CAP 3 No lo haré

El amanecer es hermoso y el olor a lluvia, después de una fuerte tormenta Ayla llega al pueblo solo con su moto y un pequeño bolso que contiene solo lo que es valioso para ella. Después de refugiarse en un pueblo vecino, llegando a las primeras horas del amanecer. Ayla solo respira el aire puro de los árboles que rodean al pueblo admirando la belleza del mismo, rodeado de naturaleza, era algo impactante que jamás había visto. Ella únicamente visualiza el cartel de la bienvenida al pueblo LUNA HERMOSA.

—Este es un buen lugar, llena de tranquilidad justo como me lo describió mi abuela—Sonríe para empezar a conducir su moto. Ayla regresó a el pueblo donde nació, pero su abuela que era su único familiar le hablaba le contaba leyendas de él, así tomó la decisión de volver y vivir en la casa que le había dejado su abuela en el pueblo de herencia para vivir y tener una vida tranquila.

Ella conduce por las calles cálidas y llenas de color que le dan un toque hermoso. Hasta llegar a un hermoso y pequeño restaurante con unas mesas afuera dejando ver la hermosura de un parque lleno de color, alegría y calidez. Ella solo admira cada lugar era mejor que la descripción que su abuela le había contado.

Es sacada de sus pensamientos por el mesero que llega a tomar su orden, un chico muy joven y muy amable toma su pedido. Mientras lo espera solo observa a la gente que empieza a pasar. Hasta que su mirada se detiene en otra mesa al lado de ella es una pequeña como de unos 7 años con su tez pálida, su cara llena de ojeras mostrando un rostro cansado, llevando un gorro de lana tapando su calvicie algo que le daba a entender que la niña está enferma. La niña únicamente la mira, mientras ella le hace muecas chistosas.

Hasta lograr hacerla reír, siendo interrumpido el momento, al llegar el desayuno. Ella empieza a comer, pero la niña la sigue observando. Hasta que la pequeña se sienta a su lado abrazando un osito de unicornio de color blanco con rosado

—Eres muy linda— dice la niña.

Ayla: Tú también eres muy hermosa, una princesa—sonríe

—No, es cierto mi hermanito dice que parezca un zombi, antes mi cabello era como el tuyo ahora soy fea—tocando un mechón del cabello de Ayla. Levemente estirándolo y vuelve a su posición como resorte ella sonríe y mira a la niña con ternura sentada junto a ella.

—Entonces eres la princesa más hermosa de los zombis— La niña se ríe, para ser llamada por su madre.

—Annie—Acercándose a una mujer llamándola, muy parecida a ella,

—Lo siento mi hija te está molestando— dice la mujer apenada, Ayla mueve su cabeza con una sonrisa.

Ayla: No lo hace, es una niña muy linda y dulce—su madre sonríe. Mientras acaricia el gorro de su hija en ese instante, un hombre se acerca a la señora arrebatándole su cartera, la mujer empieza a gritar por su cartera no por el dinero, sino que en ella se encuentran los medicamentos de la enfermedad de su hija. Ayla Al escuchar eso no duda ni por un instante en perseguir a los dos hombres con la cartera, pero en esa persecución se unió un tercero que pertenecía al mismo gremio de ladrones, Ayla corre detrás de ellos. Mientras la mujer grita y algunos hombres vecinos que abren, algunos puestos de la plaza gritaban:

—¡ATRAPEN AL LADRÓN!— Más el bullicio de la gente de fondo. Ayla sé detiene por un leve instante en una frutería. Entregándole un billete que saca de su bolsillo, tomando una bolsa con unas naranjas, entrega el billete al hombre del puesto y empieza a atacar a los hombres lanzando naranjas. Hasta que logra derribar a uno de ellos y quitarle la cartera, pero en ese instante los demás empiezan a correr detrás de ella. Al instante que Ayla corre tratando de perder a los ladrones que la siguen para recuperar la cartera que habían robado... Hasta llegar más adentro de la plaza en cuestión de segundos se encontraba sorteando peatones en la plaza y vendedores ambulantes. Hasta que se detiene rodeada por los ladrones y es golpeada por uno de ellos, pero ella se defiende ágilmente evitando cada golpe, pero por un instante, la tomaron desprevenida golpeándola en la espalda. Eso la hace caer encima de un hombre.

