El amanecer irrumpió, tiñendo el horizonte con destellos pálidos mientras la niebla se disipaba lentamente, revelando la silueta incierta del paisaje. La luz, aún tenue, parecía arrastrar consigo el peso de la noche, desnudando cada sombra con una frialdad casi implacable.
Fennor
"Tendido en el suelo, despertó con un quejido ahogado. Un dolor sordo le latía en cada músculo, y al moverse, un escalofrío le recorrió la espalda.
Darian
"Sentado, con la mirada fija en la nada, como si el mundo a su alrededor hubiera dejado de existir."
Fennor
¡Oyeee! Darian... ¿Qué sucedió?
¡Aah... mi brazo! —soltó un quejido entre dientes.
La daga seguía hundida en su carne, su hoja oscura temblando con cada latido.
Darian
Deberías tratarte esa herida. —su voz era plana, carente de urgencia.
Fennor
Apoyándose en las rodillas, se impulsó de golpe para ponerse de pie.
—¿Qué...? ¿El ladrón... se escapó?" —murmuró, aún aturdido.
Darian
"Relájate... El ladrón está justo a mi lado… muerto." —su voz era tranquila, casi indiferente, como si el hecho no mereciera más atención.
Fennor
"¿Qué...? ¿Qué sucedió? ¿Cómo...? No lo comprendo..." —su voz tembló entre la confusión y la incredulidad.
Darian
Deberías avisarle al señor Ortega que ya no hay peligro. Deben estar asustados después del caos de anoche
Más tarde, la policía llegó a la propiedad para investigar el caso y retirar el cadáver,
señor Otoniel
"¡Ya le dije lo que ocurrió, señor oficial!" —su voz sonaba tensa, como si repetirlo una vez más fuera una pérdida de tiempo.
policía
"¿Me está diciendo que el ladrón, después de ser capturado, se suicidó...?" —su voz llevaba una mezcla de duda y desconcierto.
Mientras tanto, en la sala...
Ali
"¡Darian! Eres increíble… ¡Detuviste al ladrón! ¡Guau!" —exclamó el pequeño con asombro en los ojos.
Varisca
Sentada a su lado, lo observaba con preocupación.
Darian
¡Ay!... Gracias al cielo… nadie resultó herido...
Fennor
Apretó los dientes y murmuró:
—Ugh... ¡Carajo! ¿Tratas de burlarte de mí?" —su voz estaba cargada de rabia contenida.
Darian
Adoptó un tono juguetón y soltó una risita.
—Jijiji. Perdón, ¡no fue mi intención molestarte… compañero! —dijo con una sonrisa traviesa.
señora Andrea
Joven Darian… te juzgué mal. ¡Gracias por proteger a mi familia!
De pronto, apareció el señor Otoniel.
señor Otoniel
Darian, Fennor… acompáñenme a mi oficina.
Caminaron en silencio hasta la oficina.
señor Otoniel
¿Qué ocurrió realmente?
Fennor
¡No tengo idea!... Estaba luchando con el ladrón y, de pronto, todo se volvió borroso. Sentí un golpe seco, y después… nada. Cuando desperté, ya había terminado todo.
señor Otoniel
El hombre frunció el ceño, su voz cargada de tensión.
—Mis cámaras fueron cortadas… Los agentes de seguridad, reducidos con petardos. ¡Y tú…! —Se inclinó hacia adelante, señalándolo con un dedo tembloroso—. ¡Tú fuiste el único que siguió peleando…!
señor Otoniel
Darian...
Darian
—Mmm… Cuando llegué a la escena… —su voz bajó un tono, arrastrando las palabras—, encontré a Fennor en el suelo, herido… y al ladrón intentando escapar… —Una chispa de orgullo brilló en su mirada antes de alzar la voz—. ¡Así queee… lo detuve!
Fennor
Mmm... ¿? .....
señor Otoniel
—¿Qué…? —frunció el ceño, incrédulo—. ¿Eso es todo…? ¿Eso es todo lo que tienes para decir…?
Darian
Su voz se tornó sombría, como si un escalofrío recorriera la habitación.
—Cuando intenté interrogarlo… —
hizo una pausa, su mirada perdida en el recuerdo
—, usó unas cuchillas ocultas en sus brazos… Cortó las ataduras en un solo movimiento y… —
tragó saliva, su voz apenas un susurro
— se rebanó el cuello… justo frente a mis ojos.
Fennor
Apretó los puños con fuerza, su mandíbula se tensó.
—¿Qué…? —murmuró, incrédulo—. Esto… esto no tiene sentido…
señor Otoniel
—Pe… pero… Darian… —su voz tembló ligeramente—. ¿Quiere decir que… que no sabemos qué quería… o quién estaba detrás de él…?
