Capítulo 5.- Acepta que te gusta

Shaoran POV

Muchas veces me he dirigido a Mei como linda y esto me divierte bastante, ya que cada vez que lo hago ella se ruboriza y me pide que deje de decirle así, pero por más que se queje estoy seguro de que no le desagrada por completo, puesto que si fuera así me pediría con un tono más severo y firme que deje de hacerlo y es por eso que cuando me dijo que no, no le creí, además de que estaba dudando demasiado al darme su respuesta.

-¿De verdad?- alcé mis cejas en señal de que su respuesta no me convencía -si logras convencerme de que te desagrada dejaré de decirte así.

-Mmmm- Mei se mordió el labio, se notaba nerviosa y parecía no tener idea de que decir.

-¿Y bien?, estoy esperando por tu respuesta- le reclamé algo impaciente, sinceramente creo que tenía ganas de hacerla enojar,  ya que se ve súper tierna y graciosa cuando se molesta.

-¡Agh! está bien, está bien, lo admito ¡me gusta, me gusta mucho!, ¿contento?- por un momento pareció haber entrado en shock y pude ver como sus mejillas iban adquiriendo un tono rojizo.

-Si mucho- en mi rostro se dibujo una sonrisa de satisfacción y en el momento en el que hable pareció que Mei había salido de su estado de transe. Pero a decir verdad me sorprendió mucho su respuesta, para nada esperaba que me dijera eso.

-Entonces, ¿qué quieres hacer ahora linda?- creo que fue algo estúpida mi manera de preguntarle puesto que acabo de hacerla explotar, pero ya no hay vuelta atrás, veremos que pasa.

Eres un idiota, ¿cómo puedes tratarla así?

Cállate consciencia esto no es para tanto.

-¿Realmente no puedes dejar se llamarme así?- me respondió mientras se cubría el rostro con las manos, así que creo que volvió a sonrojarse.

-Bueno linda- dije con un tono coqueto -ya que has aceptado que disfrutas que te llame así te aconsejo que vayas acostumbrándote a escucharlo- cuando terminé de hablar la acerqué a mí y rodeé su cintura con mis brazos para luego depositar un beso en su mejilla. Definitivamente estoy cavando mi propia tumba.

Mei POV

Okey, estoy a punto de explotar, no puedo creer que Shaoran me haya dado un beso en la mejilla.

No seas ridícula te ha gustado eso, al igual de como disfrutas que te diga linda.

Que consciencia más fastidiosa tengo, no puedo ni pensar algo sin que yo misma me esté contradiciendo por cualquier tontería.

Finalmente me animé a hablar -Creo.... que ya deberíamos volver- en realidad no quería irme, sólo necesitaba alejarme de él durante un momento.

-¿Por qué tanta prisa?, mejor conversemos un rato ¿si?- preguntó mientras me observaba con una cara suplicante.

-Bien y ¿sobre qué quieres hablar?- pregunte enfadada por su comportamiento.

-Podrías hablarme un poco sobre ti y cuando tu termines yo te hablo sobre mí para conocernos mejor, ¿te parece?- me respondió inmediatamente y se acomodó en la arena para escucharme.

Asentí con la cabeza casi de inmediato, ya que esto no parecía tan mala idea y era mucho mejor a seguir discutiendo por las tonterías que hacemos o decimos -principalmente Shaoran-.

-Nací el 16 de julio en Tianjin, cuando tenía 4 años me mudé a Shanghái y ahora vivo aquí en Tianya, todo esto gracias al grupo Song, que es donde mis padres trabajan. Me gusta leer, pasar tiempo con mi familia y amigos, escuchar música, salir de excursión y prácticar surf.....- pensé algunos segundos, pero no encontré nada más que decir -creo que eso es lo más relevante de mi vida, y ¿qué hay de ti?.

-Bueno linda, a diferencia de ti yo he vivido toda mi vida aquí y suelo ser introvertido con la mayoría de las personas- ¿en serio?, yo creo que esto último ni él mismo se la creé, ya que se ha acercado mucho a mi en tan pocos días y él fue el primero en hablarme -sé lo que estás pensando y para que lo sepas eres la primera persona con la que hablo tan fácilmente- ¿cómo supo lo que estaba pensando?, ¿es una especie de telépata o yo soy demasiado obvia? -me gustan los deportes, estar en los exteriores, la naturaleza y prefiero ver peliculas a leer un libro.

Luego de haber estado hablando por un largo rato le pedí a Shaoran que volviéramos a nuestras casas, ya que si regresaba demasiado tarde de seguro mis padres exagerarían las situación y no quiero pasar por ello. Me puse de pie y comencé a caminar, inmediatamente Shaoran comenzó a seguirme y me tomó de la mano hasta que llegamos a nuestras casas, lo cual como se pueden imaginar provocó que me sonrojara, nos despedimos y cada quién entró a su respectivo hogar.

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