Ambos caen al suelo del impacto cayendo uno encima del otro, en ese instante sus bocas se chocan entre sí mientras caen una de las telas de las carpas cubriéndolos. Al instante son liberados por la tela. Ayla queda encima del hombre solo le da risa al ver el hombre guapo y al ver su cuerpo aprovecha tocar los pectorales bien marcados del sujeto, sonriendo pícaramente, no podía negar que el hombre está más bueno que el pan justo su tipo con ese cuerpo esculpidos por los Dioses.

—Gracias por atraparme guapo— En ese instante la policía llega dispersando a los hombres que atacaban, huyendo en ese momento, Ayla besa al hombre para evitar que la policía la vea. Pero tampoco podía desaprovechar el momento de saborearse a ese hombre... sintiendo una corriente al tocarse sus labios. Lo cual la policía ignora, al ver que los policías se habían ido. Ayla se levanta y sonríen al hombre, que están sin palabras alguna y sin expresión levantándose al instante observándola ferozmente.

—Adiós guapo— guiñando el ojo para salir corriendo, sin dejar de sonreír con la cartera en la mano perdiéndose en la multitud y dejando al hombre guapo atrás.

Ayla se pierde en la plaza por un momento, pero después de dar varias vueltas un poco agitada vuelve al pequeño restaurante donde estaba su moto y sus cosas. Aún se encontraba la señora y la niña llena de preocupación al ver a la chica de regreso un poco agitada, pero sana y salva y con su cartera suspira de alivio. La niña corre abrazada a Ayla, le entrega su cartera a la madre de la niña, aún recuperando el aliento.

—Gracias. No sé cómo pagarte lo que has hecho no me importaba el dinero, sino los medicamentos de mí hija que son muy caros y que son muy difíciles de conseguir.— tomando su mano mientras la niña la abraza.

Ayla: sonríe un poco agitada, pero mueve su cabeza para que no le agradezco solo se agacha hacia la niña y le susurra al oído unas palabras la cual solo la niña alcanzaba oir, la cual la abraza después de eso Ayla recoge sus cosas paga la cuenta de su desayuno, para volver a su moto y conducir hasta la dirección que la abogada le había dado con la dirección de la propiedad, Pero antes de hacerlo recuerda ese hombre se ríe.

Por un instante piensa cómo María de los Ángeles cuando vio Albertano, este será mi amado. Para reírse de ella misma de sus pensamientos al llegar a una casa con un jardín descuidado, pero la casa está en buen estado, decide abrir la puerta entrando a la propiedad, solo con el morral que llevaba sus pertenencias, al entrar se escucha un ruido lo cual la hace ponerse alerta, pues no pensó que hubiese alguien en la propiedad, pero ella como no había avisado pensó que había algunos trabajadores aún trabajando, que ella había mandado a supervisar y arreglar lo que se encontrará dañado tenía que estar listo Para mudarse las semanas que estaba por venir, pero ella adelantó su viaje cuatro días antes, al entrar con cuidado se encuentra con un hombre descamisado y un poco sucio de polvo y pintura en su cuerpo lleno de sudor que lo hacía verse brillante.

—Vaya, vaya, no pensé que la casa viniera con un buen servicio incluido— haciendo sobresaltar el nombre que pintaba una de las paredes.

—¿Tu quién eres?¿ y cómo entraste?—Un poco desconcertado al ver a la chica frente a él.

Ayla: Quién soy la dueña, Cómo entré por la puerta y tengo llaves. Ahora la pregunta: ¿Tú quién eres?— Recorriendo el cuerpo del rubio con la mirada de los pies a la cabeza.

— Lo siento no la esperaba hoy soy Fadel Soy el encargado de la remodelación de la casa.—sacando una tarjeta del bolsillo y entregándose Ayla. Ella lo recibe. empezar a leer en voz alta.

Ayla: Fadel Castro experto: En plomería, reparación de techos, pintor profesional, electricista y stripper todo el paquete de completo Por cuánto me cobras por lo último.— riéndose.

