Dennett se encontraba en su habitación haciendo sus tareas para tener el fin de semana libre. Revisó su teléfono y observó la cantidad de mensajes del grupo de chat con sus amigos.
La joven dibujó una sonrisa en su rostro y continuó haciendo sus tareas mientras escuchaba algo de música.
—Dennett —Aixa tocó la puerta.
La joven abrió la puerta.
—¿Qué sucede, papá?
—Alguien especial vino a verte.
Dennett recordó y de inmediato corrió a darle un abrazo de bienvenida a su mejor amigo.
—Safi. Pensé que te habías ido ya.
— No podía irme sin despedirme de ti.
—Qué gusto me da verte, Safiye. También me da gusto saber que vas a cumplir tu deseo.
—Gracias, señor Aixa —sonrió y se acercó— También vine a despedirme de ustedes. Dennett y usted son parte de mi familia también.
Aixa le puso una mano en el hombro con alegría.
—Gracias, Safiye, tú también eres parte de esta familia —miró a ambos —El tiempo ha pasado muy rápido.
Aixa les miró con nostalgia, recordando a ambos jóvenes siendo pequeños que solían jugar todo el tiempo.
—También quiero que sepan que cuentan con mi ayuda para lo que necesiten. No duden en decírmelo.
—Gracias, Safiye. Lo tendremos en cuenta. De todo corazón, espero que logres tus metas; no dudo en que serás un gran justiciero.
Safiye expresó emoción y también tristeza.
—Mucha suerte, Safiye. Aunque ya naciste con ella —Dennett le abrazó de nuevo —Espero verte pronto.
El joven desvió la mirada avergonzado.
Por la noche, Dennett se encontraba acomodando sus cosas, guardando aquellas que ya no le serían de utilidad y las que ya no eran relevantes. Dennett arrojó dentro de un baúl algunas cosas, entre ellas algunos cuentos infantiles. Dennett se detuvo un momento y sacó uno en especial, uno que solía amar porque era su favorito y también el de Safiye.
La morena tomó el libro desgastado entre sus manos; la portada era colorida y reflejaba la magia de la misma.
Su padre se acercó y al ver la puerta abierta se acercó. Dennett se puso de pie con el libro en la mano y se lo mostró a su padre.
—Recuerdo que solías contarnos esta historia a Safiye y a mí siempre.
Aixa tomó el libro y su rostro expresó un vacío.
—Recuerdo que Safiye y yo hicimos la promesa de encontrar el reino perdido y conquistarlo —sonrió —Pero solo fueron palabras de niños pequeños; ahora están tan vacías como la idea de creer que Klahoma es real.
Aixa colocó el libro sobre su mesita.
—Así es —sonrió. Aixa se acercó a Dennett y la abrazó —Ya es tiempo de olvidar y vivir el presente.
El inicio de semana había llegado nuevamente.
—Chicas, mi teléfono estuvo vibrando toda la noche. ¿Acaso no se cansan? —preguntó el joven.
—Estaba preguntando a Dennett sobre la tarea.
—Pudiste enviarle mensaje privado, Caddy.
—El grupo existe por algo. No es mi culpa que no estés con los búhos —dijo burlona.
—No volverá a pasar, Ru. Lamentamos haber interrumpido tus sueños.
—Ya es tarde. Por cierto, hoy se armarán los nuevos equipos de jugadores de Huntkill. ¿Van a participar?
—Qué horror —dijo Caddy con desagrado.
—No estoy al tanto de las actividades recreativas. Podrías ilustrarme —sonrió Dennett.
—Bueno. El Huntkill es un juego de cinco personas, en un área boscosa y oscura del tamaño de una hectárea. Los jugadores son vigilados por un búho y deben usar capuchas oscuras para el camuflaje, también una lupa que funciona como linterna, permitiendo ver a través de la espesa niebla. El objetivo es atrapar al equipo enemigo usando sus mejores trucos; gana quien atrape a sus contrarios primero o, en su caso, quien logre encontrar el núcleo de juego del equipo contrario, este se encuentra enterrado en algún lugar del terreno.
Dennett miró a Caddy con entusiasmo.
—No, Dennett. Ni lo sueñes, no me voy a rebajar a semejante humillación.
El profesor de paraescolar se reunió con los nuevos jugadores para darles instrucciones y, tras haber una breve demostración, los acomodó.
—Muy bien, equipos. Ahora que están al tanto de las reglas y vieron cómo jugar, podrán intentarlo ustedes. No se preocupen si fallan, todo será cuestión de práctica.
El profesor separó a los jugadores según su insignia.
—No te preocupes, Caddy. Seré suave contigo —dijo el moreno.
La rubia rodó los ojos cruzada de brazos.
—No puedo creer que accedí a esta humillación.
—Vamos, Caddy, solo será un juego —Dennett le dio un pequeño empujón.
