CAPÍTULO IV: El cártel del Zar

Terminando sus días de descanso se comunica con Girard Moreau Bonnet, el equipo de seguridad francés, que funciona en Marsella, liderado por Simón Durand para informarle que está listo para iniciar con el operativo, para que él les dé la orden de iniciar operaciones. Andreu Messina vendría en un barco cargado con varios tipos de mercancía entre ellas un lote importante de armas última generación, para reforzar las defensas del que algún día fuera el cartel de su padre, cartel que heredó de su padre

Para Girard Moreau Bonnet no era conveniente que ese cartel se recuperara, porque el objetivo sería ir contra el mismo, no podía permitir que se reestructurara y menos al mando de un Messina. Girard ordena que se proceda de inmediato con el decomiso de la mercancía. El barco propiedad de Andreu Messina navegaba por aguas internacionales, diez lanchas rápidas que zarparon de distintos lugares, rodean el barco, la tripulación de barco se defiende y disparan sobre las naves piratas, estas contestan el fuego con ametralladoras de repetición, mientras se acercan peligrosamente rodeando la nave

Continua el intercambio de disparos, pero las lanchas ya alcanzaron el barco, comienzan a escalar por todos los lados, logrando abordar la cubierta, tras mas intercambio de fuego cruzado, los hombres se van rindiendo y logran someter a la tripulación, realizan un despliegue sobre el barco, en busca de Andreu Messina, quien se esconde muy bien en los fondos del barco, pero uno de los mercenarios identifica unas mujeres, como la familia de Andreu Messina, se trata de su esposa y sus hijas

Le hablan por el parlante --- Andreu Messina ríndase o mataremos a su mujer y a sus hijas--, las golpean, las guindan del cabello para hacerlas gritar con desesperación, tratan de violar una de ellas, los gritos son aterradores que Andreu Messina aparece y se rinde. Se acerca un carguero de Girard, realizan el trasbordo de personas y mercancías de un barco al otro, El carguero de Messina lo incendian y lo hunden en medio del mar, las lanchas rápidas vuelven a su destino

Van rumbo a la Ciudad de Cali, donde desembarcan las personas y la mercancía, en recipientes de pescado, la llevan a la mansión del cartel del Zar. El Zar vuela en helicóptero a la mansión de Cali, para recibir sus invitados, los observa a través de un vidrio, separa a las mujeres. Guindan por los brazos a Andreu Messina, quien pregunta una y otra vez, --quienes son uds., yo sé que trabajan con Girard, da la cara cobarde --, el mercenario le pregunta –quien más está involucrado en este cartel, cuál de las familias --, el capo Messina jura y perjura que no piensa hablar, no importa que lo torturen o lo maten, llevan a su esposa la colocan frente a él, la arrodillan y le colocan una pistola en la cabeza, el mercenario vuelve a preguntar –quien más está involucrado, de los nombre--, el responde – solo yo y mis hermanos que heredamos el cartel de mi padre o lo que quedo de él, lo juro –

El mercenario dice – respuesta equivocada --, este mal hombre disparo sobre cabeza de la esposa de Andreu Messina, quien grita de dolor --¡Nooo!!!, malditos, desgraciados, mi esposa no ---, los mercenarios traen ahora una de sus hijas y la colocan en la misma posición que su madre, preguntan nuevamente – diga los nombres de las familias involucradas --, Andreu Messina entendió que, dijera lo que dijera, todos iban a morir, por lo menos de un tiro en la cabeza la muerte es instantánea, se conformó con ver a su hija y le dijo –te quiero mi amor, perdóname--, el mercenario hiso lo mismo, disparo sobre la joven

Ahora el mercenario le pregunta al Zar, --- que hacemos sr. no quiere confesar --, Girard entendió la actitud de Andreu Messina, sabía que moriría igual, el Zar contesta – no va a confesar, mátenlos a todos, no dejen ninguno vivo y desaparezcan los cadáveres ---, así se cumplió, después de interrogar a la tripulación los desaparecieron a todos, borrando las evidencias

Pasaron diez días, según los informes de Simón Durand, las familias involucradas estarían buscando como locos a Andreu Messina, en Marruecos, se trataban de cinco jóvenes, hijos de los cabezas mayores eliminados por Girard, ya identificados con nombres y apellidos, fueron capturados en Marruecos y ajusticiados, simplemente desaparecidos. Esto atemorizó a las demás familias, que prefirieron no insistir en la recomposición del cartel y dedicarse a otras cosas, sin embargo, Simón Durand, debía seguir vigilando las familias francesas