Darian
—¡Este es uno de esos casos que se quedan sin resolver! —exclamó, tratando de restarle importancia. Luego, con un tono más calmado, añadió—: No tiene por qué preocuparse, señor Otoniel…
señor Otoniel
—Esto es señorío, Darian… —su voz se tornó grave, cada palabra pesada—. Tuve que sobornar a los policías porque… —hizo una pausa, como si le costara decirlo— ¡el ladrón parecía haber sido torturado antes de su muerte!
Darian
Darian parpadeó un par de veces y, con una sonrisa nerviosa, soltó en tono cómico:
—Chale… peldón…
El señor Otoniel suspiró, sacó un sobre de su chaqueta y, sin decir una palabra, se lo entregó a Darian, su mirada seria y expectante.
señor Otoniel
—Esta es tu recompensa —dijo Otoniel con firmeza, extendiendo el sobre—. Como quedó pactado en el contrato.
Darian
—Eh… bueno, señor… —desvió la mirada, pasando una mano por su nuca—. Como prometí… me alejaré de su familia… —tragó saliva y forzó una sonrisa amarga— ¡en especial de su hija!
Fennor
—¡Eeh! Ja, ja, ja… —soltó una risa burlona, inclinándose un poco hacia él—. ¿Ahora vas a…? ¡¿Llorar?! ¡Ja, ja, ja!
Darian
—¡Monstruo sin sentimientos! —bromeó, con una sonrisa burlona.
Fennor
—Cállate, niño tonto…
señor Otoniel
Por dentro, algo en él se estremeció, pero no dejó que se notara. Sus ojos se suavizaron apenas un instante antes de hablar.
—Gracias… por proteger a mi familia… —hizo una pausa, respirando hondo—. ¡Por favor! Si llego a necesitar tu ayuda de nuevo...
Darian
—Quién sabe…
Darian recogió sus cosas en silencio, asegurándose de no dejar nada atrás. Antes de partir, se detuvo en la sala y, con su habitual formalidad, se despidió de todos con un leve asentimiento.
Darian
—Gracias por todo… señor y señora Ortega…
Varisca
—Pero… mamá, papá… —murmuró, su voz cargada de preocupación.
Ali
Aferrándose a la ropa de Darian con tristeza.
—No quiero que te vayas… —susurró con la voz temblorosa—. Quédate a jugar conmigo más tiempo… por favor, no te vayas…
Darian
Esbozó una sonrisa melancólica y revolvió con cariño el cabello del pequeño Ali.
—Lo siento, pequeño Ali… Varisca… —su voz se quebró apenas un instante antes de recomponerse—. ¡Los voy a extrañar!
La tarde se cernió sobre la ciudad, tiñendo el cielo de tonos apagados. En un apartado modesto, dentro de una pequeña habitación, se encontraron, envueltos en la penumbra de aquel encuentro silencioso.
• Ryska
—Eso fue todo lo que le pude sacar al ladrón.
• Drazen
—El plan va marchando perfecto, tal como dijiste, Darian —afirmó con confianza—. Los demás ya lograron infiltrarse.
• Ryska
—Pero… —frunció el ceño, cruzándose de brazos—. ¿Parece que tu plan falló? ¡¿Quieres que lo haga yo?!
Darian
—No. Ten paciencia… — Sostuvo su mirada con firmeza—. Estoy seguro de que llamarán pronto.
Hizo una pausa, entrecerrando los ojos.
—Aun así… los policías se dieron cuenta de que torturamos al ladrón. —Su voz se endureció—. ¡Eso estuvo mal de su parte!
• Drazen
Bajó la cabeza, su voz temblorosa.
—Lo siento… perdóname…
• Ryska
—Lo lamento… lo lamento… Perdón…
Darian
Su expresión se mantuvo seria, sin rastro de duda.
—¡Lamentarse no sirve! —dijo con firmeza, cruzándose de brazos—. Tenemos que enfocarnos más… esperaba más de ustedes.
Su mirada recorrió la habitación antes de añadir con convicción:
—¡Juntos podemos lograrlo!
• Ryska
—Darian… ¿podemos pasar la noche contigo? Solo esta noche…
• Drazen
—Últimamente… has estado muy distante… —su voz sonó suave, casi un reproche—. Queremos tu compañía…
Darian
Dejó escapar un suspiro profundo, cerrando los ojos por un instante.
—Aaah… —murmuró, antes de esbozar una leve sonrisa—. Supongo que es su recompensa por trabajar duro…
• Ryska
Al final, la familia Ortega estaba vinculada a los empresarios que planeaban el gran sacudón económico. El ladrón… nos lo confirmó.
Darian
Y bien ... ¿?...
• Drazen
Fue la familia Vanno quien contrató a ese ladrón. Su objetivo… ¡Robar los comprobantes de la familia Ortega como parte del gran sacudón económico!
Darian
Se levantó con determinación, ajustándose la chaqueta.
—Muy bien… ese será nuestro objetivo.
• Ryska
¡si!...
• Drazen
Asintió con la cabeza, firme y decidido.
Darian
—¡Robaremos esos comprobantes antes que la familia Vanno! —
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