Capitulo 3

Luna se despertó algo desorientada, luego recordó que ya no estaba en su acogedora casa en Canadá, se levantó y se dio un baño. Salió de la ducha, se secó, salió a la habitación y busco en su equipaje la ropa usaría para ir a ver a la Señora Eloísa.

Quería verse muy bien presentada y profesional, ella creía que la primera impresión era la más importante.

Salió de la pequeña casa, y tomo un taxi, que la dejó en frente del Grupo EF. Al estar enfrente de la gran entrada del imponente edificio, tomo una profunda respiración y camino hacia la recepción.

- Buenos días - saludo Luna a la recepcionista con una sonrisa.

- Buenos días, señorita - respondió la chica también con una sonrisa - ¿En qué puedo ayudarla?

- Señorita, quisiera hablar con la Señora Eloísa Ferrer

- ¿Tiene cita?

- ¿Cita?, la verdad es que no tengo, pero ella sabe que vendría.

En ese momento entraba la Señora Eloísa en compañía de su asistente. La recepcionista la saludo con los buenos días. La señora respondió su saludo y volteo a ver a Luna, sus miradas se cruzaron, y con una sonrisa cálida la señora Eloísa se dirigió a Luna.

- ¿Te conozco? - le pregunto

La recepcionista, enseguida intervino.

- La señorita solicitaba verla, Señora Eloísa, Pero no tiene cita.

- Entiendo - dijo la señora Eloísa, para luego voltearse a ver a Luna. - ¿Cómo te llamas?

- Soy Luna Santander, la hija de Isabel Santander.

La señora Eloísa esbozó una gran sonrisa, y abrazo a Luna con gran cariño y calidez.

- Bienvenida, Luna. Claro que te esperaba. - la tomo de las manos y se alejó un poco para ver a Luna de arriba abajo con ternura - Dios, eres tan hermosa como era tu madre. Ella estaba muy orgullosa de ti. Me lo contó en su carta. Vamos, ven conmigo, hablemos en mi oficina. Tenemos mucho de qué hablar.

Caminaron juntas, Eloísa estaba tan feliz. De alguna forma se sentía cerca de su gran amiga.

Entraron a la hermosa oficina, estaba llena de revistas, libros, fotografías, tenía una pequeña sala, dónde se sentaron ambas mujeres.

- Gracias por recibirme, señora Eloísa. Estoy lista para empezar de nuevo. - respondió Luna, con determinación.

- Llámame Eloísa, querida. Tu madre y yo éramos inseparables - dijo Eloísa.

Luna la miro, curiosa y un poco sorprendida.

- Nos conocimos en la universidad y desde entonces fuimos como hermanas.

Luna sonrió levemente, imaginado a su madre en sus años de juventud, llena de sueños y con una amiga tan cercana. Sin embargo, algo en el tono de Eloísa indicaba que había más en la historia.

- ¿Por qué se alejaron entonces? - pregunto Luna, intrigada.

Eloísa suspiró profundamente, como si se preparara para contar un secreto guardado durante años.

- Fue por tu padre - dijo, su voz cargada de tristeza - Al principio, parecía un buen hombre, encantador y atento. Pero de pronto mostró su verdadero rostro. Era controlador y abusivo. Tu madre sufrió mucho, Luna, más de lo que te puedas imaginar.

Luna sintió un nudo en el estómago. Su madre nunca le había hablado de su padre, solo decía que él no estaba en sus vidas por una buena razón.

- Yo intenté ayudarla lo mejor que pude. Un día, después de una terrible pelea, convencí a tu madre de que debía escapar. Así que la ayude a irse, a desaparecer de la vida de ese hombre. Fue lo mejor para ambas. - continua Eloísa, sus ojos fijos en su taza de café, Pero con la mente claramente en el pasado.

-¿Y tú? - pregunto Luna, con la voz apenas en un susurro - ¿Por qué te alejaste?

- Porque él me vigilaba, Luna. Sabía que éramos como hermanas y que yo la había ayudado a escapar. Estaba segura que el esperaba que yo las visitará, y el me seguiría y las encontraría. Así que me aleje para protegerlas. Fue la decisión más difícil de mi vida, Pero necesaria para su seguridad.

Luna sintió una oleada de emociones: tristeza, gratitud y una creciente admiración por aquella mujer que había sacrificado tanto por su madre y por ella.

- No sabía nada de eso... Mamá nunca me habló de su pasado - dijo Luna, con lágrimas en los ojos.

Eloísa asintió comprensivamente.

- Tu madre quería protegerte, darte una vida sin miedo. Pero ahora que eres mayor, es importante que conozcas la verdad. Y estoy aquí para ayudarte, Luna. Para que encuentres tu camino y para que sepas que nunca estarás sola.

Con la verdad revelada, y el apoyo de Eloísa, Luna estaba lista para enfrentar su futuro.

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Comments

Elides C. Rodríguez

Elides C. Rodríguez

En verdad que buena amiga tenía la madre de Luna. la apoyo para que dejara a ese hombre manipulador

2025-04-19

1

Anonymous

Anonymous

Emocionante relato. Ojalá siga así

2024-08-19

1

Cinzia Cantú

Cinzia Cantú

Una buena amiga es invaluable, es un puerto en donde se puede anclar

2024-08-18

1

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