Capítulo 5

Liam

Desperté con un gran mareo, no recuerdo haber tomado tanto anoche, me senté en la cama y sentí como me ardía la espalda, trate de mirar y note que tenía los costados arañados.

Que raro, no recuerdo haberme lastimado con nada. Me quite la sabana para levantarme de la cama y caí en cuenta que estaba desnudo.

- ¿Pero qué ...? - mi pregunta quedo en el aire al ver la mancha de sangre que había sobre mi cama. ¿Qué Diablos hice?

Recordé que anoche albergue en mi casa a dos desconocidas, solo recuerdo a una de ellas, fue con la que más compartí anoche, Farah era su nombre, una linda castaña de ojos verdes. Recuerdo que la dejé en mi cama luego de que se desmayara. Dios! No puedo creerlo, esta chica era virgen y yo ni siguiera recuerdo lo que le hice.

Me puse un pantalón de pijama y salí de mi habitacion en busca de ellas, pero no había nadie, la habitación de invitados estaba vacía. Regrese a mi habitación y unas bragas blancas en el suelo llamaron mi atención. Al recogerlas me percaté que estaban rotas. Que demonios le hice, necesito encontrarla, pero no se nada de ella.

Recordé que su amiga estaba muy acaramelada con el imbécil de Logan. Quizás él la conocía.

Farah

Al llegar a casa mi madre se sorprende. Se supone que no llegaría hasta mañana en la tarde y aquí estoy.

- ¿Paso algo con Alice?

- No mamá, solo que está bastante ocupada y no quería molestarla.

- Bueno hija, debes entender que acaban de llegar y Alice está poniéndose al día con el traslado de la universidad.

- Lo se mamá, por eso decidí regresar hoy.

No me dijo nada más y me dirigí a mi habitación. Tire todo en la cama, me desnude y me metí en la tina. Me sentía sucia, y comencé a llorar. Por lo menos agradecía no recordar nada. Así no tenía que torturarme con las imágenes de ese animal abusando de mí.

Al tranquilizarme un poco decidí salir del agua, me puse mi pijama y me enrollé en mi cama. Ahora como voy a denunciar ese tipo, si lo hago mi familia se va a enterar de que les mentí y me fui a una fiesta, y si mi madre se entera seguro me mata. Y tampoco quiero ser señanala por las personas. Que me miren en el instituto de forma diferente o me juzguen sin saber lo que realmente me pasó. Me siento en un laberinto sin salida.

Me desperté de golpe y todo a mi alrededor estaba oscuro. Tome mi teléfono que marcaba las 3:00 am, de tanto llorar me había quedado dormida y ahora tengo un dolor de cabeza terrible. No era capaz de conciliar el sueño así que comencé a pensar con más calma que hacer con este asunto y llegué a la conclusión de que me llevaré este error a la tumba.

A la mañana siguiente salí a una farmacia. Compre un anticonceptivo de emergencia y me lo tome. Es muy probable que ese animal ni siquiera se haya cuidado y no voy a esperar a que me crezca una panza para tomar cartas en el asunto. Ahora mi mayor miedo era que me haya contagiado de alguna enfermedad, pero si iba al médico mi madre se enteraría y no sabría que decirle. No tenía nadie que me ayudara a ir a un consultorio médico y menos dinero. Pero un rayito de luz se encendió rápidamente en mi mente y recordé a Alice. Ella y yo habíamos sido inseparables a pesar de la diferencia de edad que teníamos.

Me dirigí a la parada de autobuses y espere por la ruta que me acercaba a su casa. Nadie más que ella puede ayudarme.

Cuando estaba parada frente a su casa reconsidere sobre el que le iba a decir. No iba a mencionarle nunca a nadie el abuso que sufrí. Eso se quedaría conmigo para siempre. Así que opte por lo más "normal" que le puede pasar a una adolescente. Una aventura de una noche.así que decidida presione el botón del timbre. Poco tiempo después mi prima abrió la puerta con una gran sonrisa.

- Pasa. - Al estar en la sala, se queda mirándome con cara preocupada. - ¿Estas bien? Estas un poco pálida.

- Alice necesito que me ayudes. - Le solté sin más.

Se quedo mirándome si decir nada más y solo asintió animandome a que continuará hablando.

- Me enrolle con un chico ayer. - Me miró sorprendida, pero se reservo cualquier comentario que se le cruzo por la mente. - No nos protegimos y tengo miedo que me haya contagiado algo.

- O embarazado Farah. ¿Como pudiste permitir algo así? - En ese momento tuve la necesidad de decirle la verdad, de contarle que me habían drogado, que me habían engañado y me lastimaron. Pero no podía.

- Se que me dijiste que no debía beber, pero no me di cuenta cuando se me fue la mano.

- Tenemos que ir a la farmacia.

- Ya me la tome. - Me miró un poco más tranquila, sabía que pensó en la pastilla de emergencia.

- Bien.. - Dijo pensativa y luego me miró. - Tenemos que esperar 15 días Farah para ir al médico. Así podemos hacerte pruebas incluida una de embarazo.

- ¡Pero si me tome la pastilla!

- Lo se, solo es por prevención. Para estar seguras. - Asentí y continuo hablando. - ¿Hablaste con tu madre?

- No le he dicho a nadie. Eres la primera a la que se lo cuento. Mi madre me mataría al enterarse. 

- Y tu amiga, ¿como se llamaba?

- Berenice. - Hice una pausa. - Ya no es mi amiga. - Dije en un tono más tosco de lo que quería.

Alice siempre fue mi confidente. Creo que podía contarle que asesine a alguien y no me juzgarla, buscaría el porque de lo que hice y me apoyaría.

- Era tu primera vez ¿Verdad?

- Si. - La mire y no pude contenerme. Las lágrimas brotaban de mis ojos y no podía frenarlas. Alice se acercó a mi y me abrazo.

- ¿Te hizo daño? ¿Te obligó a hacerlo?

- No. - Le respondí aún aferrada a ella.

- Siento mucho esto Farah, que hayas cedido ante la tentación del sexo por culpa del alcohol. Se que tenias las expectativas muy altas de como sería tu primera vez y te duele que haya sido de esa forma. Al menos espero que el chico valga la pena.

No le respondí. Una hora después salí de su casa y me dirigí a la mía. Comenzaba a sentirme mal y solo quería estar acostada en mi cama y pasar estos efectos secundarios de la pastilla.

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