parece que eres inteligente
20
Eres tan ruidosa
21
¿Acaso olvidaste tu promesa?
22
¿Dónde están tus ojos?
23
¿Acaso pensabas que te iba a besar?
24
La respuesta es no, ilusa
25
Extra: Leila 1
26
Extra: Leila 2
27
¡No seas pervertida!
28
Es un piquito de pato
29
Decisiones, Decisiones
30
No te equivoques
31
Eso era cuestionable
32
Quería invitarte a salir este fin de semana
33
Su confidente
34
¡Hay tanta sangre!
35
Haría lo mismo por Emily
36
No eres para nada divertida
37
¿Quién te dejó entrar?
38
Entonces porque no la llamamos Mia
39
Es mi culpa, yo fui tonta
40
Extra: Emily
41
Hola Mia. Adivina, ¿quién soy?
42
No tienes oportunidad
43
No digas eso
44
¡No estamos saliendo!
45
Petra
46
Otra vez ese foro.
47
Mi familia
48
No me importa ser miserable
49
No quería molestarte
50
Si lo beso, ya no dolerá
51
Esperaba que fuera Bastian
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Sé que le gustas
53
Es una promesa
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