capítulo 3

Esa noche llego a casa con una mezcla de satisfacción y negación, o que hubiera hecho algo incorrecto. No puedo creer lo q hice, me digo, aún sigo excitada, siento como la adrenalina recorre todo mi cuerpo y un enorme cosquilleo en mi zona íntima. Nunca creí que hacerlo con una chica se sintiera tan bien, fue algo maravilloso y diferente a la ves, por mi cabeza jamás paso que yo hiciera tal cosa. Voy corriendo al cuarto en busca de Marcos, me quedé con ganas de más, necesito soltarlo todo.

Para mi sorpresa está durmiendo, acaso no descanso lo suficiente de día! Me digo mentalmente mientras muestro decepción en mi rostro. Aún así intento despertarlos y aunque se que no le gusta mucho tener intimidad me desvisto, hago un hueco entre sus sábanas, pego mi cuerpo al suyo, está boca abajo, beso su espalda dulcemente, le doy un leve masaje, lo beso, no obtengo respuesta alguna, sigue dormido.

Me esfuerzo un pocas más, pasó suavemente mi lengua por su espalda hasta llegar a su cuello en busca de una respuesta suya, pero él me quita de encima suyo, alegando que tiene sueño y mañana trabaja.

Me quedo sentada unos segundos viendo cómo se gira y vuelve a dormir, sin más remedio voy hasta el baño, me doy una ducha bien fría en busca de aliviar mi tensión sexual, luego de media hora en la ducha lo consigo, espero no coger una neumonía a cambio.

Estoy secando mi pelo cuando siento mis tripas, recordándome que no he cenado aún, estaba tan nerviosa que lo olvidé por completo. Voy a la cocina en busca de saciar mi apetito me preparo un par de sándwiches, los devoró al instante mientras pienso que debería tener un perro o alguna mascota, tal vez así no estaría tan sola.

Esa noche duermo en el sofa, lo último que quiero ver es a la cara de Marcos, pongo Juego de tronos y me imagino allí, volando entre dragones y siendo rescatada por Jhon, hasta que quedó rendida.

Marcos me despierta con el desayuno, me estiro un poco, creo que cogí tortícolis de la mala posición al dormirme, me cuenta que tendrá guardia hoy en la noche, que no me asusté si no lo veo en casa, este mes ha hecho más guardo de lo normal, me digo mientras lo observado mostrando interés, me dice q mañana tiene el día libre.

- quieres hacer algo, salimos a dar una vuelta?, le digo.

- no prefiero estar en casa y ver una película luego iré al gimnasio, si quieres vamos juntos

- ok, no era de mi agrado estar en casa, pero lo complazco.

Pasamos el día en el sofá, viendo películas, dramas, las q le gustan a él, finjo q me gustan, pero los odio y pensar que mañana será igual, tal vez deba buscar algo repentino que hacer. Parecemos dos hermanos, dos amigos compartiendo un rato. No hay una caricia, un beso, nada prohibido, ni una chispa brota de su ser, así q me quedo dormida en sus piernas hasta las cinco que suena mi alarma para prepararme para el trabajo.

Reviso los mensajes, como he dormido tanto ni pude ponerme al día, veo un mensaje de seis horas atrás, es Paula, mi próximo cliente es un señor mayor de sesenta años de edad.

Veo su foto y no puedo evitar hacer una mueca de asco, un poco feo si q está, su cara es arrugada simulando una pasa, debe ser los estragos de malas noches o tal ves mucha preocupación, pero debo atenderlo con el mismo esmero de ayer, todo no puede ser perfecto.No me voy a poner exigente en mi segundo día de trabajo, sabía que era así, ellos me eligen y no al revés.

Llegó la hora de la acción, me preparo en mi personaje cuando entra mi cliente, me devora con la mirada, tras lo cual me siento un poco incómoda. Se da cuenta y disimula.

Estoy parada frente a él y no se por donde empezar,se da cuenta y toma la iniciativa, me desviste poco a poco, va inspeccionando todo mi cuerpo hasta que se concentra en mi zona íntima, debo admitir que no esta tan mal, me da gran placer. Cierro los ojos y me dejo llevar.No fue tan mal como esperaba, me doy ánimo a mi misma y lo mejor es que no tuve que hacer nada, solo dejarlo estar.

Esa noche llego a casa, un poco cansada, aprovecho q Marcos no está y pongo música, los Beatles, Let it be, mi preferida, la escucho una y otra vez.

con una copa de vino mientras canto a viva voz, cosa que no puedo hacer di estuviera en casa. Fumo un cigarrillo tras otro, veo como se desborda el ciniscero, tras lo cual recuerdo a Marcos y sus regaños por eso, decido llamarlo

más por costumbre que otra cosa para saber cómo le va en la guardia, pero no contesta, seguro está ocupado, le envío un mensaje y voy hacia la cama, mañana será otro día y caigo en la cama así mismo,sin cambiar mi ropa.

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