Capítulo 3

...Toshion Lee...

Hoy hizo un sol singular en Leung, pasado mañana saldré en misión buscando al doctor Wong Jiho, así que hoy decido ir a ver a mi madre. Siempre la visito antes de salir en cualquier misión que sea, las misiones son peligrosas y existe la posibilidad de ir y no volver, así que visitar a mi madre es una forma de asegurarme de que no morí sin verla una última vez.

Mi madre vive en Sonadang, una ciudad cerca de Leung, son solo dos horas de distancia, la llamé anoche anunciando mi visita, para que ella pudiera invitar a mi hermano, mi cuñada y mi sobrino, me aseguro de abrazarlos a todos antes de la misión.

—¡Mi hijo lindo! —Mi madre me abraza en cuanto llego—. ¡El menor de mamá!

—Usted no tiene remedio —Ya tengo 35 años, pero mi madre todavía me trata como si fuera un niño.

—¡Qué nostalgia de ti, mi hijo!

—¡También te extrañé, madre! —La abrazo con cariño.

Tanaia Lee, mi madre es subdirectora de la escuela municipal de Sonadang. Es una mujer dulce, fuerte y guerrera, enfrentó los desafíos de la vida y nos crió a mí y a mi hermano Torian prácticamente sola, ya que nuestro padre solo se dedicaba a su constructora, incluso fue dentro de ella donde falleció.

—Oye, capitán, mira ahí el orgullo de las fuerzas armadas de Urba del Sur —Mi hermano Torian estaba en la sala y vino a abrazarme en cuanto entré.

Torian Lee, mi hermano mayor, decidió seguir los caminos de nuestro padre y asumió la constructora Lee en cuanto nuestro padre falleció. Sin embargo, Torian en nada se parece al padre, él es un buen marido y padre, incluso su esposa Sarai trabaja con él en la constructora.

—¿Qué tal, hermano? —Abracé a mi mayor—. ¿Cómo están las cosas?

—Todo anda muy bien. ¿Y ya vas a otra misión? —Torian me miró serio.

—Sí, viajo pasado mañana.

—Yo entiendo que eso es tu vida, y que amas servir al ejército. Pero, todo es tan peligroso, me da miedo cada vez que sales, nuestra madre entonces...

—Yo sé, hermano, pero como tú dijiste, es mi vida y yo amo servir —Lo interrumpí—. No tengo cómo hacer otra cosa, yo intenté, tú sabes, pero yo soy un militar y quiero continuar así mientras viva.

—¡Yo espero que vivas, y mucho! —Torian me dio otro abrazo, hasta que fuimos sorprendidos por Tae saltando encima de nosotros.

—¡Oye, muchacho! —Cargué a mi sobrino en brazos y jugué con él.

—¡Este muchacho ama a este tío! —Sarai vino a saludarme.

—¿Cómo estás, cuñada? —Le di un abrazo.

—Muy bien.

Estábamos así bromeando, cuando ella entró.

Mi amiga, confidente y amante, Yuna Yoo.

—¡Hola, familia Lee! —Yuna nos saludó sonriente y vino a abrazarme—. Qué nostalgia de ti, Toshion.

—Ni me hables, también tenía mucha nostalgia —Hablé sonriente. Y me acerqué a su oído—. Ve allá a la casa conmigo hoy, quiero pasar la noche contigo.

—¡Sí, voy! —Ella sonrió y se alejó.

Yuna es amiga de mi familia hace años, ella estudió junto con Torian en la enseñanza fundamental y media. También es profesora y trabaja en la misma escuela que mi madre.

Me quedé en casa de mi madre hasta el final de la tarde y seguí viaje con Yuna.

En cuanto llegamos a mi casa, fuimos besándonos y arrancándonos la ropa, Yuna es linda, una de las mujeres más lindas de Urba del Sur, en mi opinión, claro. Nosotros estamos juntos siempre que nos encontramos, esto sucede hace años desde que ella todavía estudiaba con mi hermano, pero no es nada serio, nosotros dos estamos con otras personas también.

Yo adoro a Yuna, pero no siento algo fuerte lo suficiente para ponerme serio con ella, en realidad yo nunca he salido con nadie, siempre he vivido de casos y encuentros de una noche. La vida en el ejército dificulta una relación, fuera de que yo nunca he amado a nadie románticamente. Solo me gusta tener sexo y nada más.

En segundos, ya estábamos completamente desnudos, tiré a Yuna en la cama, me arrodillé entre sus piernas y me deleité succionando su intimidad, ella ama eso, revira los ojos y mueve las caderas frenéticamente, entonces me acuesto sobre ella y la penetro con ganas, ella grita y gime alto, yo adoro eso.

Repetimos unas tres veces hasta estar exhaustos, nos bañamos y nos dormimos juntos.

Al día siguiente

Hacía un sol intenso en Leung, ahora sí conseguí despertarme dispuesto, con la energía del sol y satisfecho por la noche de ayer.

—¡Buen día, capitán Lee! —Madu me saludó como siempre—. Hoy es el cumpleaños de la teniente Yukio, usted quedó en festejar con ella y con el teniente Kwon.

—¡Gracias, Madu! —Respondí—. ¿El regalo que encargué ya llegó?

—Sí, capitán —Madu es muy eficiente, ella hace los encargos, el repartidor puede simplemente dejar en la portería, es como si ella recibiera.

—¡Buen día, dormilón! —Sonrío viendo a Yuna despertarse—. Voy para la casa de Cheyong, ¿quieres ir junto conmigo?

—No, en realidad yo necesito conversar contigo —Yuna se levanta y me mira seria.

—¿Qué sucedió? —Me senté en la cama.

—Tú sabes que a mí me gusta estar contigo, nuestra química es perfecta —Ella me miraba como si fuera a llorar—. Pero, el tiempo está pasando, yo ya voy a cumplir 40 años la próxima semana, y no puedo continuar viviendo así, como si yo todavía tuviera 20 años. Yo quiero tener una familia.

—Yuna, yo... —Intenté hablar, pero ella me interrumpió.

—No, yo no te estoy cobrando nada, de verdad —Ella sonrió—. Nosotros no daríamos cierto juntos, yo sé eso. Entonces yo me estoy despidiendo de nuestro caso, ayer fue la última vez.

—¿Pero por qué eso, si nos estamos divirtiendo? —Argumenté—. Podemos continuar hasta que tú encuentres al afortunado.

—Entonces... Yo ya encontré, ¡yo voy a casarme! —Ella sonrió y me mostró el anillo en su dedo.

—¿Vas a casarte? —Hablé sorprendido—. ¿Con quién?

—Sungwon Han —Ella respondió todavía sonriendo.

—¿El director Han? —Hablé sorprendido. Él es el director de la escuela donde Yuna y mi madre trabajan—. ¿Él no tiene 60 años?

—Él tiene 53, y estamos juntos hace cerca de dos años —Ella reviró los ojos—. Semana pasada él me pidió matrimonio y yo acepté.

—Caramba —Alisé el rostro—. ¿Tú estás feliz? ¿De verdad te gusta él?

—Sí, yo estoy feliz y a mí de verdad me gusta él.

—Si es así, entonces solo me resta desearte que seas muy feliz —Sonreí y le di un abrazo—. De cualquier manera vamos a continuar amigos.

—¡Sí, los mejores amigos! —Ella sonrió.

***Este trabajo esta bajo contratado con NovelToon y la piratería, como la reimpresión sin permiso, están estrictamente prohibidas.***

***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***