Capítulo V: La calidez que niegas

...

- Y bien belleza, te has tratado de mantener alejada de todos y más de nosotros los hombres, ¿Porqué? Hmm tan carismáticos y guapos que somos -Puso una cara de lástima mientras jugaba con la báscula de mi consultorio-

- Si tanto quieres saber ¿Por qué no lo investigas? -Dije irritada- Y deja de jugar con eso, estúpido, no parece que fueras el Yakuza más cruel y temido por todos, demonios -Dije tratando de concentrarme-

Ignoró mis palabras y continúo entusiasmado como un pequeño niño - Pero entonces, ¿Cómo es que mantuviste una relación por tanto tiempo con un hombre? ¡oh! ¡no me digas que no era un hombre! -Comenzó a reírse sarcásticamente-

- Vaya chiste de tan mal gusto, parece que andas de buen humor, ahora por favor lárgate no quiero que incómodes a los pacientes -le dije seria y sin despegar la mirada de los archivos que leía-

~ Ahh~ realmente no podía, así había transcurrido el último mes, todos los días Alí Yoshanaku se presentaba puntual en el hospital y se la pasaba preguntando sobre mí o contándome sus anécdotas sobre como llegó a expandir su poder, cuando atendía a mis pacientes el observaba en silencio hasta que nos quedaramos solos de nuevo ¡y seguía hablando sin parar!, lo disfrutaba tanto que parecía un pequeño travieso yendo al trabajo de su madre por primera vez

De alguna manera me estaba acostumbrando a este hombre, era tan idiota como... cómo un hombre, tan sexy como un modelo, era inusualmente amable pero tan despiadado y frío como un asesino, una combinación de todo un poco, a final de cuentas él comenzaba a parecerme algo normal, tanto que me agradaba, pero no, no debía ser así~

- ¿Me dijiste por favor? ¡Vaya avance que tuve! -Dijo sonriente y volviéndose a mi- Esto amerita una cena, te llevaré al mejor restaurante así que-

- No, trabajo horas extras -Dije fría-

Vaya mujer... se atreve a interrumpirme, ¿Quién lo pensaría? Trato de ser lo más amable posible Yo, el gran Alí Yoshanaku, maldición aún así me tiene...

- ¿Qué tal si te tomas el resto del día libre? -dijo sonriendo incómodamente- Puedo pagar tu salario, incluso puedo comprarte el hospital si así lo deseas -dijo recuperando su postura tranquila-

Deje los archivos que leía y lo mire de forma desagradable

- He sido tolerante contigo porque eres insistente y no veo como deshacerme de ti, pero dime, ¿Sabes el aumento de accidentes que hay durante una noche? Aún más, ¿Sabes cuántas personas mueren? Y lo que es peor, ¿Sabes que la mayoría de sus familias les es imposible sacar el cuerpo por los costos que les imponen? -Le dije enojada- Por supuesto que no lo sabes, disfrutas asesinar a manos llenas sin siquiera apreciar la vida humana, eres de lo peor que hay en el mundo, y no lo digo porque seas hombre -Pensé un segundo- Hmm bueno sí, también por eso, eres asqueroso ante mis ojos

Alí Yoshanaku dejó lo que estaba haciendo y se apresuró a la puerta para ponerle seguro, luego se acercó a donde yo estaba y se inclino con un aura amenazante hacia mi

- Escucha Chiasa, yo no mato por matar, mi legado se expande a costa de personas malas, así me gusta porque así lo merecen, he asesinado a políticos, otros mafiosos, rebeldes, ceos y traficantes, quienes derrochan todo, son corruptos y solo disfrutan a su propio beneficio y toman inocentes en manos, yo solo les arrebató su poder y lo hago mío, a mi manera, no involucro personas inocentes

No quería admitirlo pero era cierto, desde que el clan Yoshanaku había empezado su legado todo hasta los diferentes países comenzaron a cambiar a bien, la bolsa incremento, eran criminales, asesinos pero estaban obrando bien, mejor que cualquiera

- A mi clan lo considero familia, lo valoro como tal, su pecado es asesinar a esos malditos, de limpiar la basura y así darme más poder, pero no tienes idea de a cuántos hemos liberado, ellos son buenos y buscamos gobernar como se debe, rectos y con perfecta exactitud -Me miró fijamente y se mantuvo imponente-

- Entonces es parte de tus planes ¿conseguirme? -Respomdí- ¿Es que a caso tu vida corre más peligro de lo usual que necesitas a un médico a tu lado? -le dije haciéndome hacia atrás, sentía que su mirada trataba de consumirme- O si es un capricho el querer tenerme en tu cama, puedo darte una noche, así dejarás de fastidiarme la vida

- No Chiasa, es cierto que mi vida es peligrosa, siempre estoy expuesto a que me asesinen en cualquier instante -me levantó y me arrinconó contra el escritorio- pero desde que te conocí, fuiste tan diferente conmigo, no te importo quien era y me trataste con la punta del zapato eso me motivo a hacerte mía pero conociéndote por ti misma, en tu día a día, la máscara que te pones al tratar a tus pacientes dejando de lado tu odio, me hace admirarte... Chiasa me he enamorado de ti

Colocó su mano en mi cintura y se agachó lo suficiente para besarme de manera apasionada, deslizó su otra mano por debajo de mi blusa y comenzó a tocar mis pechos, me acercó a él y de momento sentía que era tocada totalmente, se sentía tan bien, hacia tanto tiempo que no era tocada así, con tanta pasión y gentileza, deslizó su mano en la falda que hoy llevaba y acarició mis piernas de arriba a bajo, sin despegar sus labios me comenzó a quitar la bata

Diablos me estoy dejando llevar -Pensé-

Me aparte rápidamente de él y acomodé mi ropa, nos quedamos un momento en silencio hasta que decidí hablar

- No me importa lo peligroso que eres, no importa quien seas, eres igual a todos ante mis ojos, no puedo, no permito enamorarme de nadie y no lo haré, tu eres una piedra en un zapato, una piedra muy molesta, no dejaré que destruyas todo lo que he construido hasta ahora -le miré decidida y fría-

- Sé que tú niñez y adolescencia no fue buena pero-

- No tiene nada que ver eso, tal vez influyo en algunos pensamientos en esos tiempos, pero no lo suficiente como para darle importancia

- Entonces, es por él -Fue inevitable apartar mi mirada, y siguió- El colocó demasiados sentimientos que aún no puedes procesar ¿No es así? -Se acercó a mí y tomo mis hombros-

- Es suficiente por hoy, vete -le dije apartando sus manos-

El tomó mi cara apretándola y con su otra mano tomo mi cintura y me acercó a él con mucha fuerza mientras me miraba irritado y casi por perder la amabilidad que me había brindado

- Dime, ¿No puedes perdonarlo? o acaso ¿No puedes perdonarte?

Cerré mis ojos y el adivinando mi respuesta me soltó bruscamente, abrió la puerta y salió sin decir más

Pasó el día y justo como dije realicé horas extras quedándome hasta la madrugada, salí y me dirigí a mi apartamento, de alguna manera me sentía abrumada y molesta por Alí Yoshanaku, no comprendía, ¿A caso me estaba volviendo bipolar? Odiaba el que él tratara de monopolizarme pero a la vez eso me gustaba, no puede ser, de verdad no quiero enamorarme

Llegué a casa y tomé mi teléfono, marqué

- ¿Hola? ¿Es usted señora Chiasa? -dijo una voz masculina con tono alegre-

- Sí, tengo ganas de jugar, te quiero en mi departamento en dos horas -Hablé sin emoción-

- Sí... Amo...

CONTINUARA

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