4. DES

MELODY

Cómo de costumbre llegué a casa pasadas de las cinco de la mañana, aunque solamente trabajaba jueves, viernes y sábado era muy cansado estar fuera tantas horas y a tan altas horas de la noche, bufé cuando abrí la puerta esperando encontrar a mi madre drogada como de costumbre, pero fruncí el ceño al ver que no estaba en casa. Había cosas tiradas por doquier, la casa era un desorden impresionante.

¿Qué carajos...? ¿En qué te metiste ahora, Cristina?

Mire la escena horrorizada, di dos pasos atrás intentando asimilar lo que pasaba, ¿dónde estaba mi madre? Por muy jodida y desgraciada que fuera conmigo yo la quiero, es mi madre.

Tome las llaves de nuevo y me dirigí a la calle a buscarla, esperaba de verdad que hubiera montado una fiesta en casa y que haya llegado la policía o que hubiera tenido una simple pelea como las veces anteriores, lo único que quiero es que ella esté bien, con vida.

Recorrí los callejones que frecuentaba y pregunté a varias personas -drogadictos- sobre su paradero, pero nadie sabía nada, parecía ser que se la había tragado la tierra. Estaba comenzando a temer por su vida.

No fue hasta que amaneció que regrese a casa, estaba cansada y hambrienta, pero también muy preocupada. Cómo pude me duche y me metí a la cama, moría de sueño, pero no podía conciliarlo, era extraño.

De tantos pensamientos que tenía en ese momento me quedé dormida, esperando que al despertar ella estuviera en casa, pero no fue así. Desperté unas horas más tarde y todo seguía igual, el desorden y lo solitario del departamento. Recogí las cosas como pude y arregle el lugar para que pareciera un poco más decente, comí cualquier cosa y me senté en el sofá, esperando que regresará, pero no lo hizo, ese día no volvió.

DOMINIC

Jack y Kitty estaban frente a mi mientras yo estaba sentado frente a ellos comiéndome una hamburguesa, los dos me miraban como si quisieran matarme para quitarmela, pero no podían, estaban atados. Cuanto lo siento.

—Yo no vendo, solo consumo y le doy a Jack. —Dijo Kitty. —Yo conseguí su contacto con Purcell.

—¡No hables si el jefe no te lo pide! —Le grito Sabueso. Ella bajo la mirada asustada.

—Eso me da igual, Kitty. —Dije mientras tomaba mi bebida. —Le compraron a él, no a mí.

—¡No volverá a pasar, por favor! —Dijo Jack.

—¿Cómo es que tienes contacto con Purcell? —Pregunte.

—Digamos que... Somos viejos amigos. —Murmuro mirando hacia el piso.

—Bueno, podrías contarme la historia que tengo tiempo de sobra y al parecer, tu también. —Mire mi reloj y daban recién las cinco treinta de la mañana.

—No me pidas eso, no puedo contartelo... Es-es algo muy privado. —Volvio a decir. —Solo puedo decir que tengo contacto con él.

—De verdad quisiera hacer algo por ustedes. —Puse mi mano en el pecho fingiendo pena y negué con los ojos cerrados. —Pero acaban de fabricar su lápida.

—¡Tengo esposa e hijos, se lo suplico!

—¡Yo tengo a mi hija, mi pobre Melody! —Lloriqueo la mujer. Yo me reí de ambos.

—Descarados. —Dije mirando a Sabueso quien también rio.

Jack juró por su esposa y Kitty me quiso vender a su hija y ahora recién les daba la preocupación, ¡que jodidos!

—No los mataré. —Dije por fin. —No hoy.

—¡Gracias, gracias, señor Stredd!

—Como vuelvas a decir mi nombre, si te mataré. —Lo amenacé. —Para los poca cosa como tú, me dices DES.

Mis hombres y todas las personas que estaban cerca de mí, lo sabían, sabían que tenían que llamarme por mi apodo, DES, ese estúpido apodo que me ha seguido por años, pero también me ha salvado de muchas más cosas. Solo las personas que son cercanas realmente a mí -como mi hermano- pueden llamarme por mi nombre. Nadie más.

