¡no sé qué hacer!

Después de pasar varios días encerrada, jazmín decidió salir de su habitación, necesitaba tomar aire fresco, despejar su mente y pensar con claridad, pues ya no era una niña y las decisiones que tomara a continuación cambiarían totalmente el rumbo de su vida, los últimos días habían sido fatales, la separación del que ella pensaba que era el amor de su vida, el enterarse de que estaba embarazada, las náuseas y la falta de apetito le estaban pasando factura; así que decidido ir a la playa, esta era su terapia favorita cuándo estaba estresada; desde que era niña le gustaba caminar en la arena, contemplar el atardecer y sentir la brisa que va y viene en completa libertad, de alguna manera la hacía sentir tranquila.

Se puso una playera, un short y unos tenis, recogió su cabello en un moño alto y aplicó un poco de maquillaje, pues su piel morena se notaba un poco pálida; salió de su casa sin avisar, iba tan sumergida en sus pensamientos que cruzó la calle sin percatarse que un carro se acercaba, cuando se dió cuenta, un frío recorrió su cuerpo dejándola en shock, por suerte el conductor reaccionó a tiempo y pudo maniobrar el auto quedando solo a unos centimetros de jazmín

-¡que te pasa!; ¿estás loca? Le gritó el joven mientras bajaba de su auto; pero al ver que ella no contesto y tampoco tuvo ninguna reacción le pregunto más calmado -¿se encuentra bien señorita?

Ella solo alzó su mirada confundida, se sentía mareada, por un momento su vista se oscureció y perdió el conocimiento, el joven asustado la tomo rápidamente en sus brazos, la subió a su auto y se desplazó al hospital más cercano. Al despertar jazmín se encontraba muy desconcertada, no sabía dónde estaba ni como había llegado allí.

-¡ya despertaste! exclamó con gran alivio, mientras ella lo miraba sin entender lo sucedido

-Sé que debes estar confundida, mi nombre es Sebastián Rodríguez dijo el joven con tranquilidad mientras se sentaba en un sillón que se encontraba en aquella habitación, ibas cruzando la calle, te atravesaste y por poco te atropello, por suerte soy muy buen conductor añadió con una media sonrisa, luego te desmayaste te subí al auto y te traje al hospital, pero no te preocupes no paso nada, estás bien y el bebé también, el doctor dijo que el desmayo es debido a qué no te estás alimentando bien

-¿ya me puedo ir? Le pregunto jazmín con timidez, pues el tema de su embarazo era algo que no terminaba de asimilar, todavía no sabía que hacer, no lo iba a abortar, pero aún no sabía si se iba a quedar con el, y no se sentía cómoda hablando del tema

-si claro, el doctor dijo que ya te puedes ir, todo está en orden, también dijo que debes alimentarte mejor por la salud del bebé, ¿tienes a quien llamar para que te venga a recoger?

-¡no! Exclamó rápidamente..no quiero que mi familia se preocupe, me iré sola, ya me siento mejor, se quedó pensando cuanto tiempo había pasado -¿qué hora es? pregunto, pues había perdido la noción del tiempo.

- son las seis de la tarde, está a punto de oscurecer, por esa razón no creo que sea prudente que estés por ahí sola y mucho menos en tu estado...yo te llevo vale!

Ella quiso negarse, se sentía avergonzada de que el se tomara tantas molestias, pero el insistió en llevarla, entonces al ver su persistencia acepto su ayuda, tampoco era que tuviera muchas opciones. De camino a casa reinaba el silencio, Sebastian tenía mucha curiosidad por la joven que llevaba en su auto pero temía ser imprudente... muchas preguntas pasaban por su mente..¿cómo una chica tan joven podía tener tantos problemas? sus ojos reflejaban mucha tristeza, además cuando le tocó el tema del embarazo ella se puso muy tensa, por un instante se preguntó si ella queria acabar con su vida, o ¿acaso no quería al bebé? no pudo aguantar más y le solto la pregunta

-¿Tú..tú querías suicidarte?

La pregunta la tomó por sorpresa, jamás se le había pasado algo así por la mente¿por qué él pensaba eso? A pesar de las dificultades ella siempre había valorado la vida, y aunque no estaba en su mejor momento quería seguir viviendo y cumplir muchos sueños. Ella no volteo a mirarlo solo se dispuso dar una respuesta simple, pero que quedara claro que ella no era una loca suicida

- ¡Quiero vivir, jamás he pensado en eso!

-¡Disculpa si te ofendí nada más tenía curiosidad! y ¿como te llamas? después de todo no me has dicho tu nombre

-Jazmin Ross, y no se preocupe, solo tengo algunos problemas dijo cortante, normalmente ella no es así, ella es muy dulce y amable, pero no estaba de buen ánimo aunque en el fondo sabía que el no tenía la culpa, ¡nadie tenía la culpa!

El ambiente se tornó muy incómodo y continuaron el viaje en silencio, al llegar le agradeció por todo, mientras pensaba en lo extraño que había sido ese día y en cuál difícil era encontrar personas tan amables como el.

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