capitulo 4

Al llegar a casa, Marion solo quería descansar y contarle a su madre lo que había sucedido, pero como siempre, había quejas por parte de ella.

Madre: ¿Qué hiciste hoy, Marion? La casa está sucia y la comida aún no la has hecho. ¿Acaso no eres consciente de que llegué cansada y con ganas de dormir?

Marion: Mamá, lo siento. Tuve un día muy ocupado y salí tarde de la escuela. Ya no me dio tiempo de hacerlo, pero no volverá a suceder.

Salomé: Como siempre, tienes excusas para todo. Típico de ti cuando no sabes hacer nada.

Madre: Basta, Salomé. Estoy hablando con Marion y tú no debes meterte.

Marion: Ya, Salomé. Podías tú también hacerte algo de comer. Tienes manos para cocinar. No soy tu sirvienta.

Madre: Tú también calla, Marion. Que no vuelva a suceder de nuevo. Haz tus responsabilidades, por favor.

Su madre se retira y Marion se queda con Salomé en la sala sin nada más que decir. Marion se da la vuelta y se va del lugar.

Sola en su habitación, se queda pensando en ese joven tan apuesto hasta que llega la noche.

En otra parte, Brenda Galindo se está arreglando para ver a Darrechi. Lleva un vestido largo pegado color azul con una abertura en la pierna que deja ver lo torneadas que las tiene, un maquillaje sutil para resaltar sus lindas facciones y unos aretes tan brillantes como las estrellas. Cuando mira el reloj, son las ocho en punto. Se pone nerviosa y se ruboriza solo de pensar en él.

Brenda: No tarda en llegar. Ya son las ocho. Estaré perfecta para él.

De repente, escucha el timbre de su habitación y abre la puerta. Se queda muda al ver al hombre frente a sus ojos con un traje gris a la medida que hace resaltar todos sus atributos.

Darrechi: Buenas noches, bella dama. Qué guapa estás esta noche.

Brenda: Gracias. Tú también estás muy guapo. Nos vamos. Tengo ya lista la reservación en el restaurante italiano.

Darrechi: Sabes muy bien mis gustos y eres muy dedicada.

Brenda: Es siempre un placer. Nos vamos.

Caminando al restaurante, no dejan de reír y mirarse fijamente. Se nota la chispa que tienen los dos.

Ya en el restaurante, la recepción saluda a Brenda y Alexander, quienes tienen una reservación a nombre de Brenda Galindo para una mesa de dos personas. La recepción busca el nombre de Brenda en la lista para poder darles la mesa solicitada. Una vez encontrada, el camarero los lleva a su mesa con una linda vista a la ciudad, decorada con velas y bonitas flores. El camarero, llamado Lukas, les muestra la carta y regresa en un momento para tomar sus órdenes. Todo marcha a la perfección y la cena es muy agradable. Ríen y hablan de todo un poco. Al terminar la cena, Brenda propone ir a su departamento.

Darrechi acepta y llegan a su departamento. Abren una botella de champagne para brindar por la bonita velada que están teniendo y ponen música para bailar abrazados. De repente, sus labios se encuentran y se dan un profundo y apasionado beso que casi deja a Brenda sin aliento. Brenda le dice a Darrechi que le encantan sus besos y que siente fuego dentro de ella cada vez que él toca su piel. Darrechi le responde que siempre es un placer estar con alguien tan guapa e inteligente como ella y le muestra lo grande y duro que está al llevar sus manos hasta sus entrepiernas.

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