II

Dormir, la acción con menos acción de nuestro día pero que nos permite descansar de la agotadora jornada que dejamos detrás, para mí dormir es el regalo más grande que nos ha dado Dios.

Si es que existe.

Mi día comenzó con el pie izquierdo, de forma literal claro está, me levanté tambaleante de la cama mientras escuchaba el horrible y estruendoso sonido de fondo de la alarma, siempre escogía el sonido del gallo para asegurarme de no dormir veinticuatro horas seguidas, pero cada mañana me arrepentía. Con la mirada perdida traté de encontrar el interruptor de la luz, ignoré el desorden que era mi cama y fui al baño para lavarme los dientes.

— ¡Juwon! — El grito de mi madre rápidamente se hizo notar, sabía que debía apresurarme.

— Ya casi estoy — Le respondí, pero dudo que me haya escuchado.

Bajé con apuro las escaleras que llevaban al segundo piso en donde estaba la cocina y me senté en la barra mientras saludaba a mi madre con la mirada.

— Tardaste en escuchar la alarma, casi te quedas sin desayuno — Me dijo, obviamente bromeando, o eso quiero creer — Espero que aproveches el día para estudiar, no te quiero ver jugando en ese computador todo el día.

Rodeé los ojos y recibí el plato de huevos y tofu que me estaba ofreciendo, justo cuando estaba dando la primera probada entró mi padre a la cocina con su traje listo para salir a trabajar, se sentó junto a mí y no dijo una palabra hasta que mi madre le sirvió su desayuno.

— Hana, apresúrate o llegaremos tarde.

Eran apenas las siete de la mañana y ellos ya debían irse.

— No te preocupes cariño, mi hermana llegará pronto, decidimos ir juntas hoy.

Con ese solo cruce de palabras mi padre asintió y recogió su maletín para irse a toda prisa en su auto. Me levanté de la mesa agradeciendo el desayuno y subí a mi cuarto para tomar un baño, Taewoo vendría hoy para repasar junto a mí los temas más importantes del examen del lunes. No me encontraba solo en casa, pero así me sentía y cuando me siento de esta manera es cuando más comienzo a pensar en cosas que no debería.

Park Doyun, no éramos mejores amigos o algo por el estilo, pero nos habíamos vuelto algo cercanos durante los últimos meses pues hacemos buen equipo en los trabajos de la escuela, pero recientemente me había estado sintiendo extraño con su presencia. A veces siento que toda persona que se enfrenta a un momento de confusión en el que cree no tener ni idea de lo que sucede, tiene una pequeña voz en el fondo de su cabeza que le dice lo que pasa, pero por alguna razón todos ignoramos esa voz, tal como yo lo estoy haciendo ahora mismo.

Si no lo pienso no es real.

Sin darme cuenta estaba en mi cama con bermuda puesta y una camiseta blanca, con mi cabello mojado empapando mis prendas y la mirada perdida en la libreta beige que tenía en la pequeña mesa de noche, ¿Cómo llegó eso ahí?

— Que extraño, no suelo dejarla tan a la vista — Me dije, era riesgoso dejarla ahí, no es que tuviera algo malo pero mi madre suele malinterpretar las cosas.

— ¡Juwon, llegó tu amigo! — Gritó mi madre y los pasos apresurados de Taewoo no se hicieron esperar, entró a mi habitación sin preguntar nada y cerró la puerta mirando que no viniera nadie.

Caminó emocionado hacia mí con una sonrisa estúpida en su rostro, sonrisa que se borró en cuanto comenzó a escanear mi cuarto.

— ¿En serio Juwon? Hay una botella de refresco en el piso, el escritorio está lleno de papeles viejos y no has tendido tu cama, me niego a estudiar en un ambiente así.

— Oh vamos, luego habrá tiempo de limpiar, más bien dime que te tiene tan contento — Le dije con obvias intenciones de dejar el tema de mi desorden atrás.

Su mirada se exaltó y comenzó a hablar — Chismoso, pero mira, resulta que ayer cuando volví a casa con mi primo Jun me escribió y me dijo que nos viéramos mañana en la noche, como una cita — Me dijo emocionado mientras su rostro se enrojecía.