— Aunque ya hay descuento pues ya estás encuerada la mitad.— sonrie

Fadel: Deje de verme así... —Cubriendo su dorso desnudo con sus manos. Ella se acerca.

Ayla: Tienes miedo tranquilo me gustan los hombres con más abdominales— fingiendo apretarlas en el aire...— Mucho gusto Soy Ayla Doria por lo que veo vives aquí — Observando un bolsos y cosas de aseo.

Fadel: Lo siento pensaba irme ante de su llegada, lo que pasa es que no tengo dónde ir mi papá se enojó conmigo y me echó, y no encontrado un cuarto amueblado donde mudarme, Pero le desocupare, esta misma tarde no se preocupe, ya únicamente falta está pared y recoger todo y amueblar, listo.— Ayla estudia al hombre que tiene su edad, quitando su morral.

Ayla: Te haré una pregunta, ¿por qué tu padre te echó?— Intrigada, quitándose su chaqueta dejando dejando ver uno de sus tatuajes.

Fadel: (Suspirando y se sienta en el sofá viejo).

—Mi padre, se volvió a casar y no le vi problema, a eso, pero la nueva mujer de mi padre me hace sentir incómodo, cuando estoy en casa se mete a mi cuarto, sin importar si estoy desnudó o no, si estoy en el baño igual, más las insinuaciones que me hace, me tienen incómodo... Hace dos días se metió en el baño cuando me duchaba y mi padre llegó al instante le hizo pensar todo lo contrario. Mi papá malinterpretó todo y no me dejó hablar solo lanzó mis cosas afuera de la calle, y no le importó ni siquiera escucharme.—dice él con rabia y a la vez tristeza.

Ayla:(se sienta a su lado). Te acabo de conocer, pero no me parece que seas una mala persona te ofrezco un trato. ¿Dime cuánto ganas en todos los trabajos que haces?.—con calma y Mirando al hombre un poco desconcertado por la pregunta.

Fadel: Eso depende hay días buenos días y malos, hay días que puedo ganar hasta 25 o más o menos. ¿por qué? —intrigado.

Ayla: Qué tal esto trabaja para mí como si fueras una especie de asistente vivirás aquí, tengo entendido que esta casa tiene tres habitaciones Te pagaré el triple al mes. Te parece.

Fadel: No entiendo exactamente que tendré que hacer para usted. —Pensativo e intriga.

Ayla: Soy nueva en este pueblo y no lo conozco, tampoco, tengo amigos aquí y serás como mi guía en este pueblo, y harás cosas cuando yo no pueda hacerlas. Ahora no lo entenderás, pero más adelante sabrás de qué hablo. Por ahora sí aceptes solo terminé de pintar la pared y acompáñame a amueblar esta casa. — Recalcando

Fadel: Aceptó. — Ella sonríe

Ayla: No te preocupes por esa mujer acosadora, yo te ayudaré a mostrarle a tu padre, a quien le debió creer, creo que seremos amigos. ¿Tenemos un trato fadel?. — sonríe , fadel toma su mano aceptando

Él se levanta a terminar de pintar y recoger todo. Ayla se queda en el sofá, pero no puede evitar pensar en ese hombre de la plaza... Sonríe

— Fadel— Él la mira pensando en que la chica es extraña, pero no parece mala persona.

Fadel: isi!—

Ayla: ¿Qué tanto conoces este pueblo y a su gente?. — un poco intrigada mirándolo.

Fadel: Nací aquí y siempre he vivido aquí. Así que conozco mucho de este pueblo. Pero no entiendo a usted una señorita de la ciudad. ¿Por qué vino a vivir en un pueblo con este?.— pintando la pared de color blanco.

Ayla: Aunque no lo creas tengo mis razones también busco tranquilidad... Creo que este es un buen lugar para hacerlo. Pero quiero preguntarte mi abuela, me contó que aquí hay una leyenda de que hay una piedra que puede curar enfermedades o heridas con solo acercarla a ella,¿es cierto?. — expectante.