Pedro Uzcategui alias El Parce, le pide al Zar hablar con él, sobre cómo proceder con los individuos que se niegan a cooperar con la familia, se refería al grupo de sicarios que no habían sido incluidos en el negocio. Girard les envió una invitación para integrarlos, los reunió a todos, enviándolos con el grupo de mercenarios a entrenamiento, el que sirve regresa a trabajar, el que no sirve desaparece

Girard Moreau Bonnet, conforma el comité que lo ayudaría a mantener el orden de los carteles, mientras domina el ser primitivo radicado en los latinos, para esto llama a sus amigos más allegados, Eléonore Petit, una dama muy prestante, de fortuna, relacionada con las élites mundiales, con muchos contactos con la realeza; Alexandre Travis, un caballero con gran dominio en inteligencia militar;  Pierre Durand, especialista en ser un manejador de negocios, experto en finanzas; Thomas Roux, el rey de la tecnología. Este grupo disidiría quien vive o quien muere, que negocios se hace y cuáles no, entre todos manejan la economía del mundo

El Zar propicia una reunión con los jefes de familias, a este grupo se les conoce como el clan, la reunión se convocó en la ciudad de Cali Colombia, tenía como objetivo, establecer el orden de la estructura del cartel del Zar y dar a conocer el comité que decidiría los destinos de todos, los grupos familiares asistieron puntualmente, cada integrante del clan de acuerdo a su especialidad indicó las normas a seguir, siempre bajo la semántica de Girard, la cual compartían completamente

Ésta primera reunión duraría una semana, en la primera noche, se les aplicó un gas inodoro adormecedor, para instalar un microchip tecnológico en cada uno. Los días siguientes se les entrego, equipo sofisticado de comunicaciones y lugares donde colocarían la mercancía para ser enviada. Los jefes de familia no conocían los detalles del movimiento de la mercancía, a quien se la vendían, cuanto cobraban por ella, las rutas de envío, solo el comité decidía en el momento del envío y la negociación

Pero enviar mercancía por su cuenta, era un delito grave para el Zar, que se pagaba con la vida, como le Paso a unos de los capos colombianos del cauca, la misma estructura del Zar lo intercepto en plena acción entregando la mercancía, fueron juzgados en esa misma semana, que se realizó la primera convención de las familias, encontrándolo culpable y allí, delante de todos los jefes de familia fue ajusticiado, esto como una alerta para el resto de los miembros. Realmente arriesgarse a ser castigado no tenía sentido, las ganancias eran excelente para las familias, sobre todo que se recibía en dinero limpio, no se necesitaba las caletas de los campos antiguos, se vivía dentro de la sociedad como personas de bien, sin ser requerido por las autoridades, por eso era tan importante no meterse en problemas judiciales

Reorganizar los carteles bajo estas premisas le llevo años a Gerard, el ajusticiamiento como medida de convencimiento duró mucho tiempo, pero cada año era menor estas incidencias, para las autoridades judiciales el narcotráfico había terminado, se distraían hablando de los antiguos carteles, muchos de esos hombres fueron a juicios, defendidos por la estructura del Zar, pagaron pequeñas condenas, pero quedaban liberados de cargos

El cartel del Zar no solo se dedicaba al narco tráfico, también tenía negocios como la trata de personas con diversas finalidades, para la prostitución, esclavitud y venta de órganos, también grandes laboratorio para el refinamiento de las drogas, en niveles médicos, sustancias no comercializadas comúnmente, pero de altísimos costos en comparación de las drogas normales

Pero en otro lado de Francia, en la ciudad de Mónaco, viven dos familias multimillonarias legendarias, sus fortunas has sido heredadas de generación en generación, sus propiedades incluyen castillos de la época medieval, ellos son las familias Petit Dumont y Laurent Perrin, quienes han conservado una gran amistad por siglos, desde las épocas que se conformaron como familias, han mantenido negocios y sociedad en el transcurrir del tiempo

Hace siete años dos jóvenes, hijos de cada una de estas familias, se enamoran y se casan, esta boda fue aplaudida ya que, en ambas familias, solo quedaban ancianos, para continuar con las dinastías de las dos, este matrimonio representaría su continuidad y la unión de las familias, ellos son Cateline Petit Dumont y Edmund Laurent Perrin, al poco tiempo Cateline se embarazo, y tuvo un hermoso bebé, a quien llamaron Michel Laurent Petit

Cateline y Edmund, son padres ejemplares, le enseñaban a su hijo los valores morales y no los materiales, a pesar de la fortuna que poseían, que debía ayudar a los más necesitados porque esa era su misión de vida, ambos compartían con su hijo todas sus necesidades y todas sus emociones. Con ellos vivía, Alfredo Marcel y Leo Louis, el mayordomo y el ama de llaves, quienes eran como unos segundos padres para ellos, de mucha confianza.

