Deja de esconderte

Zoe despertó en su recamará, lo último que recordaba era que estaba en su ceremonia de consagración, luego todo dio vueltas, recordó lo que vio en su mente, ojos azules, ojos rojos y lobos blancos, sacudió su cabeza, había sido un sueño muy extraño, su madre entró con una charola de comida, sonrió al verla despierta.

 - ¿Cómo te sientes? – Preguntó Carol, dejando la charola sobre las piernas de Zoe y sentándose a su lado.

- Bien, eso creo… ¿Qué paso? Tuve un sueño muy extraño- Dijo mientras comenzaba a comer, Carol asintió dejo que Zoe le contará todo sobre su sueño, suspiró, eso no era un sueño, era más que obvio, pero su hija no tenía tanto conocimiento del mundo de ellos, se había criado con los humanos.

- Hija, creo que eso no fue un sueño- Le dijo Carol, Zoe la miró mientras se llevaba una cucharada de fruta a la boca- Es probable que uno de esos lobos sea tu pareja, o los dos- Dijo con una sonrisa nerviosa, Zoe dejó caer la cuchara.

- ¿Qué? ¿Eso es posible?  ¿Tener dos parejas?  ¿No es raro? – Comenzó a preguntar nerviosa, Carol le paso un vaso con jugo de naranja- Espera, ¿Cómo vamos a tener sexo? – Preguntó sonrojada, Carol comenzó a reír por esa pregunta.

- Pues ya lo sabrás en su momento- Respondió, tomando un trozo de fruta con sus manos- Descuida, lo vas a disfrutar- Dijo al ver que su hija negaba ante su respuesta. Zoe suspiró.

- Y si mi pareja es otro, no sé, como Nicolás- Dijo dudosa, Carol la miró y suspiró, sabía que su hija se sentía atraída por ese chico, pero no era posible que fuera su pareja, si así fuera Nicolás habría sentido el vínculo en el momento que la conoció.

- No es posible, cuando un lobo encuentra a su pareja destinada, se vuelven muy posesivos, no dejan que nadie se les acerque y aunque aún no hayas cumplido tu mayoría de edad, el lobo de Nicolás debió sentir el vínculo al verte, pero no creo que eso paso, él no parece interesado en ti de esa manera- Explicó Carol. No quería su hija se hiciera falsas esperanzas, sabía lo difícil que era para ella todo ese cambio y quería aclarar todas sus dudas posibles.

- ¿Por qué vi eso?  ¿Todos los lobos ven a sus parejas destinadas antes de conocerlas en persona? - Preguntó de nuevo, Carol negó.

- No, tal vez es porqué eres mitad hechicera, sobre eso cariño, ¿Te gustaría aprender algo de magia?  - Le preguntó con una leve sonrisa, era su única hija así que para ella sería un orgullo que ella aprendiera a usar sus poderes como su heredera.

- ¿Podré ver el futuro? – Pregunto emocionada, Carol rio y negó.

- No creo que seas una vidente como la reina suprema- Le contesto, Zoe suspiró.

- Bueno, entonces dime ¿Qué debo hacer? – Preguntó emocionada, aunque todo era nuevo para ella en su nueva vida, aprender magia era algo que le llamaba la atención.

\*

Zoe paso todo el día con su madre, aprendió algunos movimientos de magia, aunque no pudo hacer nada de ello, su madre le dijo que era normal, que poco a poco la magia aparecería, suspiró, caminaba por las calles de la manada, se alejó lo suficiente hasta llegar al lago, todo estaba solitario, el solo comenzaba a ocultarse, se sentó cerca del lago, se quitó sus tenis y metió sus pies al agua, miro el cielo rojizo por el atardecer, la imagen de aquellos lobos blancos, sus ojos azules y rojos, no dejaban de pasar por su mente, ¿Realmente serían sus parejas destinadas? La pregunta realmente era ¿Serían dos?  No era posible ¿O sí?

- ¿Cómo será el sexo? – Se preguntó dudosa, recordó que alguna de sus amigas contó una anécdota sobre ello y fue placentero, ok, tal vez una vez estaba bien, ¿Pero siempre? Es decir, serían parejas hasta la muerte, había leído que no existía el divorcio como tal, solo al menos que se rechazaran antes de completar el vínculo, llevó una mano a su cuello, el vínculo se completaba durante el sexo y era marcada por la pareja en su cuello, suspiró- Eso será doloroso… - Murmuró, miró al frente del otro extremo del lago estaba el inicio del bosque, sintió un escalofrío recorrer su cuerpo.

- *Vámonos* – Escuchó una voz, miró a los lados, pero solo estaba ella, tomo sus tenis y se puso de pie, comenzó a caminar con dirección a la mansión del Alfa.

Zoe llegó hasta la mansión, se encontró con Nicolás en la entrada, se acercó a ella al verla, no se habían visto desde la ceremonia, ella suspiró recordando lo que su madre le dijo, él no podía ser su pareja destinada, solo sentía atracción por él, pero nada más.

- ¿Cómo te sientes? – Pregunto con una leve sonrisa.

- Bien, eso creo- Respondió con duda.

