Reflexión

La enfermera llega puntual.

Nada más entrar, se cambia el baño, después va al cuarto de Orlando y está un rato.

-" Puede usar la habitación de arriba si quiere. Para cambiarse, ir al baño... la vida ahora la hago acá abajo". -- Me sonríe mientras agarra la lata de cerveza que me he olvidado de tirar a la basura. -" Esto... Bueno".

-" No sé lo que es estar en su lugar. De seguro que tan solo estaba tomando por placer. Pero he visto muchas personas dejarse caer en la bebida por asuntos menos grabes que el suyo".

-" Debe de pensar que soy un borracho...". -- Se la quito de la mano de la mejor forma que sé. -" Ha sido... imprudente pero... Necesitaba desconectar, entiende?". -- Asiente. -" ¿ Cómo se llama? Ya que nos vamos a ver a menudo, o no, bueno... Hay algo que me gustaría hablar con usted antes de hacer nada". -- Deja tapado a Orlando, como si fuera un niño pequeño.

-" Belinda. ¿De qué desea hablar?". -- Me rasco la cabeza. ¿ Cómo lo digo para que no me diga algo parecido a mi hermana?".

-" Verá... Usted sabe que... si Orlando está mucho tiempo en su estado, pues... los gastos se disparan, ya sabe... ". -- Asiente como si esto fuera su pan de cada día. A decir verdad, es una mujer madura. -" Verá, en mi trabajo de camionero hay trayectos de una semana, es decir, que hasta el viernes no regresaría a casa. Pagan bien si es de base al cliente, bueno, es por ya me entiende".

-" Vendríamos dos enfermeras, o quizás tres".

-" Tres...".

-" Podemos quedarnos 12 horas cada una, u 8 horas cada una. Como en su trabajo, más horas trabajadas, más nos pagan".

-" Entiendo...". -- No tengo la mente para tanta matemática.

-" Por ahora venimos de parte del seguro. Como se le dijo en el hospital, hay fundaciones de apoyo y también estoy disponible en una de ellas. Si quiere, le traigo la documentación necesaria y así menos dolor de cabeza que tendría usted. Si alguna de nosotros no pudiera venir, tendría otra disponible".

-" Bueno, tampoco quiero que entre quien sabe quien en mi casa...". -- Creo que he hablado de más. --" No me malentienda...".

-" Puede también llevarlo a los centros de la fundación. Le daré información y así usted puede valorar económicamente que más le conviene".

-" No veo bien el llevarlo a un lugar así". -- Salimos de la habitación. -" ¿Un café?".

-" Por favor". -- Me sigue hasta la cocina americana y la hago una señal para que se siente en la banqueta. Lo bueno de las cocinas americanas es que puedes tener una mesa que separe la sala de la cocina sin perder espacios con paredes-" ¿Por qué no ve bien llevar a Orlando a ese tipo de fundaciones?". -- La sirvo el café en una taza y yo hago lo mismo sentándome al lado suyo.

-" Parece que le esté dejando a un lado de mi vida, nuestra vida". -- Doy un sorbo al café. Está amargo, pero necesito despejar la mente.

-" Verá Jon. Es una buena opción para personas como usted que deben de seguir trabajando sin tiempo que perder. Y además, puede ganar en seguridad de que estará bien y no andar preocupado cada vez que llegue a casa y... tener que despejar la mente como lo hizo anoche. No... le estoy diciendo que es malo, pero quizás se acostumbre a verlo así en su hogar, donde antes estaba bien o quizás... odie regresar a casa". -- Bebe el café rápido. -" Piénselo. Llamaré para que me preparen la documentación y así usted pensarlo".

-" Puedo pensarlo con calma, cierto?".

-" Si, claro. Y hágase un favor y piense también en usted". -- Se levanta y tras lavar la taza se marcha a la habitación de Orlando y la escucho hablar por teléfono.