Capítulo 4

El fin de semana llegó y como lo habían prometido, Dion y Tina tenían que asistir al evento en la galería...

Originalmente ellos irían por separado ya que él era un gran benefactor del museo y Tina iría para tratar de entrevistar al fotógrafo de esa nueva exposición.

Sin embargo, ahora ambos iban con pareja y no necesariamente se trataba del otro.

—¿Cómo me veo? —pegunto ella mientras se miraba en el espejo de cuerpo completo.

Dion levantó la mirada de su muñeca donde se intentaba abrochar los botones de su traje para verla. Y cuando lo hizo, se quedó sin aliento.

—¿Irás vestida así?

Tina le miró preocupada —Si... ¿Está mal?

Dion se autoescaneo y sonrió —Vamos vestidos casi igual.

—A juego... ¿Debería cambiarme?

Él negó —Vístete como desees, yo iré así haber si alguien capta la indirecta de que soy tu esclavo.

La oji aceituna se carcajea limpiamente ante el comentario de su esposo —Me haces ver como la mala y recordemos quien fue a la casa de quien a pedir matrimonio.

Dion sonríe y se acerca a ella para colocarsele detrás —Si, tienes razón... Empezamos con el pie izquierdo, pero admito que luego del evento en casa de mis padres ya me tenias esclavizado.

La castaña ríe, feliz —¿Frío?

Él niega y la abraza de la cintura, colocando su mentón en su hombro —No desde que estoy contigo.

—No mientas... —susurra ella mientras toma su mano y le ayuda a abrocharse los botones

Dion le besa la mejilla —Serás la primera en saberlo.

Girando sobre si, ella le mira a los ojos —Así me gusta.

El oji miel sonríe e inclinándose a ella, le besa con delicadeza —¿Y si no vamos al evento?

—Oh no... —Tina se aleja de él rápidamente —Ya se a donde va tu sugerencia. Así que mejor pido mi taxi para irme...

—Yo te llevo. —Dion la toma del brazo y la atrae a él para abrazarla

Tina sonríe —Sabes que...

—Si si, no pueden vernos llegar juntos... —refunfuña él —Pero no sueñes que dejaré que ese cantante te traiga de regreso. Porque a la casa, venimos juntos...

La oji aceituna asiente —Bien... —murmurando, se coloca de puntillas y le besa —Vamonos. —le toma de la mano y le lleva a la salida de su casa

—Oh, ten cuidado de los pervertidos que te podrías encontrar en ese evento.

Ella le mira asombrada —¿Si? —él asiente —¿Cómo quien?

—Yo por ejemplo.

—Bobo... —se ríe ella

.

.

.

Tina llego al evento y Paúl ya la esperaba fuera del museo.

—Buenas noches. —le saludo ella

—Señorita Tina, se ve hermosa ésta noche.

—Muchas gracias...

—Debió dejarme ir a buscarla a su casa.

—No hacia falta —le sonrió la oji aceituna

Entregándole el brazo, Paul le sonrió. Tina, por amabilidad enredo su brazo con el de él y juntos entraron al museo.

—¿Sabe si Andrea ya llegó?

Paúl asintió —Si, llego con el señor Park hace media hora aproximadamente.

La castaña asintió —Que bueno. ¿Y su manager?

—Ha venido con su esposa, están del otro lado de la sala.

—¿No han dado la bienvenida?

El rubio negó —No, aún no.

Ambos se acercaron al grupo de gente que estaba reunida alrededor del autor de la exposición de esa noche.

—Bienvenidos... —el hombre de ojos dorados y cabello rojizo sonríe a los invitados

—¿Gustan? —un mesero se les acerca y les ofrece copas con vino

—¿Gusta? —le pregunta Paúl a su acompañante

Ella mira aquel líquido rojo y arruga la nariz levemente antes de responder—Si, por favor...

Paúl toma dos copas de la bandeja que les ofrece el joven y le entrega una a la oji aceituna.

Tina asiente —Gracias...

—Espero que disfruten de la velada y de la exposición. —el pelirrojo alza su copa y con una sonrisa, da inicio al evento

—Venga... —Paúl acompaña a Tina para empezar el recorrido

Ambos, se detienen en la primera foto y a Tina se le crea un nudo en la garganta.

—¿De... De qué trata la exposición? —murmura

Paúl la mira de reojo —Guerra...

Tina asiente sin decir nada. La foto lo dice todo...

—Es duro verlo, ¿cierto?

La castaña asiente ante la foto de una pequeña, quien está parada a lado de su madre mientras le toma de la mano en un intento fallido de levantarla, ya que la mujer, yace en el suelo, muerta.

—Paúl, Señorita Buller.

Tina desvía la mirada de la foto y sonríe al ver a Jerry, el manager de Paúl junto a su esposa, una modelo española.

—Linda noche. —saluda la oji aceituna

—¿Recién llegan? —pregunta la esposa de Paúl —No los había visto.

Paúl responde por ambos —No, por fortuna llegamos a tiempo para escuchar a Pedro decir unas palabras.

—Tina, te presento a mi esposa, Yolanda. —Jerry le sonríe

—Un gusto... —murmuran ambas y se dan la mano

—¿Eres la novia de Paúl? —pregunta Yolanda con inocencia

Carraspeando, ella niega con la cabeza —No, sólo tuve la fortuna de poder acompañarlo...

—Pero espero tener pronto la fortuna de que eso se haga realidad. —dice Paúl, ante la mirada de asombro de todos por su osadía —¿Dije algo malo? —pregunta antes de beber de su copa

Yolanda sonríe —No, pero discreto no fuiste. —mirando a Tina, le dice —Es un gusto querida, espero verte seguido.

«Yo espero que no»

—El gusto fue mio.

Jerry y su esposa, se alejan para ir a saludar a otras personas.

Tina mira directamente a Paúl mientras éste tiene la mirada en un grupo de personas que va entrando al museo.

—Pa...

—¡Tina!

La castaña pierde la inspiración cuando Andrea llega a ella con premura —An...

—¡Hola!

Ambas se abrazan.

—Paúl. —saluda su amiga

—Señorita Luna... —el cantante le devuelve el saludo

—¿Hace rato que llegaste? —le pregunta la oji aceituna a su amiga

—Si, llegué antes que iniciará el evento con el señor Park ya que es benefactor. Pero como todo hombre de negocios se fue hace media hora y no ha vuelto. —sonríe Andrea

—¿Gustas vino? —le pregunta Paúl a Andrea

—Oh si... Gracias. —le sonríe ella

—Ahora regreso. —Paúl se aleja de las amigas en busca de aquel líquido rojo

Cuando está lo suficientemente lejos, la oji gris, mira con emoción a su amiga.

—¿Y...? —pregunta

Tina arruga la nariz —¿Y qué?

—Paúl...

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