Alfredo Marcel, poseía un poder general, que lo autorizaba a manejar sus asuntos en caso de alguna ausencia o emergencia, como hombre previsivo que era. Por extrañas circunstancias en los siguientes años, los padres de los jóvenes fueron muriendo, por diversas enfermedades y de edad avanzada, quedando ellos como los herederos de ambos imperios.

Habían pasado seis años del nacimiento del niño y a pesar que la familia se encontraba de luto, sus padres piensan celebrar su cumpleaños, ya que él es muy pequeño y no conoce de luto, así que preparan todo para el cumpleaños. Se van los tres al centro comercial para que escoja su piñata y demás cosas, vienen de vuelta se suben al vehículo con las compras, Edmund Laurent Perrin, va al volante, pone en marcha el vehículo, cuando lo embiste un camión muy grande y los colisiona, en el impacto se abrió la puerta de atrás y el niño sale disparado fuera del vehículo, un hombre que pasaba por allí por casualidad, toma al niño inconsciente y se esconde detrás de un quiosco de revistas, en eso llega un motorizado con dos hombres, el de atrás detona una ametralladora sobre las humanidades de Cateline Petit Dumont y Edmund Laurent Perrin, y huye

El hombre con el niño en los brazos, entra al centro comercial y sale nuevamente del establecimiento por la puerta de atrás, sube a un taxi y desaparece del lugar. Al sitio del siniestro acuden rápidamente la policía, para el levantamiento de los cadáveres, el chofer del camión se habría dado a la fuga junto con los motorizados, sin que nadie pudiera reconocer a los asesinos de la pareja.

La noticia llega a Alfredo Marcel, quien despliega un fuerte operativo en coordinación con la policía, en busca del niño Michel Laurent Petit, revisan los alrededores, los locales del centro comercial, preguntan, pero nadie da alguna información. Alfredo cansado con la búsqueda con dos días sin dormir, regresa a la mansión, se sienta a comer y por la entrada de la cocina, entra el jardinero de nombre Paul Dubos, le dice – por fin lo veo sr. Alfredo, llevo dos días buscándolo, necesito decirle algo muy importante --, Alfredo le dice – lo más importante para mi ahora es encontrar al niño --, Paul le responde – sr Alfredo no se preocupe más, yo lo tengo --.

Aquel hombre boto el café que se estaba tomando, se levantó y lo abrazo, el jardinero le conto con detalle lo sucedido, -- cuando sucedió el choque yo estaba caminando frente al centro comercial, vi el choque de lejos, corrí hacia el carro de los amos para auxiliarlos, mientras corría, vi cuando el niño salió del carro, en eso también vi que venían los motorizados con la ametralladora, llegue primero que ellos, recogí al niño rápidamente, me escondí detrás de quiosco, los sicarios descargaron el arma, uno le pregunta al otro – falta matar al niño, búscalo --, el pasajero de la moto comenzó a buscar, pero la patrulla de la policía estaba llegando, el que manejaba la moto le dice al otro – súbete que viene la policía, ya no hay tiempo --, se subió y arrancaron a toda velocidad, lo único que pude ver es que los dos motorizados tenían tatuado en la muñeca de la mano derecha un alacrán, como el del signo cáncer –

Alfred le pide a Paul Dubos, que mantenga el niño un día más con él, mientras arregla todo. Se dirige al departamento jurídico del consorcio Laurent Petit, le entrega pruebas de vida del menor, pero por seguridad, le manifiesta al este despacho jurídico que el mismo Alfredo no sabe dónde está, pero que necesita hacer valer el poder que los padres de Michel, le otorgaron para que actuara por ellos ante cualquier eventualidad, el despacho jurídico le avalan la solicitud, nombrándolo el albacea y tutor del niño, se hará cargo de su educación y de su integridad hasta que cumpla la mayoría de edad

Paul Dubos, viste al niño con ropas de niños pobres, pantalones rotos, zapatos desgastados, sale en un taxi común hasta el lugar que Alfredo le indico, un lugar desolado en la carretera donde hay un café a un lateral de la vía, es un merendero, entran allí y se comen un helado,  allí llego Alfredo en un Helicóptero para recoger al menor, solo él y el piloto, sin tiempo que perder vuelan directo al aeropuerto, entran al baño y lo viste con ropas común, esperan el anuncio de vuelo y abordan el avión con destino a la ciudad de  Miami, en Estados Unidos. Ciudad en la que Alfredo Marcel habría comprado un apartamento sencillo de clase media, con un carrito muy modesto usado, por supuesto con identificaciones cambiadas, ahora se llamarán Jones Smith y su hijo Peter Smith