Fadel: señorita, eso es solo leyendas.—

—Solo dime Ayla y dejemos la formalidad a un lado—

Fadel: (sonríe). La historia cuenta que existió una piedra otorgada por la diosa luna. La piedra era una de sus lágrimas por eso La llamaron: Lágrima de luna. Esta piedra fue otorgada a una mujer que no podía tener hijos lo cual gracias a ella meses después tuvo su descendencia, pero se dieron cuenta de que esta piedra era milagrosa... Sanaba cualquier tipo de enfermedad únicamente si la piedra le permitía emitiendo una luz a quién era digno de hacerlo, pero se dice que la piedra, por tanto, usó y perdió poder dejando de funcionar con el tiempo se hizo polvo. Hasta que desapareció eso dicen los ancianos de este pueblo. —Emocionado.

Ayla: Mi abuela me contaba cosas para dormir...

Hoy tropecé con un hombre muy guapo, alto de gran estatura, un cuerpo riquísimo, una mirada penetrante sus ojos son grisáceos y tiene una cicatriz en una de sus cejas. ¿Conoces a alguien, así?.—

Fadel: Si su descripción es acertada estamos hablando de Evan Montés.

Ayla: ¿Evan Montés?-

Fadel: sí. Prácticamente, es el dueño de este pueblo es muy respetado y querido por todos, pero no ponga sus ojos en él, sería una pérdida de tiempo muchas mujeres intentan acercarse, pero no logran acercarse o aun metro de él. Ayla se ríe al recordar el beso.

Por otra parte...

Evan se encontraba en la mansión justo en la sala mientras los demás se encontraban sentados en el sofá viéndolo caminar de un lado para otro, furioso sin dejar de ver las imágenes de Celeste cuando le disparó Naiara al interponerse entre él y la bala de todas las mujeres porque debía llevar ese rostro, pero se negaba a aceptarla como la reencarnación de su amada.

Igor: ¡Tienes que calmarte!. No me equivoco según mi predicción ella es. —Recalcando

Evan: Pero por qué lleva el rastro de la mujer que la mató. No puedo aceptarla cada vez que la miro y recuerdo sus labios en mi boca siento un odio hacia ella, por quitarme a la mujer que amo. Me niego a aceptarla. —con enojo y frustrado

Clarissa: Entiendo lo que sientes, pero si no la aceptas a ella morirás. Entonces abuelo has esperado 200 años y ahora que la tienes al frente y apareció por fin vas a negar de conocerla tan siquiera sabrás que aunque se vean iguales. No son la misma mujer, solo conociéndose te darás cuenta si es la mujer a quien amas por la cual sacrificaste y ha sufrido todos estos años — Evan se tira en el sofá.

Roy: Es cierto bisabuelo.—

Igor: Según Tengo entendido ambas mujeres murieron el mismo día y con pocos minutos de diferencia así que pueden ser cosas del destino. Solo existe una leve posibilidad de que ella comparta un destino con la verdadera Naiara. —

Evan: Eso quiere decir que puede existir la posibilidad, de que ella no lo sea — con emoción

Igor: Puede que exista, pero ahora lo que te conviene es encontrar a la chica de la plaza y tenerla a tu lado. Así podrás aguantar hasta el día de la ceremonia de la luna.— Recalcando.

Evan: No lo haré, No quiero, ni verla solo quiero que la investigues quiero saber todo de ella.— En ese instante Evan siente un fuerte dolor en su pecho que lo hace correr hacia la habitación y encerrarse en ella. Empezando otra crisis fuerte de dolor era la primera vez en siglos que sucedió en el día, porque siempre ocurría en horas de la noche y todos tocaban la puerta llenos de preocupación. Mientras escuchaba los gritos desgarradores del dolor de Evan... La pregunta: ¿Cuánto está dispuesto a soportar con tal de no aceptar el destino?...

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Comments

Tatys Maramotti Silva

Tatys Maramotti Silva

La novela está muy interesante y espero que siga así pero no me gusta leer textos que tengan errores ortográficos tannn seguidosss 👎

2025-02-17

1

Anyel04

Anyel04

Para mí ese es el castigo de la diosa por haberle rompido el corazón a una mujer que lo espero y que lo amaba con todo su ser.

2025-02-17

1

Rossi

Rossi

vaya que la diosa fue cruel, casi 200 años sufriendo y e ncontrarla con el físico de quien la asesino es cruel

2025-02-17

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