GARRETH (CAP. 04)

Sebas es tranquilo y reservado. Tiene la mejor cara de poker de todas. La única vez que lo he visto un poco nervioso, es cuando venía de visita y veía a mi prima Lily.

* Hey, Lils ¿qué haces aquí?

Escucho un sonido sordo y sé que se le cayó el celular.

* jajajaja te lo merecías.

*- Con eso no se juega, idiota. Bueno, te llamaba para decirte que estoy en camino a Chattanooga. Me dieron un par de semanas y te visitaré.

* Excelente noticia, perro. Cuídate mientras tanto. Te veo en tres días.

*- Tú igual, bye.

Estoy distraído hasta que su voz me pone serio.

De lejos escucho la voz de Susan, pidiéndole a Bryan que la suelte. Empiezo a correr para encontrarla. Bryan está en el equipo de lacrosse y no es conocido por ser delicado.

Llego en el momento justo, para detener su brazo alzado. Empiezo a ver rojo. Le agarro fuerte la otra mano, para que suelte el brazo de Susan.

> Esto no tiene nada que ver contigo, amigo. Déjame hablar con mi chica en paz.

Por algún motivo, su comentario me irrita más. Cuando veo el brazo de Susan y el moretón que ya se le está formando, pierdo la cabeza. Empiezo a golpearlo. El tendrá más músculos, pero yo soy más rápido y con mucha experiencia peleando. No faltaban los que iniciaban una pelea conmigo, cuando perdimos las clínicas.

Siento que alguien envuelve sus delgados brazos por mi cintura y me detengo. Simplemente sé que es Susan. Me giro, la envuelvo en mis brazos y la llevo a su dormitorio. Prácticamente la estoy cargando. Llegamos al sitio y no paro hasta sentarla en su cama. No la miro a los ojos. Voy por el botiquín, que todos deberían tener y busco la crema contra los moretones. Suavemente se lo aplico.

* Tu piel es perfecta para que un moreton se luzca. Ya hemos hablado de los chicos, Susan. Habrán muchos que te ofrecerán incluso un nicho (lugar en el cementerio) uno al lado del otro. Eres muy inteligente, pero eres pésima para elegirlos.

- Entonces, ¿qué debería hacer? Tal vez, solo debería buscar encuentros casuales, como tú.

Esa idea es mucho peor. Ya es difícil verla caminar con un chico de la mano, verla pasar de uno a otro, no lo soportaría.

Termino de ponerle la crema y le pongo un esparadrapo, sobretodo para tapar lo morado. Levanto la mirada y me congelo. A pocos centímetros se encuentra su rostro, se encuentran esos ojos azules luminosos, se encuentran esos labios llenos y rosados. Ya son varias semanas que no he conectado con una chica, me está pasando factura.

Antes de cometer un error y perderla, la tomo en mis brazos y nos echamos en la cama. Debo tranquilizarme. Siento su mano en mi pecho.

- Está latiendo muy rápido, tú corazón.

Maldición, piensa rápido.

* Todavía estoy con la adrenalina encima, de haberlo golpeado y haberte cargado hasta aquí. ¿Has subido de peso?

Ahora su mano golpea mi pecho, mientras nos reímos.

- Estúpido. Eso no le puedes decir a una chica.

Ahora siento que me abraza fuerte.

- Gracias por llegar a tiempo, G.

Le doy un beso a su cabeza y, antes de avergonzarme por la cantidad de sangre viajando en mi zona sur, me siento. Giro hacia ella y al verla echada, con su polo un poco levantado, me hace querer lanzar mi resolución al aire.

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