Alfredo Marcel para proteger al niño de esa organización criminal desconocida, saca el niño de Francia llevándolo a Miami, educándolo con lo mínimo necesario para vivir, sin opulencia, nadie conoce el paradero del niño. Se las arregla para que, en los diarios de todo el mundo, aparezca la noticia en primera plana, -- matan a familia multimillonaria, la joven pareja Cateline Petit Dumont, Edmund Laurent Perrin y su hijo de seis años Michel Laurent Petit, serian ajusticiados por una banda delincuencial en los suburbios de la ciudad de Mónaco—

Con esta noticia Alfredo Marcel, pretende proteger la vida del niño, para que de esta manera los delincuentes piensen que esta muerto y dejen de buscarlo. Lo inscribe en un colegio público de educación primaria, como un niño corriente, hijo de un hombre también corriente pero viudo, que se dedica a vender pólizas de seguros modestamente

Capítulos
1 CAPÍTULO 1: El fin de la mafia siciliana
2 CAPÍTULO II: La mafia de Girard Moreau Bonnet
3 CAPÍTULO III: La red de Centro América
4 CAPÍTULO IV: El cártel del Zar
5 CAPÍTULO V: La llamaremos la Libélula del Zar
6 CAPÍTULO VI: El secuestro de la hija del Presidente
7 CAPÍTULO VII: El signo Cáncer
8 CAPÍTULO VIII: El primer amor nunca se olvida
9 CAPÍTULO IX: El crucero de Girard
10 CAPÍTULO X: Las órdenes religiosas y la mafia
11 CAPÍTULO XI: Nuevos hallazgos arqueológicos
12 CAPÍTULO XII: El día de Pentecostés
13 CAPÍTULO XIII: Reunión de sacerdotes Presbíteros
14 CAPÍTULO XIV: Preámbulo de un magnicidio
15 CAPÍTULO XV: Los autores del atentado
16 CAPÍTULO XVI: Los tres dones faltantes
17 CAPÍTULO XVII: El asesino de la familia Laurent
18 CAPÍTULO XVIII: La reunión de la Orden del signo Cáncer
19 CAPÍTULO XIX: Incendio en el Sambódromo de Río
20 CAPÍTULO XX: El carnaval sin bendición
21 CAPÍTULO XXI: Casi pierdo a un amigo
22 CAPÍTULO XXII: El descubrimiento en Alejandría
23 CAPÍTULO XXIII: Descubren la mansión Laurent
24 CAPÍTULO XXIV: El magnicidio por decreto de la Orden
25 CAPÍTULO XXV: La cripta de los Laurent
26 CAPÍTULO XXVI: El exorcismo de Jacques Laurent
27 CAPÍTULO XXVII: El convento de las peregrinas
28 CAPÍTULO XXVIII: El Apóstol San Juan
29 CAPÍTULO XXIX: La verdadera tumba del Apóstol San Juan
30 CAPÍTULO XXX: La historia de Yanine y la Virgen
31 CAPÍTULO XXXI: Las cincuenta Vírgenes
32 CAPÍTULO XXXII: El rescate del presidente
33 CAPÍTULO XXXIII: el símbolo de la mano negra
34 CAPÍTULO XXXIV: La Tumba del Apóstol Pedro
35 CAPÍTULO XXXV: La subasta de joyería del arte antiguo
36 CAPÍTULO XXXVI: La Cárcel de Cómbita
37 CAPÍTULO XXXVII: La orden del signo Sagitario
38 CAPÍTULO XXXVIII: La cruz del Apóstol San Pablo
39 CAPÍTULO XXXIX: El descendiente de Santiago el menor
40 CAPÍTULO XL: En busca de Judas Iscariote
41 CAPÍTULO XLI: Las reliquias de San Judas Tadeo
42 CAPÍTULO XLII: La emanación del maná de la tumba de San Mateo
43 CAPÍTULO XLIII: El consultorio de Hipnosis clínica
44 CAPÍTULO XLIV: El trasplante de órganos
45 CAPÍTULO XLV: El descubrimiento de las reliquias del Apóstol Felipe
46 CAPÍTULO XLVI: El asalto a la mansión Petit
47 CAPÍTULO XLVII: La orden del signo Piscis
48 CAPÍTULO XLVIII: La tumba de Santiago el mayor
49 CAPÍTULO XLIX: La orden del signo Leo
50 CAPÍTULO L: La cruz del Apóstol Simón el Cananeo o el Zelote
51 CAPÍTULO LI: De regreso a casa
52 CAPÍTULO LII: El cartel de la dominicana
53 CAPÍTULO LIII: La Boda de Girard el Zar
54 CAPÍTULO LIV: El rescate de Michel Laurent Petit
55 CAPÍTULO LV: La primera tumba del Apóstol San Bartolomé
56 CAPÍTULO LVI: Los códigos ocultos de la estatua del diablo de Detroit
57 CAPÍTULO LVII: La Ciudad Perdida de los Tayrona
58 CAPÍTULO LVIII: El rescate de los turistas
59 CAPÍTULO LVIX: El manifiesto de los doce
60 CAPÍTULO LX: El cofre de los tres dones
61 CAPÍTULO LXI: El Jaquer de Messina
62 CAPÍTULO LXII: El rescate de Ricardo Moreau
63 CAPÍTULO LXIII: La muerte de la orden
64 CAPÍTULO LXIV: Capítulo Final
Capítulos

