Capítulo 2

Una hermosa niña pequeña dormía profundamente en una camilla de hospital, en una habitación VIP. Después de que se dijera que había sufrido un paro cardíaco, la pequeña logró ser salvada.

Aunque estuvo en coma durante varios días, la pequeña logró superarlo. Incluso los médicos quedaron asombrados al ver este milagro.

La niña abrió lentamente los ojos, el mundo a su alrededor parecía borroso. Se escuchó una voz débil, pero su cuerpo se sentía pesado y rígido.

De repente, de su boca salió un sonido suave, un quejido que rompió el silencio.

"Uhhh... ¿qué pasó?", la voz salió ronca, como si acabara de despertar después de un sueño muy largo.

La madre que estaba a su lado se sobresaltó al ver que su hija había despertado. "¡Cariño! ¿Ya despertaste, Princesa?!"

Los ojos de la hermosa mujer se llenaron de lágrimas; inmediatamente tocó la mejilla de su hija. Sin embargo, lo que sucedió a continuación la sorprendió.

"¡Disculpe! ¿Quién es usted, Señora?", la niña de 3 años apartó la mano de la mujer mientras preguntaba.

¡Eh! ¿Por qué mi voz es diferente?, pensó la pequeña sorprendida.

"¡Soy mamá, cariño! ¿Vara se olvidó de mamá?!", la hermosa mujer estaba devastada al ver la mirada inexpresiva de su hija.

"¡Mi nombe no e Vala, sino Kala!", dijo la niña sorprendida de nuevo, luego se tapó la boca con la mano.

¡Dios mío! ¿Por qué mi voz suena como la de una niña?, pensó Kara.

Bueno, ella era Kara Danvers. Una talentosa agente doble, era una genio y hermosa. Sin embargo, tuvo que morir a manos de su propio colega.

Recordar a su colega hizo que Kara quisiera vengarse. Parece que Kara aún no se había dado cuenta de que había transmigrado al cuerpo de una hermosa niña de 3 años.

Selvira presionó rápidamente el botón de emergencia al lado de la camilla de su hija; se veía a la niña pensando en algo, lo que preocupó aún más a Selvira.

Poco después, el médico llegó con Arvin. Sus rostros se veían muy preocupados, temiendo que algo le hubiera pasado a Zylvara.

"¿Qué pasa, Vira?", preguntó Arvin, de repente, sus ojos se posaron en su hija, que estaba en silencio, meditando.

Selvira se levantó rápidamente y miró a su esposo. "¡Cariño! Vara se olvidó de mí", dijo la hermosa mujer, visiblemente afectada.

"¿Qué quieres decir?", preguntó Arvin confundido.

"¡Yo tampoco lo sé con certeza, cariño!", respondió Vira.

La conciencia de Kara fue atraída de nuevo al escuchar la conversación de las personas cercanas a ella. La niña miró a las tres personas, frunciendo el ceño.

"¿Kiénes son utedes?", preguntó Kara, que ahora estaba en el cuerpo de Zylvara.

¡Maldición! Mi voz realmente ha cambiado, ¿será porque acabo de despertar, eh?, esos hermosos ojos redondos parecían sorprendidos y confundidos a la vez.

Los padres de la niña se sorprendieron, al igual que el médico. Arvin se acercó rápidamente a su hija.

"¡Cariño! ¿No reconoces a papá? ¡Soy papá, hija!", respondió Arvin, mirando profundamente a los ojos de su hija.

Vara frunció el ceño. "Pero yo ya no tengo padles, tío, soy huélfana", respondió la niña con sinceridad.

Esas palabras, por supuesto, sorprendieron a los tres adultos, mientras Vara los miraba con extrañeza.

¿Qué tiene de malo? ¡Si es verdad que no tengo padres!, pensó Kara.

Kara Danvers era realmente huérfana, fue criada en un orfanato desde que era bebé. ¿Por qué tenía habilidades extraordinarias? Fue porque una vez fue adoptada por un anciano.

Ese anciano le enseñó a Kara todas las habilidades que poseía durante muchos años. Sin embargo, después de que Kara las dominara, el anciano murió debido a su enfermedad crónica.

