Helena corría por el amplio jardín, no entendía porque su cuerpo se había movido solo, pero no podía parar. Llego a la entrada del gran edificio de piedra donde se encontraban las oficinas de los magos de alto rango, abrió la gran puerta y corrió escaleras arriba.
-Srta. Helena esta bien? – pregunto Gustav al ver como la maga corría por el largo pasillo en dirección al despacho de su Padre.
-Gustav, mi padre necesito ver a mi padre!!! – dijo la joven, pero sin escuchar las palabras del asistente avanzo, abrió la gran puerta y entro.
-Helena? – pregunto sorprendido el viejo mago sentado tras el gran escritorio de madera con una taza de te en la mano. – Pequeña estas bien? –
Helena escaneo el gran despacho, pero no había nadie más que su Padre, en ese momento la tristeza le apretó el pecho, pero no sabia que la había llevado a correr de esa manera o que intentaba conseguir actuando de esa manera tan irracional.
-Helena mírame estas bien?! – el viejo mago de cabello blanco sacudió a la joven por los hombros, Helena tenía el rostro pálido, el pelo desordenado y algunas gotas de sudor caían por su rostro, levanto la mirada y se encontró con los ojos preocupados de su Padre.
-Yo…yo… lo siento – fueron las únicas palabras que salieron de su boca, no sabia como explicar lo sucedido además surgirían muchas otras preguntas si contaba su real interés.
-Padre perdóname …. Yo ... yo estaba preocupada, vi desde la gran biblioteca que unos forasteros se dirigían hacia aquí.
El mago la observo, no creyó las palabras de su hija, pero decisión no preguntar, sabía desde que la conoció que habían cosas que era mejor no preguntarle además ella tampoco las diría si esa no era su intención.
-Tranquila pequeña, este viejo aun se puede defender solo – dijo riendo Alator – toma un poco de te así te calmas y podemos conversar un poco –
Helena asintió con la cabeza y se sentó en el futón del gran despacho, como lo hacia cuando llego a ese lugar se acurruco en el gran futón y puso los pies arriba mientras se cubría con la manta que le había dado su padre porque pasaba horas sentada allí estudiando.
-Sabes quienes eran lo visitantes no es así? – la pregunta del mago tomó por sorpresa a Helena quien no supo que responder y se mordió el labio inferior.
-Yo… yo…. No lo sé – mintió Helena bajando la vista hacia el suelo.
Alator sabía perfectamente que la joven mentía, pero no pregunto más y se limitó a seguir hablando.
-Eran Caballeros y sacerdotes enviados por el Gran Santuario – el mago levanto un poco la vista para ver la reacción de la joven, pero Helena no reacciono, eso resolvía su duda, la joven ya lo sabía.
-Vinieron a hacerme una propuesta –
-Una propuesta? – pregunto confundida Helena, que era tan importante para que el Gran Santuario viniera a la Torre de los magos.
-Te contare. - respondió Alator. Helena lo levanto la mirada, los ojos penetrantes del mago hicieron que un escalofrío recorriera su espalda y luego hablo lentamente.
-El Gran Santuario ha divisado varias hordas de monstruos, los cuales han ataco algunos pueblos y devastados otros completamente – Helena parpadeó ante las palabra de su Padre, mientras el mago hacia una pausa y analizo la mirada de la joven y continuo.
-Acudieron al consejo de los magos para pedir ayuda. Es posible que resurja la guerra de hace cientos de años. – la actitud de Alator era calmada en todo momento, su rostro no mostro cambio alguno ante la noticia, pero Helena sabia lo que eso significaba, habría vidas en juego.
-Gue…guerra? – balbuceo Helena.
Alator asintió lentamente - el Comandante de los Caballeros Sagrados vino aquí a pedir ayuda para enviar un contingente y unirnos al destacamento que ira a las ruinas del Reino de Krom, al parecer aún existen documentos con información relevante para evitar una guerra –
-Padre rechazaste esto no es así? – preguntó con preocupación la joven.
El mago guardo silencio y Helena comprendió lo que eso significaba. – no puedes ir! – grito la joven mago – Porque debes arriesgar tu vida por ayudar a esos sacerdotes – la ira de Helena iba en aumento, su odio por el Gran Santuario era evidente desde su llegada a la torre de los magos, lo cual era normal para cualquier mago, pero ella llevaba ese odio a niveles peligrosos, por eso la propuesta que tenía que hacer el anciano no era sencilla.
-En el extinto reino de Krom se inventó el idioma antiguo, y solo algunos magos, incluyéndome aun dominan y pueden interpretan los escritos.
Helena quedo en silencio analizando las palabras de su Padre, él tenía razón, el idioma antiguo era muy difícil de leer y solo quedaban unos cuantos magos que aun eran capaces de eso, además de interpretando fórmulas mágicas, era normal que el contingente necesitara muchos a los magos.
-Pe-pero… aun así ¡!! – antes de que la joven pudiera seguir hablando el anciano hablo.
-Helena necesito que tu vengas conmigo –
-Que?! …yo… yo… todavía no he terminado mi proceso de formación, no puedo salir de la torre, no lo hare. – respondió la joven – y tú tampoco puede ir, los magos no tienen obligación alguna con el Gran Santuario!
Alator suspiro ante la impaciencia de la joven, era verdad que era uno de los mejores magos en formación, pero su temperamento no era facial de controlar.
-Helena necesito que me acompañes – respondió Alator tranquilamente, pero sabía que necesitaría algo mas que suplicas para convencer a la joven quien había jurado nunca dejar la torre. – Si te unes a esta expedición, te daré el código que le falta a la fórmula mágica en la que estas trabajando desde hace años. -
Los ojos de Helena brillaron ante la oferta de su Padre, ella sabía que su fórmula estaba incompleta y que había visto el código faltante en un libro antiguo, pero aun así no quería trabajar junto a los sacerdotes del Gran Santuario.
-Aun así, Padre… no lo hare – respondió la joven poniéndose de pie – si me disculpa Padre me retiro – Helena camino enfurruñada hacia la puerta.
-Entiendo… pero antes de tomar una decisión, tienes que saber que el líder de la Expedición es el Comandante de los Caballeros Sagrado.
Helena se giró antes de llegar a la puerta y respondió – eso no cambia mi decisión, que el portador de la reliquida sagrada dirija el destacamento solo confirma la desesperación del Gran Santuario – respondió la joven con desdén tomando el pomo de la puerta.
-Me falto mencionar que el nombre del Comandante de los Caballeros Santos es Sir Joshua León.
Al escuchar ese nombre el cuerpo de Helena se paralizo por completo y los recuerdos de una inocente muchacha llorando de rodillas en el muelle frente a un barco vinieron a su mente, Helena apretó el pomo de la puerta con fuerza, se llevó la mano al cuello donde de una delicada cadena dorada colgaba un sencillo anillo y susurro – León –
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Updated 36 Episodes
Comments
Sandra Martinez
¡oooooh! él volvió como caballero del santuario y no le agradan los magos por como como siente que es humillarse por pedir ayuda.
2023-10-20
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Lenita
Que gran dilema para Helena, debe seguir amando a León, y también a su padre el mago. Al final tendrá que ir. El corazón manda.
2023-10-19
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