Capítulo 4

Lara despertó en una habitación silenciosa, entraba una suave brisa por los ventanales abiertos, entraba mucha luz iluminando todo el cuarto, las cortinas se movían levemente, diviso muebles de roble, perfumes en una comoda.

— ¿Dónde demonios estoy? —Inquirió confundida—Me duele todo el cuerpo... ¿Por qué me siento así?

Miro a su derecha y observo una enfermera durmiendo en un sillón, tenía un ambo azul, estaba media tapada con una campera oscura.

La enfermera tenía el cabello largo, negro y lasio, su piel era blanca, se veía joven.

Lara observo su brazo, tenía una vía intravenosa, observo en un trípode colgado con suero, se dio cuenta que estaba en ropa interior, que tenia puesta una sonda y que sentía un dolor intenso en sus costillas y en su pierna derecha.

—Auch... duele.

La enfermera abrió sus ojos y la vio moverse.

—Oh, no no, no hagas eso ¿Quieres que me ponga a trapear sangre?

—¿Qué demonios sucede? ¿Dónde estoy?

—Estamos en tu casa.

— ¿Mi casa?

—Así es.

— ¿Sabes quién soy? —Inquirio la enfermera sonriendo mientras se acercaba a Lara.

—No...¿Quién eres?

—Soy Jennifer, tu hermana.

— ¿Ah?

— ¿Eh?

—No se quien eres.

La enfermera saco una linterna y examino sus reflejos a la luz.

—Parece que tienes amnesia, seguro los recuerdos volverán pronto, no te preocupes, ¿Tienes hambre?

—Un poco.

—Te traeré un caldo.

—¿Recuerdas tu nombre?

Lara negó

—Te llamas, Lara, Lara Ponce.

—Lara...

— ¿Cuándo voy a poder levantarme de la cama?

—Y... llevara un tiempo.

—Espera... ahora recuerdo, tu y ese medico, en el hospital, ¡Malditos! ¡¿Quiénes son?!

—Oye tranquila.

—Aléjate de mí vista, no me toques, ¡No me toques!

Ignacio quien estaba en la caminadora haciendo ejercicio escucho los gritos por lo que decidió apagar la máquina y caminar hasta el cuarto.

—Lara, te estamos ayudando.

— ¡Me drogaron! ¿Qué quieren? ¿Son secuestradores?

Ignacio se apoyó en el marco y soltó una risita—La casa parecía apagada sin tus escándalos.

Lara abrió los ojos en grande cuando lo vio con el torso denudo, transpirado, los brazos marcados y fuertes, los abdominales notorios y la V en lo bajo abdominal.

—Tu eres el otro criminal.

—Nacho, no entiende.

El chasqueo la lengua—¿Crees que si fuéramos criminales te trataríamos así de bien?

—Tapate la desnudez, descarado.

El sonrió a boca cerrada—¿Enserio no sabes quién soy?

—No, no se quién eres, asqueroso, así que aléjate de mi, mírate estas todo sudado, hasta aquí se te huele, creo que voy a vomitar.

—Lara, compórtate—Espeto Jennifer por lo bajo—No lo trates asi.

El apoyo su pie sobre los pies de la cama y se inclinó mostrándole su mano, en ella había un anillo en el dedo anular—Mira tu mano.

— ¿Qué quieres que mire? —Levanto su mano y observo un anillo—¡¿Queeeeeeee?!

—Oh, sí.

—Eres mi esposa.

—No es cierto.

—Si lo es .

—Que no es cierto.

—Que si lo es.

—Pruébalo.

El saco su móvil y le mostro la foto de fondo, el estaba de smoking blanco con ella en brazos, Lara tenia su vestido de novia.

—¡Ay, si es cierto! —Exclamo tapándose la boca, se cubrió con las sabanas los pechos.

—Ni que no los conociera, ja.

—¡Oye!

—En fin...

— ¿Qué paso en el hospital?

—Ignacio es Neurocirujano, director de un prestigioso hospital.

— ¿De veras?

—Sí.

—¿Por qué me atacaron?