"¡Doctor! ¿Qué le pasó a mi hija?", preguntó Arvin con ansiedad.

El médico suspiró y dijo: "¡Permítame examinarla primero, Señor Arvin!". El hombre de 35 años examinó inmediatamente a la pequeña.

"¿Qué quiele el dotol?", preguntó Vara (ahora llamaremos a Kara, Vara, ¿de acuerdo?).

La niña miró al médico con recelo, haciendo que el médico suspirara.

"¡El doctor solo quiere revisar su estado, señorita!", dijo el médico con suavidad.

La hermosa niña asintió inocentemente. "¡Está bien!".

El médico comenzó el examen; incluso llevó a Vara para hacerle una tomografía computarizada o una resonancia magnética para revisar el estado de la pequeña.

Los padres de Vara esperaban ansiosamente. Solo podían esperar y rezar. Aunque su relación estaba un poco tensa debido a una tercera persona, por su hija, debían llevarse bien.

Una vez finalizado el examen, el médico se reunió con los padres de la hermosa y adorable niña.

"¿Cómo está, doctor?", preguntó Selvira. La pareja se encontraba en el consultorio del médico.

"Después de realizar una serie de pruebas, he llegado a la conclusión de que la señorita Vara sufre de amnesia debido a un fuerte golpe en la cabeza", explicó el médico.

Los ojos de la pareja de esposos se abrieron de par en par; no esperaban que su hija perdiera la memoria.

Después de escuchar la explicación del médico, el matrimonio se dirigió a la habitación de su hija. Mientras tanto, Kara, en el cuerpo de Vara, seguía confundida.

"¡Enfemela! ¿En qué año tamos?", preguntó Vara, mirando a la enfermera que la acompañaba.

¡Maldición! ¡Ni siquiera puedo pronunciar la R y la S!, maldijo Vara para sus adentros, sintiéndose avergonzada.

Aunque confundida por la niña frente a ella, la enfermera respondió de todos modos: "¡Es el año 2024, señorita!".

Vara asintió y luego volvió a mirar a la enfermera. "Enfemela, ¿me da un epejito?", preguntó Vara.

"¡Un momento, sí!", la enfermera sacó un pequeño espejo que tenía en el bolsillo y se lo dio a la niñita a su lado.

Vara lo tomó y rápidamente se miró la cara en el espejo. Los ojos redondos de la hermosa niña se abrieron de forma graciosa al ver el rostro de otra persona en el espejo.

"Enfemela, ¿kién e eta niña?", preguntó Vara sorprendida, mirando a la enfermera.

La enfermera soltó una risita divertida; cómo era posible que esta niñita no conociera su propio rostro, pensó.

"¡Esa es usted, señorita! ¿Cómo es que no reconoce su propio rostro?!", respondió la enfermera con paciencia.

Kara Danvers se sorprendió y negó rápidamente con la cabeza. Palpó ese rostro. Luego pellizcó la mejilla regordeta de la niña, haciéndola hacer una mueca.

"¡Ah, e vedad! Ésta es mi cala, ¿pelo pol qué cambó?", murmuró Vara sorprendida.

¡Un momento! No es posible, ¿verdad, que haya transmigrado al cuerpo de una niña?, pensó Kara, conjeturando.

Vara luego palpó su pequeño cuerpo, y resultó ser cierto. La hermosa joven que ahora estaba en el cuerpo de la niña pequeña se sorprendió aún más.

¡Imposible! ¡La transmigración es algo imposible!, protestó Kara en su interior.

Pero al ver lo que tenía ante sus ojos, quisiera o no, tenía que creer que realmente había transmigrado al cuerpo de una niña.

¡Maldición! He transmigrado, ¡guau, daebak!, pensó Kara asombrada.

Por supuesto, como alguien que creía en el pensamiento racional, esto ciertamente hacía que Kara lo sintiera imposible. De hecho, la mayoría de las personas en la Tierra también pensaban igual que ella.

El comportamiento de Vara, por supuesto, no pasó desapercibido para la enfermera ni para sus padres, quienes resultaron estar ya en el umbral de la puerta. Se veían muy extrañados y preocupados.

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