Capítulo 4

AARON

Como todos los días trabajamos de sol a sol, pero unas horas antes de terminar mando de regreso a mi hermana con mi madre y mi abuela y yo me dirijo a buscar a mi padre para ayudarlo, y lo encuentro junto a los otros hombres arando la tierra.

- Yo hago eso, padre, seguramente aún no has descansado, así que hazlo, o le diré a mi madre – lo amenazo a lo que le levanta las manos divertido

- Así por las buenas, si hijo – me dice a lo que yo me rio y lo relevo en su trabajo

Mi padre va a un árbol cercano, el cual le da sombra, y a pesar de que no ha estado allí ni 5 segundos, algunas miradas van hacia él y no de una buena manera.

- Arlo, si tienes tiempo de descansar, ven aquí y haz algo – le dice Leonardo, él es uno de nuestros detractores, y su hijo no es mejor que él.

- Señor Leonardo mi padre a trabajo lo suficiente, si hay más trabajo que lo haga su hijo, porque según tengo entendido estuvo toda la mañana en el río descansando con otros chicos en vez de estar trabajando con los demás – le digo a lo que su hijo, quien está detrás de él,  me fulmina con la mirada, ya que lo deje en evidencia

- No estaba hablando contigo Aaron, veo que tus padres no te han enseñado que se debe de guardar silencio cuando dos personas están hablan - me dice Leonardo

- Pero me ha enseñado a no quedarme callado ante una injusticia, y si hablamos de educar, usted no le ha enseñado a su hijo lo que significa ser responsable y el trabajo duro, porque de otra manera hubiera trabajado como todos los demás en vez de descansar – le digo

- Cómo te atreves a hablar así de mí – comienza a protestar su hijo, pero no puede decir nada más porque aparece Félix, el hijo del jefe de la aldea

- Mi padre ha convocado a todos los hombres del pueblo a una reunión, es algo urgente, por lo que deben de dejar todo lo que están haciendo y dirigirse al centro de la aldea, mi padre los espera – nos dice Félix, a lo que todos lo obedecemos, ya que el jefe no suele interrumpir los trabajos al menos que sea algo muy importante

- Esta vez te salvaste, pero la próxima no será así – me dice Joel, el hijo de Leonardo, quien me empuja y se ve sé allí siguiendo a su padre

Yo solo puedo negar con la cabeza al verlo irse, mi abuela tiene razón, algunas personas solo son idiotas.

Mientras nos dirigimos al centro de la aldea, mi padre me mira muy preocupado, ya que ambos tenemos una idea de la razón de esta reunión y no es nada bueno.

Llegamos al centro de la aldea y como nuestro grupo es el último en llegar, al tomar nuestros lugares el jefe comienza a hablar.

- Seguramente muchos de ustedes se preguntaran ¿por qué los convoque?, otros ya se harán una idea de la razón, como muchos ya saben, las aldeas vecinas han sido atacadas por un gripo de bandidos en los últimos meses, y solo es cuestión de tiempo para que lleguen aquí, hace unos días mande una carta al duque Kasar pidiéndole ayuda y protección, pero aún no he recibido una respuesta, y dudo recibirla, por lo que mande otra carta, solo que ahora al duque Tero, ya que se conoce que él es justo y protege a su gente, pero nosotros no pertenecemos a su ducado, así que no me hago muchas ilusiones en que nos ayude, por lo que será deber de nosotros mismos cuidar de nuestra aldea, es por eso que comenzaremos a patrullar la zona, y a cualquier señal de peligro actuaremos en consecuencia – dice el jefe, quien lude muy preocupado

- Pero jefe, nosotros no somos soldado, que podremos hacer frente a un grupo de bandidos – dice uno de los presentes y muchos lo secundan

- Tiene razón, nosotros no somos soldados, pero la otra opción es no hacer nada, y eso sería mucho peor, si vamos a caer, lo haremos con honor y lo haremos peleando – dice el jefe, a lo que la gran mayoría alza su voz mostrándose de acuerdo con él, incluyéndonos a mi padre y a mí

Los días que siguieron a la reunión estuvieron llenos de tención, ya que esperábamos el ataque en cualquier momento, se les prohibió a las mujeres y a los niños trabajar en el campo, así como salir de sus casas por precaución, puesto que en caso de un ataque ellos serían los más vulnerables.

- Hermano, me aburro – me dice mi hermana mientras me mira con los ojos llenos de tristeza, la comprendo, ya lleva casi una semana encerrada, debe de ser muy difícil para ella

A pesar de ser cerca del mediodía, me encuentro en mi casa en vez de en el campo, mi padre me mando de regreso para que me asegurara de que mi madre, mi abuela y mi hermana estuvieran bien, pero antes de irme mi hermana me lo impide para que juegue un rato con ella.

- Sé que te aburre estar encerrada todo el tiempo, pero tengo que volver, te prometo que intentaré acabar con mi trabajo muy rápido y vendré a jugar contigo en un rato – le digo mi hermanita mientras le doy un abrazo

- Está bien, ahora vete para que termines rápido – me dice mi hermanita empujándome hacia la puerta, pero un grito detiene su acción

- Nos atacan – dice mi padre quien ha llegado a la casa – Afra ve con tu madre y tu abuela y no te separes de ellas, Aaron ven conmigo – nos dice mi padre mientras sale corriendo y yo detrás de él

Todo es un caos, el grupo de bandidos es más grande lo que me imagine, y están acabando con nosotros rápidamente, y sin compasión, los bandidos empiezan a entrar a las casas para sacar a las personas que se esconden dentro,  mi padre y yo sin dudarlo tomamos nuestros elementos de trabajo para pelear y proteger a nuestra familia, pero no somos guerreros por lo que somos derrotados rápidamente, aunque al menos podemos decir que herimos a más de uno.

- Son unos tontos, en serio creyeron que podrían con nosotros, son unos idiotas – dice el que parece ser el líder y manda a sus hombres a saquear  lo que queda de la aldea mientras ejecuta a los hombres que pelearon, ya que nos tienen capturados

En eso veo cómo uno de aquellos hombres trae con él a mi madre y a mi hermanita, quienes intentan liberarse en vano.

- Suéltalas – grita mi padre quien lucha por liberarse, pero solo consigue que uno de los bandidos lo derribe y comience patearlo en el estómago

- ¿Qué las suelte?, que divertido, ahora ellas son mías, eres muy hermosa – le dice a mi madre mientras le toma la cara – pero es muy vieja para mí, dejaré que mis hombres se diviertan contigo – dice mientras la empuja y cae al suelo - pero tu pequeña, eres perfecta, serás mi nuevo juguete – le dice ese asqueroso hombre a mi hermana mientras la toma del brazo y mi hermanita comienza a llorar

Los hombres no pierden tiempo y toman a mi madre, así como a las demás mujeres de la aldea y yo me siento impotente al no poder hacer nada, así que comienzo a pelear para liberarme y así poder ayudar a mi madre y hermana.

- No te atrevas a hacerles nada, o lo pagarás – le grito y comienzo a sentir como algo explota dentro de mí, pero no me lastima, al contrario, se siente cálido y reconfortante, entonces la tierra comienza a temblar y con gran facilidad me libero de mis captores y puedo ver como sus ojos se llenan de terror

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