- Me alegro, diste todo un espectáculo anoche – Acarició su cabeza, Zoe lo miró con sorpresa- Vamos, nadie se desmaya durante la consagración, fuiste la primera, eso dio mucho de qué hablar, dicen que es algo bueno, que debiste ser bendecida por la Diosa Luna- Le explicó, Zoe comenzó a reír, ahora incluso debía creer en la Diosa Luna.

- Lo dudo, solo vi a dos lobos blancos- Comenzó a caminar hacia la puerta, se detuvo al ver que Nicolás la miraba con sorpresa- ¿Qué pasa? – Preguntó con una sonrisa.

- Los lobos blancos son considerados sagrados y muy escasos- Le respondió, Zoe asintió y comenzaba a preocuparle la idea de lo que había visto la noche de su consagración.

Zoe llegó con Nicolás al comedor ahí estaba su padre y madre, también los padres de Nicolás, saludo de manera educada y se sentó a lado de su padre, no tardaron en servir la comida, ella saboreo su plato, tenía demasiada hambre.

- Tendremos visitas- Dijo Luka, mientras dirigía su mirada a su hija.

- ¿Quiénes? – Preguntó Zoe mientras comía su comida alegremente, su padre suspiró, Carol le dijo sobre lo que su pequeña hija vio el día de su consagración y tenía ligeras sospechas de lo que el destino tenía preparada para ella.

- Los príncipes Greyson-  Respondió, Zoe asintió sin tomar importancia, estaba más concentrada en su propia comida.

- ¿Vendrán aquí? – Preguntó Nicolás asombrado, los gemelos eran muy famosos entre las manadas, aunque muy pocas veces se habían dejado ver, incluso no existían fotografías sobre ellos en las redes sociales, eran demasiado meticulosos.

- Si, recibimos un aviso de sus Betas, a pesar de que están en búsqueda de su mate, han decidido recorrer las manadas pertenecientes a Greyson, ya que serán los reyes en un futuro- Continuó explicando su padre, Beta Donald.

- Sorprendente, será un honor conocerlos- Hablo emocionado Nicolás, miró a Zoe ella seguía entretenida en su comida.

\*

A media noche, Zoe comenzó a tener extraños sueños, donde era tomada por dos hombres al mismo tiempo, no sabía si era miedo a que, pero sentía recorrer adrenalina pura por todo su cuerpo, las caricias de esos hombres se sentían tan reales.

- *Deja de esconderte, ternurita* – Susurraron unas voces varoniles, que hacían que el cuerpo de Zoe temblara de placer, jadeo, entre sueños, quería ver los rostros de esos hombres, pero solo podía distinguir aquellos profundos azules como el mar que pasaban a ser rojos por unos segundos.

- Mierda- Zoe despertó de golpe, se sentó en la cama y miró a los lados ese sueño había sido tan real, su cuerpo estaba sudoroso y temblaba, no sabía si de miedo o placer, sintió la humedad en su entrepierna, suspiró con sorpresa, solo fue un sueño ¿Por qué estaba así de excitada? Salió de la cama y se metió directo al baño, necesitaba una ducha bien fría, pero difícilmente se olvidó de esos pares azules, de aquellas manos que acariciaban todo su cuerpo. - ¡Ay carajo! - Grito desesperada mientras el agua fría caía sobre ella, jamás antes se había sentido así, ni siquiera había tenido ese tipo de sueños, si, deseaba experimentar sobre la sexualidad, pero no era que estuviera urgida, ¿O sí?  todo estaba cambiando desde el día de su consagración.

En alguna parte del reino Greyson, en un oscuro bosque, dos hombres de cabellos castaños oscuros y ojos azules, estaban sentados frente a una fogata, habían estado viajando por días sin tener rumbo, querían a su pareja destinada lo más pronto posible, temían que sus lobos tomaran el control, no querían eso, solo ocasionarían problemas a sus padres, demasiados ocupados estaban con los asuntos del país del norte, que no querían que lidiaran con ellos.

- ¿Crees que está bien que detengamos nuestra búsqueda? – Preguntó uno de ellos mientras.

- Eso creo, Según Eilam debemos conocer a los Alfas de las manadas que estarán a nuestro cargo – Respondió el otro, habían recibido llamada del mayor de los trillizos Beta y les sugirió tal propuesta, aunque más que una propuesta fue como una orden, pues ya había avisado a los Alfas de las manadas más grandes que serían visitados por ellos.

- Bueno, tratemos de no tardar, quiero seguir con la búsqueda de nuestra mate, la verdad me hace mucha falta- Dijo su gemelo mientras lanzaba una pequeña piedra a la fogata.

- Te entiendo Aiden, incluso he soñado con ella, que la tenemos con nosotros – Susurró cerrando los ojos, Aiden lo miró con sorpresa.

- ¿Tú también Bryan? ¿Has visto su rostro? Por qué yo no, es como si se escondiera- Soltó con pesadez Aiden, Bryan sonrió, entonces no era solo un sueño podía ser como una visión, no es que fueran videntes, pero tal vez el deseo de encontrar a su amada mate era tan grande que la Diosa Luna les estaba dando algunas señales.

- Bueno, si volvemos a soñar con ella, pidámosle que no se esconda- Respondió Bryan , Aiden asintió con una gran sonrisa, aliviado de que tal vez no eran simples sueños, si su hermano había visto lo mismo, probablemente significaba que pronto encontrarían a su mate, su preciada pareja destina, su reina luna.

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