Pasado — Platónico Obsesivo

PASADO

Nahuel

¿Qué pensabas Nahuel? ¿Qué hoy te iba a dar bola?

"Que ridículo que soy por deos"

– Tu cara es muy obvia Nahu, vamos con los pibes a disfrutar, no le des importancia...

– Vamos Patito– Me voy con Pato y mis amigos, por esta noche no quiero mirarla más...

Llevo años mirándola con admiración, Tamara es mi platónico obsesivo. Cuando empecé la secundaria, solamente tenía en mi cabeza salir jugar al fútbol, mientras a todos mis amigos ya les gustaban las chicas, a mí no me interesaba en lo más mínimo, la pubertad me llego más tarde que a los demás o eso parecía.

El segundo día de clases la vi, y como lo que era yo en ese momento, un pendejito, mi corazón empezó a latir a mil... Los primeros días me limite a observarla, pero como ya es parte de mi personalidad no conocer la vergüenza, no tarde mucho en declarme.

Y así paso... me declaré una y otra vez, sin dejar de rebotar como un tarado... Pero como la esperanza es lo último que se pierde, me volví insistente a más no poder, quizás en algún momento le iba a ganar por la misma insistencia.

Acá estamos, 5 años después, igual de frío como el primer día. Y ya estoy cansado...

– "Mira quien llegó" – me señala mi amigo. Veo entrar a Azucena, una compañera de otro curso con la que hemos apretado un par de veces, aunque de besos no pasamos. Está buenísima la morocha así que... ¿Por qué no?

Siempre pasa lo mismo, cada vez que coincidimos en una fiesta, termino desilusionado viéndola chapar con otro, y yo yendo a buscar su reemplazo "Que triste"

Pero en fin, al mal tiempo buena cara, no puedo estar con mi amor, pero al menos no voy a quedar solo, y si tengo suerte Azucena esta vez sí me la presta jajaja.

********

Después de algunas horas de joda, y yo ahora tranzando con Azu sentada en mis piernas, la madrugada nos estaba agarrando, era hora de irnos.

– ¿Qué hacemos ahora Azu? – le digo con mi mano apretando su culo. Espero entienda la indirecta.

– ¿Querés ir a mi casa? – Te juro que esta vez no hay nadie– La última vez me dijo lo mismo y después nos encontramos hasta con parientes que estaban de vacaciones, la verdad no sé si creerle.

– ¿De posta? – le pregunto dudoso.

– Sí Nahu, vamos...

Después de unos minutos estábamos en la parada del bondi meta apretar, esperando el colectivo obvio.

Entre besos empalagosos, porque tengo que admitir que Azu tiene alta jeta, escucho que llegan personas a la parada.

– ... entendés lo que te digo. – Es su voz, estoy seguro ¿de qué estará hablando?

Corto el beso disimuladamente y abrazo a la trompuda, entonces miro al costado y efectivamente es ella y está con Luana y Eli.

"Sí me mira un segundo" no sé que hago...

Entonces pasa lo que imagine, Tamy gira su cabeza y por aproximadamente 3 segundos y medio nos quedó mirando. Eso es suficiente para que yo mande todo a la mierda.

Alejo un poco Azu y miro mi reloj de muñeca...

– uhhh Azu. Me vas a tener que perdonar, pensé que era más temprano, tengo que llegar a casa, hoy se va mi abuela y la quiero despedir– más mentiroso que pinocho en su época.

– "no me jodas" ¿es eso o es porque llego la colorada? – dice despacio y con la cara me señala a Tamara.

– No te entiendo boluda jajaja – que risa más pelotuda– ... Deja de hablar pavadas, ya vamos a tener tiempo vos y yo. – tan caliente que iba a estar.

– pero al final nunca podemos, y en la escuela no me das ni cinco... te la pasa atrás de esta– me la vuelve a señalar.

– ¡Ahí viene el bondi! – salvado por la campana– ... Mañana te llamo del fijo de casa– mentira, ni el número de su casa tengo. Le pego un buen jetazo así no dice nada y me subo rápido al colectivo detrás de Luana y mi amor.

Pago el boleto y fijo que se sentaron atrás de todo, menos mal que el bonito va vacío.

– "Hola mi amor"– le digo sentándome al lado de ella.

Vivimos en distintos barrios, pero siempre tengo la suerte que nos toca el mismo colectivo.

– jajaja "que hdp este Nahuel" la dejaste calentita a la Azucena– se ríe Luana.

– Vos no podés ser más cara dura, pobre la trompuda, quería acción y la dejaste con ganas.– me reprocha Tamy, que desilusión.

– es que quería estar con vos ¿cuál es el problema?

– jajaja pajero, medio irónico que me digas esas cosas después de chaparte a la jetona.

– ¿y vos? ¿Dónde dejaste al rubio de quinto?– le reprocho. Tiene que entender que si ella me diera un poquito de bola, yo no estaría con nadie más.

– eso, ¿qué paso con el pobre rubio? – le pregunta Luana.

– Nada, lo de siempre, no me gustó como beso, y ¿lo viste bailar boluda?

– jajaja eso te pasa por no dejarme a mí, estoy seguro de que mis besos te van a hacer volar– la interrumpo.

– "ay no wacala"– es cruel– ... Aparte ni en pedo me meto con vos, anda a saber a quién te cojiste, mira si se te pego algo... siempre andas con cada una.

– Tamy ya... basta– Le dice Luana y ella levanta los hombros.

– mmm ¿eso importa? Igual soy muy cuidadoso a pesar de mi corta edad, siempre me cuidé... Y a vos...– me acerco a su oído– no te cojeria, a vos te haría el amor.– vuelvo a besar su mejilla con desespero.– Acá me bajo– les anuncio cuando la puerta del bondi se abre, – ¡no vemos el lunes chicas!– digo despidiéndome y bajando del colectivo. Ya estando abajo miro como se va y le tiro un beso, pero ella me saca el dedo del medio ¡Dios, como me gusta hacerla enojar!

En un par de semanas nos egresamos, y después corre la posibilidad de entrar en la Universidad de Córdoba, y no me va a quedar otra que irme... Pero es mi decisión, asi que lo voy a intentar con Tamy hasta el último día, y si nada funciona me voy a ir para siempre decidido a olvidarla...

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