— Muy pronto serás el novio de Jun.

Pero los momentos felices siempre duran poco, talvez por eso los apreciamos tanto.

— ¿Juwon? ¿Quién es Jun? — La número uno de las chismosas alias mi madre se apareció repentinamente luego de haber abierto la puerta con sus sigilosas manos.

— Es una chica que le gusta a Tae, ¿Por qué la duda? — Respondí rápidamente, pues a mi amigo parecía que Elsa lo había congelado.

— No es nada solo me pareció haber escuchado que hablaban sobre un chico — Mi cuerpo se estremeció al escuchar aquello, mi mente se puso en blanco.

— Claro que no señora Min, hablábamos sobre Jun mi futura novia — Respondió repentinamente Tae mientras adoptaba una pose extraña para denotar seguridad.

Mi madre se carcajeó al ver los gestos y poses de mi amigo y con un leve asentimiento de cabeza abandonó la habitación, Taewoo y yo nos aseguramos de escuchar sus pasos en el primer piso antes de decir alguna palabra.

— Eso estuvo realmente cerca.

Ambos adoptamos un semblante serio luego de aquel momento tan tenso y optamos por comenzar a limpiar la habitación antes de estudiar, por lo que me dispuse a acomodar el escritorio en lo que Taewoo tendía la cama con dedicación. En mi escritorio había demasiadas hojas, la mayoría eran de los exámenes de inglés que había presentado hace unos meses para completar mi curso, mis padres habían pagado clases para que obtuviera un certificado y mejores salidas laborales, ver aquellas hojas con la palabra “aprobado” realmente lograba enorgullecerme un poco.

— ¿Nueva libreta?

Todo mi ser se sobresaltó inmediatamente al escuchar la palabra libreta salir de la boca de alguien que no fuera yo, Taewoo estaba sosteniendo mi libreta en sus manos con claras intenciones de revisarla. No lo culpo, normalmente no anotaba cosas demasiado personales en mis libretas, únicamente dibujos y listas de deberes, pero esta vez era diferente.

— No la abras — Dije sonando un poco más amenazante de lo que me hubiera gustado.

Él bajó la libreta y la puso de nuevo en la mesa de noche — ¿Desde cuándo nos ocultamos cosas Ju? — Preguntó y temí estarme viendo más rojo de lo que realmente estaba, la vergüenza se estaba apoderando de mí — Ya veo, sabes que puedes contarme lo que sea cuando te sientas listo.

Asentí y no dije una palabra más durante nuestra jornada de limpieza.

...「🌙」...

— ¿Se puede hallar la mediana de un conjunto de datos con variable cualitativa? — Me preguntó sosteniendo el viejo libro de estadística.

Con entusiasmo levanté mi mano para responder — Depende, si es una variable cualitativa ordinal sí, ya que podrías organizar todo según el valor asignado a cada variable, por ejemplo, “bueno, regular, malo” la mediana sería “regular” pero no es adecuado calcular la mediana en estos casos, únicamente lo es para variables cuantitativas.

Él asintió en aprobación a mi respuesta y me atacó con la siguiente pregunta — Si te piden hallar el coeficiente de Pearson y únicamente tienes en tus datos el coeficiente de determinación, ¿Qué deberías hacer?

— Sacar raíz cuadrada al coeficiente de determinación.

— Bien, estamos listos por ahora — Dijo antes de voltear a ver la computadora para confirmar la hora — Joder, ya es de noche, mi mamá va a matarme y tu padre también.

— No seas exagerado.

— Sé muy bien que no le agrado mucho — Afirmó mientras tomaba su chaqueta y su mochila para luego abrir la puerta de la habitación y bajar las escaleras hacia la sala junto a mí.

Ya estábamos a solo unos cuantos pasos de la puerta de entrada.

— A él no le agradan muchas personas, pero no quiere decir que desee matarte pues — Las palabras fueron arrebatadas de mi boca cuando la puerta se abrió de golpe.

