Capítulo 5 Segundo Encuentro

Ernesto agarró su caballo y salió en una búsqueda llena de esperanza para su padre, cabalgo con mucha prisa solo pensaba en la flor y que vería a Isabella, cuando llego al bosque, busco la -laguna mágica- se acordó de lo que le dijo la aldeana de la laguna, "las aguas de la laguna son cristalinas, pero muy fría, alrededor de la laguna había muchas flores exóticas", se dio cuenta de que en ninguna parte del pueblo de Germánica tenía esas flores, solamente el bosque.

__también dijo que muchas de ellas son medicinales, pero ¡¿serán todas?! pensó Ernesto, "una flor por cada persona que visitaba esta laguna, pedía un deceo con todo su corazón y dejaba una flor, decían que si era de corazón puro se cumpliría el deseo", por eso le decían -La laguna mágica- que ¡¡¡leyenda más bonita!!! Exclamó Ernesto con mucha inocencia, sin saber que esa leyenda era cierta.

Siguió buscando y esperando a Isabella, y se preguntaba será que no aparecerá, ¡¡¡no es imposible!!!, ella dijo que vivía aquí, hasta que miró y por fin la vio aquella bella chica, cuando la miró su corazón latía de prisa se sentía atontado cada vez que la veía.

- ¡hola! Isabella Le dice Ernesto.

-¡hola! Ernesto le dice Isabella, ya que ella no sabía que decirle ni como acercarse, pues su sola presencia hacía que se sintiera sonrojada, cada vez que lo veía no le salían las palabras, siempre murmuraba, puesto que era una chica muy solitaria, nunca había salido del bosque.

-Ernesto; disculpa mi atrevimiento, pero aquella vez me dijiste que vivías aquí ¿Es cierto eso?

-Isabella; si desde que nací he estado aquí sola, no conozco a más nadie, solo a mi madre.

- Ernesto; que mal, ¡de verdad! pero si tú quieres yo te puedo venir a visitar todos los días, y hasta te puedo llevar a conocer el pueblo, lo dijo con mucho entusiasmo.

-Isabella; ¡¡de verdad!! Yo nunca he salido de aquí, me da miedo, pero estoy dispuesta a intentarlo, aunque mi madre nunca me a dejado salir, ella dice que algunos humanos son muy aterradores y no le gusta que yo salga, bueno tampoco es que me dan tantas opciones.

-Ernesto; ¿cómo se llama tu madre? Algún día me gustaría conocerla.

-Isabella; Malleus es el nombre de mi madre.

-Ernesto; pero me parece que lo e oído antes.

-Isabella; mi madre me dijo que ella antes solía vivir en el pueblo hace años, pero que los aldeanos la traicionaron, y que desde entonces vivimos aquí, bueno eso es algunas de las cosas que me ha dicho porque no le gusta, y me da pesar porque siempre la veo como sollozando.

-Ernesto; ¡vaya! No sabía que en este bosque podía vivir alguien.

-Isabella; siempre pensaba si algún día iba a conocer otro lugar que no sea este bosque, pero ahora sé que si porque tú me ayudarás, y yo algún día te seré de ayuda.

-Ernesto; te puedo pedir un favor, ya que dijiste eso, me puedes ser de mucha ayuda, sé que apenas nos conocemos, pero siento que te conozco de toda la vida.

-Isabella; si, claro dime.

-Ernesto; ¿En este bosque se encuentra la flor raflessia?

-Isabella; no estoy muy segura, creo que si, pero tengo que preguntarle a mi madre ella sabe de eso.

- Ernesto; podrías preguntarle ahora mismo.

-Isabella; no puedo, si se entera de que estoy hablando con alguien estoy segura de que se enojaba mucho y me encerrara a ella no le gusta que yo tenga amigos, bueno es que ella es muy desconfiada, pero no es mala, más bien ya es tiempo de que te vayas, ella debe estar por venir aquí, ya que ella se sienta conmigo en las orillas de la laguna, por favor vete.

-Ernesto; qué, no me quiero ir, me gusta estar contigo, pero para no causarte problemas mejor me iré.

 - Isabella quedo impresionada nunca alguien le había dicho algo así, ella era tan inocente como una niña, al escuchar eso le hizo muy feliz, y le dijo te espero mañana, mi lechuza te ayudara a salir del bosque, prometo que mañana te ayudaré con la flor.

-Ernesto muchas gracias Isabella, mañana vendrá sin falta, nos vemos pronto, se montó en su caballo y empezó a galopar con mucha felicidad de solo pensar que Isabella y el eran amigos, y que ella lo ayudaría con la flor medicinal, por fin después de tanto tiempo el siente que esta avanzando poco a poco con su investigación.

Ernesto tenía grandes esperanzas de que allí se encontraba lo que buscaba, así que debía regresar de nuevo sin que su madre se enterara, ya que está de solo escuchar que él entraba al bosque se volvía loca y él no sabía por qué, pero solo pensaba que tarde o temprano se enteraría de algo; Sin más él siguió avanzando en su camino sin darse cuenta ya había llegado al palacio estándo allí tenía que escabullirse para que los guardias no lo vieran y pudiera entrar en su habitación, esto a Ernesto le fastidiaba, pero sentía que valía la pena, ya casi llegando casi su madre lo encuentra y este logro esconderse en una esquina, y solo se escuchó un suspiro, tan pronto se fue entró rápido dio un salto a la cama y se quedó dormido diciendo mi bella Isabella...

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