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1
CAPÍTULO 1: El fin de la mafia siciliana
2
CAPÍTULO II: La mafia de Girard Moreau Bonnet
3
CAPÍTULO III: La red de Centro América
4
CAPÍTULO IV: El cártel del Zar
5
CAPÍTULO V: La llamaremos la Libélula del Zar
6
CAPÍTULO VI: El secuestro de la hija del Presidente
7
CAPÍTULO VII: El signo Cáncer
8
CAPÍTULO VIII: El primer amor nunca se olvida
9
CAPÍTULO IX: El crucero de Girard
10
CAPÍTULO X: Las órdenes religiosas y la mafia
11
CAPÍTULO XI: Nuevos hallazgos arqueológicos
12
CAPÍTULO XII: El día de Pentecostés
13
CAPÍTULO XIII: Reunión de sacerdotes Presbíteros
14
CAPÍTULO XIV: Preámbulo de un magnicidio
15
CAPÍTULO XV: Los autores del atentado
16
CAPÍTULO XVI: Los tres dones faltantes
17
CAPÍTULO XVII: El asesino de la familia Laurent
18
CAPÍTULO XVIII: La reunión de la Orden del signo Cáncer
19
CAPÍTULO XIX: Incendio en el Sambódromo de Río
20
CAPÍTULO XX: El carnaval sin bendición
21
CAPÍTULO XXI: Casi pierdo a un amigo
22
CAPÍTULO XXII: El descubrimiento en Alejandría
23
CAPÍTULO XXIII: Descubren la mansión Laurent
24
CAPÍTULO XXIV: El magnicidio por decreto de la Orden
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CAPÍTULO XXV: La cripta de los Laurent
26
CAPÍTULO XXVI: El exorcismo de Jacques Laurent
27
CAPÍTULO XXVII: El convento de las peregrinas
28
CAPÍTULO XXVIII: El Apóstol San Juan
29
CAPÍTULO XXIX: La verdadera tumba del Apóstol San Juan
30
CAPÍTULO XXX: La historia de Yanine y la Virgen
31
CAPÍTULO XXXI: Las cincuenta Vírgenes
32
CAPÍTULO XXXII: El rescate del presidente
33
CAPÍTULO XXXIII: el símbolo de la mano negra
34
CAPÍTULO XXXIV: La Tumba del Apóstol Pedro
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CAPÍTULO XXXV: La subasta de joyería del arte antiguo
36
CAPÍTULO XXXVI: La Cárcel de Cómbita
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CAPÍTULO XXXVII: La orden del signo Sagitario
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CAPÍTULO XXXVIII: La cruz del Apóstol San Pablo
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CAPÍTULO XXXIX: El descendiente de Santiago el menor
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CAPÍTULO XL: En busca de Judas Iscariote
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CAPÍTULO XLIV: El trasplante de órganos
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51
CAPÍTULO LI: De regreso a casa
52
CAPÍTULO LII: El cartel de la dominicana
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CAPÍTULO LIV: El rescate de Michel Laurent Petit
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CAPÍTULO LVI: Los códigos ocultos de la estatua del diablo de Detroit
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CAPÍTULO LVII: La Ciudad Perdida de los Tayrona
58
CAPÍTULO LVIII: El rescate de los turistas
59
CAPÍTULO LVIX: El manifiesto de los doce
60
CAPÍTULO LX: El cofre de los tres dones
61
CAPÍTULO LXI: El Jaquer de Messina
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