Mi padre yacía bajo el umbral de la puerta con su serio semblante, sus ojos pasaban lentamente por nuestros rostros, examinando cada una de nuestras expresiones, casi como si quisiera ver lo que sucedía en el interior de nuestras mentes, buscando revelar cada secreto oculto, cada pecado. Sin decir nada nos hicimos a un lado y lo dejamos pasar, él caminó lentamente hacia la cocina no sin antes voltear a vernos, o bueno, voltear a ver a Taewoo con esa mirada tan fulminante que lo caracterizaba.

Tae no dijo una sola palabra, tan solo salió de mi casa no sin antes hacerme una mirada de “te lo dije”. La puerta se cerró en mi cara y la voz de mi madre no se hizo esperar, ¿Desde hace cuanto estaba en casa? Caminé con prisa a la cocina y pude verla sirviendo la comida de mi padre.

— ¿Hace cuanto llegó? — Le pregunté y fui a sentarme en el comedor junto a mi padre.

Mi madre puso frente a mí un plato de ensalada, arroz y un poco de atún, luego se sentó paralelamente a mí antes de decir palabra alguna.

— Hace unas dos horas, pero estabas tan ensimismado en tus estudios que no lo notaste — Enfocó su vista en mi padre para que la voltease a ver antes de hablar — Por cierto, hoy hubo un gracioso malentendido con el amigo de Juwon, creí escuchar que estaban hablando de que su amigo tenía un novio, pero al parecer hablaban de una chica — Reveló y comenzó a soltar la carcajada más fastidiosa de la vida, como si acabara de soltar un gran chiste.

Pero mi padre no sonrió.

— ¿Estás segura de que no hablaban de un hombre? Conociendo como es ese chico.

— Hablábamos de una chica, se llama Jun y va en nuestra escuela — Le dije sin tratar de interrumpirlo en el proceso.

Mi padre clavó la mirada en mí, sus ojos se mantenían quietos mientras yo trataba de no verlo, sabía de algún modo que me estaba mirando, que me observaba penetrante esperando que me atreviera a decir algo más.

Pero no podía.

El sonido que provocaba el tenedor de mi madre golpeando la cerámica logró hacer que él desviara su vista a otro lado. Traté de comer, traté de ocultar que la tensión no me estaba afectando, que no había perdido el apetito.

— Iré a mi cuarto a descansar un poco — Dije, unos minutos habían pasado y había logrado devorar todo el plato, pero sin haberlo disfrutado.

Traté de conciliar el sueño, di un par de vueltas en la cama, conté todas y cada una de las ovejas que cazaban los zorros en mi imaginación, preguntándome una y otra vez si los zorros realmente cazaban ovejas, pero con las pocas ganas de ir a buscarlo en internet. Finalmente opté por escribir algo, sorpresivamente cuando tomé la libreta y volví a la cama con ella y un lápiz para escribir el sueño comenzó a atacarme, pero eso no me detuvo.

“Una gran nube gris se ha posado sobre mi pequeña cabaña de compostura y ha logrado derribar una parte del tejado, pero sigo aferrado a la cama pensando que la nube se irá por su cuenta, pensando que si no la molesta no me hará nada. Mientras estoy en esa pequeña cabaña me encuentro solo, solo y listo para pensar en quien ha inundado mi mente últimamente, Park Doyun, se siente tan mal escribir sobre ti, sobre lo inteligente y aplicado que eres, sobre como te tomas tan enserio tus estudios y deseas dar siempre lo mejor, sobre lo bello que se ve tu cabello cuando el viento trata de hacer de las suyas desarreglándole el pelo. Admiro los gestos de nerviosismo que haces cuando estás apunto de exponer en clase, el como mueves tus manos para recordar mejor las cosas, como adoro todo eso…”

El sueño me había ganado.

Más populares

Comments

Dlaw

Dlaw

Ayno

2023-12-23

0

Dlaw

Dlaw

Sigo compartiendo la idea de que me parece tierno

2023-12-23

0

Dlaw

Dlaw

🤔

2023-12-23

0

Total

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play