—Más te vale jugar bien, Onyl. Olvida tu amistad con esos búhos y ayuda a tu equipo —advirtió Nahir.
Yagurth se colocó la capucha.
—Esto será fácil.
El joven dirigió su mirada al equipo contrario. Dennett y él cruzaron miradas; la joven le miró seria.
—Listos... ¡Ahora!
El búho emprendió el vuelo. Los estudiantes se adentraron al bosque; estaba tan oscuro que lo único que podían percibir eran las voces de cada uno.
Rupert parecía intimidado por tanta oscuridad.
—Oigan... ¿Alguien puede ver algo?
—No a simple vista. Por eso tenemos las lupas —Yagurth levantó la suya. Esta le permitió ver a través de la espesa niebla.
El equipo de Dennett también caminaba con cuidado mientras utilizaban sus lupas.
—No podemos usar hechizos de luz o quedaremos descalificados —añadió uno de sus compañeros.
—Con estas lupas, será casi imposible —refunfuñó Caddy.
—No podemos usar hechizos de luz, pero no dijeron nada de usar mejoras.
Dennett y sus compañeros utilizaron un hechizo para aumentar el tamaño de la lupa.
Por otro lado, el equipo de Yagurth había puesto en marcha un encantamiento de rastreo.
—Sigamos las huellas.
Ambos bandos seguían la pista de sus contrarios. Los Black Deer y los Gold Owl habían enviado a uno de sus integrantes como el buscador del núcleo mientras los otros fungían como los cazadores asesinos.
Rupert y Caddy buscaban el núcleo de los equipos.
El encantamiento de rastreo pronto reveló la ubicación del primer búho. Nahir se apresuró y encerró al joven en una trampa de cuerdas.
Por otro lado, uno de los búhos también había divisado a un ciervo y corrió hacia él para darle caza.
Rupert utilizó un hechizo de movimiento para poder remover la tierra a su alrededor. Caddy, por otro lado, hizo uso de un hechizo de agua para ablandar la tierra.
Tras minutos de búsqueda y persecución, los bandos quedaron dos ciervos contra un búho, sin contar al buscador.
Dennett se movía con sigilo entre la oscuridad, ayudándose de los árboles para esconderse y no quedar al descubierto con facilidad. Haciendo uso de su lupa, diviso una rama cerca y hechizó una liana; después utilizó un hechizo de espejo para confundir a sus adversarios.
Nahir cayó en la trampa de espejo, y cuando estuvo cerca, cayó en la trampa bajo tierra. Yagurth escuchó el quejido de su compañero y se puso alerta. El joven lanzó de nuevo un encantamiento de rastreo, pero esta vez hacia los árboles.
—«Sé que estás ahí, pequeña búho.»
Dennett bajó al suelo y comenzó su búsqueda en tierra. Sin darse cuenta, estaban muy cerca uno del otro, pero la oscuridad les impedía verse.
Caddy frustrada. Utilizó un hechizo de viento, la niebla se despejó un poco, revelando su ubicación a Rupert. Ambos estaban cerca también; el moreno reaccionó rápido y atrapó a la joven con una trampa de lianas. La rubia le miró con sorpresa.
—Estás por perder —susurró el joven —Ríndete, Fitzgerald.
La joven abrió los ojos de par en par.
—¿Cómo sabes mi apellido?
Yagurth avergonzado. Arrojó un hechizo de serpientes hacia la joven, pero Dennett logró esquivarlo. La joven preparó su siguiente ataque, extendiendo algunas enredaderas por el suelo. Yagurth las libró y lanzó el encantamiento de rastreo; este avanzó veloz hasta llegar a los pies de la joven. Él dibujo una sonrisa y siguió el rastro de inmediato.
—¡Encontré el núcleo!
Antes de que Yagurth pudiera atacar a Dennett, el búho emitió un sonido que hizo eco, la niebla pronto se dispersó y la claridad comenzó a verse. Dennett y el joven mantuvieron la mirada por unos segundos.
Yagurth se acercó a la chica y le ofreció su mano para levantarse; Dennett la tomó y se puso de pie.
—Gracias.
—No tienes de qué.
El joven se alejó. El profesor se acercó al grupo y felicitó a los ganadores.
—No se preocupen chicos —miró a los GO —Seguro que la próxima vez, lograrán su victoria. No olviden practicar para vencer; será mejor que piensen en nuevas estrategias y métodos. Nos vemos la próxima clase.
—¿Creíste que ibas a ganar? —Nahir se burló de Dennett —Por suerte mi amigo, defendió mi honor.
—No soy tu amigo —dijo frío el joven —Fue solo un juego. No te creas especial.
Dennett le miró con gracia.
—Vamos, Caddy.
—No siento mi cuerpo —se apoyó en ella.
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 56 Episodes
Comments