—Te salvamos la vida, Lara, tuve que asesinarte por tres minutos, usamos veneno de pez globo, tetrodo toxina, mil doscientas veces mas venenoso que el cianuro.

—¿Qué?

—Debíamos desaparecerte, borrar tu rastro por un tiempo, te secuestraron hace tres meses, te buscamos por todas partes, fue casi un milagro que te ingresaran en el hospital.

— ¿Estan haciéndome una broma verdad?

Jennifer busco en su móvil y le mostro unas noticias—Es cierto, hermana.

Vio avisos de búsqueda de personas desaparecidas, estaba su foto.

— ¿Pero quién fue? ¿Por qué?

—Fue tu ex marido, Demian.

—¿Ex marido?

—Tuviste muchos problemas en tu matrimonio anterior, abusos, golpes, caíste muchas veces internada, ahí nos conocimos, en el hospital, el esta siendo buscado hace mas de un año por la policía, pero no lo pueden atrapar, es un Ex Marino, tiene entrenamiento, tiene una obsesión enfermiza contigo...esta demente.

Lara comenzó a llorar debe ser una broma, una maldita broma.

El la miro con seriedad y negó varias veces—No.

—Nacho, es mucha información de golpe, ten paciencia—Comento Jennifer—Dejala descansar, aún falta que procese muchas cosas.

—Me duele que no me reconozca, me siento impotente, quisiera lanzarme sobre la cama, pero me miras con esa cara como si fuera un desconocido.

El toco la pierna de ella—Que descanses, Lara, hablamos luego

Ella lo vio retirarse—Nacho.

Él se giró— ¿Qué?

—Quiero saber de mí.

—Eres curiosa, eh

De pronto tuvo un recuerdo, donde lo abrazaba por detrás y le quitaba el teléfono de las manos

—Eres curiosa,eh.

Lara se tomó la cabeza—Me duele.

—Dale un analgésico, tengo que salir ahora.

—¿Dejaras la seguridad?

—Por supuesto.

—Esto parece una cárcel.

—La vida es una cárcel, cuando nacemos, vamos a parar a un hogar con reglas que cumplir, luego vamos a una escuela donde nos forman, donde no podemos salir, luego vamos a otra escuela para hacer la secundaria, luego vamos a la universidad y luego trabajamos para una empresa, en otra cárcel regida por un horario, luego caes en la cárcel del matrimonio—Levanto sus cejas insinuantemente—Y por último caes en la última cárcel que es el hospital, donde mueres y ahí eres libre—Chasqueo la lengua—Lamentable, el ser humano desde que nace es condenado a la esclavitud.

—La cabeza me duele más luego de pensar en todo lo que dijiste.

—Soy observador—Se acercó hasta ella y le dio un beso en la frente.

—Oye quítate.

—Hare que te enamores de mi otra vez si es necesario—Le guiño un ojo y se retiró.

Su hermana levanto sus cejas—Esta guapo—Se llevó la mano a la boca.

—Es un creído.

***

Nacho se encontraba en el despacho, estaba limpiando su arma con un trapo, le coloco un cargador y por ultimo le puso el seguro, la apoyo sobre el escritorio y observo la foto que había sobre el mostrador, en ella salía el, Lara y su hija en un día de campo.

El acaricio el rostro de la niña y tomo el portarretrato, apoyo su cabeza en el respaldo y soltó un soplido de fastidio.

—Te necesito tanto...te prometo que te encontrare, te lo prometo, aunque sea lo último que haga, matare a ese sujeto.

Se puso de pie y tomo un dardo, en la pared estaba la foto del secuestrador de su hija pegada en el tablero.

— ¡Bastardo! —Lanzo el dardo y lo clavo en el medio de la frente de la imagen.

Nota del Autor: Me encantaría que apoyaran mi nuevo proyecto dándole Mg a cada capítulo, siguiéndome en la plataforma, colaborando con puntos o con solo un voto, de ustedes depende que escriba, una historia no leida desanima al autor, pero yo se que ustedes son los más grosos entre los grosos y no harán que me desanime e.e

PD: les gustara la historia.

Me ayuda mucho que me sigas en IG:Danny_Perezok

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