Era cierto que todo el mundo sabía cómo me llamaba, eso ni como negarlo, pero que tuvieran permitido utilizarlo era muy diferente. MUY DIFERENTE.

—Tengo una tarea para los dos. —Dije dejando la hamburguesa de lado y limpiándome las manos con la ropa de Jack. Él se quejó, supongo que le dolía dónde mis hombres le habían metido una golpiza. —Tráiganme a Purcell, vivo.

Sonreí esperando reacción, los dos se miraron dudosos y bufé.

—¿Quieren vivir o no? Porque si su respuesta es no... —De mi cinturón saque mi arma y la cargue mientras les apuntaba, los dos me miraron con terror. —Por las buenas o por las malas, ¿cómo lo hacemos?

—Yo-yo... —Dijo Jack.

—Yo-yo... —Lo imité. —He tenido mucha paciencia con ambos, ya no más.

—Tienen un minuto para decir y ya les quedan cincuenta y seis segundos. —Añadió Colin, estire mi cuello preparado para disparar.

—¿Sabes que? —Dije yo y disparé a Jack, este cayó rendido al suelo sin vida en un sonido ensordecedor. —A él no lo necesito, la del contacto eres tu. —Señale a Kitty. —¿Qué me dices, vieja asquerosa?

Kitty me miró horrorizada, yo sonreí y me lamí los labios. Ella asintió.

—¡Bien, bien, lo haré! —Dijo. —Pero por favor ayúdame, no he dejado de sangrar y me siento débil.

Oh, sí... Le corté el dedo, bueno supongo que tengo que ayudarla o se morirá, ¿no? Y la necesito viva.

—Tráiganle un médico a esta perra y después llévenla a mi oficina. —Dije, me di la vuelta y me marché.

—Espera Des. —Dijo Colin mientras me seguía. —¡Des!

—Esta noche vamos al club de mierda al que me llevaste ayer. —Le dije mientras subía las escaleras.

—¿A qué te gustó Kitty? —Bromeo mientras entraba a mi oficina.

—Me causa asco el que se llame como a la vieja que tenemos abajo, necesito saber su nombre. —Admití pensativo.

—Preguntaré a Rose está noche. —Dijo Colin, lo miré sin comprender. —¿La buenota con la que estuve? ¡No me viste, estaba ufff!

—No digas guarradas. —Lo reprendí.

—Papá era igual que yo, ¿no te acuerdas? —Rió, pero al ver mi reacción dejo de hacerlo.

—¡No te permito que lo menciones! ¿me oyes? —Le grite, el asintió.

—Bien, bien jefe. —Dijo él. —A veces pienso que me tratas como a otro de tus empleados.

—No eres otro de mis empleados, no se me olvida que eres mi hermano, Colin. —Dije mientras me sentaba en mi escritorio. —¡Es solo que, a veces me desesperas!

—Bueno, pasemos a otros asuntos. —Dijo Colin. —Puse más seguridad en tu casa y aquí, también en casa de mamá y tú traerás más seguridad de la normal cada que salgas, no podemos arriesgarnos ahora que sabemos que Purcell está vivo. —Asentí mientras encendía un cigarrillo. —También sé que mamá no aceptaría la seguridad, pero la disfracé, no se dará cuenta.

—Bien. —Murmure distraído.

Muero para que ya sea de noche. Muero por verla.

—Si le desapareciste a la perra que le vende o su prostituta en turno, yo sé que lo que sean, sabrá que nosotros sabemos que está vivo, es mejor cuidarnos porque sabemos que él te va a declarar la guerra, ya que...

—Mate a su hija, ya sé. —Dije fastidiado mientras masajeaba mis sienes.

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Comments

Anonymous

Anonymous

Será que… va a ser su enemigo y su suegrito…?

2025-01-29

0

Rosa Martinez

Rosa Martinez

Ay no ahora que pasará cuando Des se entere que Kitty es hija de Cristina...😱

2024-06-09

0

Betty Saavedra Alvarado

Betty Saavedra Alvarado

Dess eres desalmado Cristina serás la carnada para atraer a Purcell Melody se preocupa por su madre

2024-04-10

2

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