...Maybe it's time— Bradley Cooper....
La fuerte brisa azota mi rostro y siento escalofríos, me siento perdida, ni siquiera sé si seré capaz de ver su cuerpo en el ataúd.
Mi padre debe estar con el alma hecha pedazos y no es para menos, hemos perdido al patriarca de la familia Young.
Paro un taxi, el señor muy amable sube mi equipaje a la parte trasera y yo le indico a dónde debe llevarme, ví el vuelo eterno y ahora la ida a casa de mis abuelos la veo más eterna, estoy bastante ansiosa.
Visualizo la casa y comienzo a sentir mis lágrimas caer, ¡joder!, esto es tan duro. Veo a mi padre salir y mi corazón se hunde más en la tristeza, fui testigo del gran amor que ellos se daban.
—Papá— llamo con la voz entrecortada.
—Bella flor— saluda rodeandome con sus fuertes brazos.
No pronuncio ninguna palabra y solo me dedico a llorar, a soltar todo este dolor que la muerte de Marcelo me ha dejado, es un vacío inmenso y difícil de explicar, solo aquel que haya pasado por una perdida de un ser querido puede entenderme.
Mi vida después de él nunca será igual.
—Cariño, respira— susurra mi padre— no quiero que te suceda algo—dice afligido.
—Me tome las pastillas en la mañana papá— susurro para tranquilizarlo.
Desde pequeña tengo problemas con el corazón y desde entonces he estado medicada, pero las emociones fuertes me ponen en estado crítico en muchas ocasiones, pero espero que esta vez no ocurra.
—Aún así, no quiero que te alteres— pide besando mi frente.
Sus ojos están rojos y me parte más el alma verlo así, está sufriendo y jamás me ha gustado que mis seres amados sufran.
Él nunca supo por todo lo que pase, no quise ver las lágrimas en sus ojos, porque sé que mi padre hubiese sido capaz de mancharse las manos por mi y jamás me hubiese perdonado eso, aún me estoy perdonando muchas cosas que permití, estoy reconstruyéndome y tratando de dejar muchas cosas en el pasado.
Entro a casa y los observo a todos, mi hermano, mis primos e incluso a mi hermana con sus hijos, están casi todos y eso me aflige más.
Jackson, mi hermano se acerca a mí y me rodea con sus delgados brazos, mi corazón late tan rápido que siento que se me va a salir, siento escalofríos.
Ya no quiero hablar, solo quiero llorar y llorar hasta secarme, porque es la única manera que puedo sacar mi dolor, no me esperaba esto, sé que todos nos vamos a ir de este mundo, pero no voy a negar que duele, duele como nada.
Subo al segundo piso en busca de mi abuela, la han mantenido en la habitación hasta la hora de ir a la funeraria y le han dado calmantes, fueron 56 años de matrimonio, ojalá yo pueda tener a un buen compañero como lo fue mi abuelo.
—Abue— llamo bajito.
—Pasa mi amor— dice con voz ronca.
Me acerco a ella y tomo asiento a su lado en la cama, en silencio miramos la foto que ella sostiene en sus manos, eran ellos recién casados, dónde comenzó el legado de la familia.
—Él era bueno, a pesar de todo lo malo que pasamos, sabía que me amaba tanto o más de lo que yo lo amo— dice— cariño, sé que Marcelo deseaba que encontraras un amor sano, sabía que habías sufrido mucho con aquella ruptura, sabíamos todo— confiesa y la observo asombrada— tu abuelo no quiso quedarse de brazos cruzados cuando sacaste un millón de excusas para venir a vernos— niego con una sonrisa y con lágrimas en los ojos— él descubrió todo, logramos conseguir información de tu estado de salud, pero lo dejo estar, entendió que querías manejar todo bajo tus propios medios, eres adulta, fuerte y te admiramos siempre por tu entereza— sujeta mi mano— Ainara Young, tu abuelo te amaba, sobretodo te admiraba y cuando supo que luchaste contra la muerte te admiro aún más— dice y asiento limpiando mis lágrimas.
—Lo sé abuela, yo también lo amo y lo amare eternamente— digo besando su mejilla— ojalá, en un futuro encuentre un amor como el de ustedes— ahora beso el dorso de su mano arrugada— ¿sabes algo? Me duele mucho que se haya ido, me duele, porque fui muy injusta al no venir aquí a refugiarme, porque sabía que ustedes podían ayudarme más de lo que yo logré hacer— limpio mis mejillas otra vez— por mi recuperación y sanación deje de venir a menudo, quería subir de peso para que no me vieran delgada, quería que mi semblante estuviera mejor y no demacrado cómo estaba, no quería que me vieran así— confieso— no era yo— afirmo.
—Lo sé cariño, heredaste el carácter y la entereza de tu abuela materna, nuestra querida Angela— sonríe de lado— extrañaremos a Marcelo, pero mantendremos su legado vivo, lo recordaremos siempre— asiente segura.
—Así es— asiento.
Nos abrazamos y la escucho sollozar, imposible no seguirla, enterarme de que él sabía por lo que yo estaba pasando y aún así respetar mi distanciamiento me hace llorar más de dolor, porque aunque me aisle, anhelaba un aliento de vida.
Pero realmente lo deseaba de mi madre, porque la necesitaba, muchísimo.
***
Ver a cada miembro de la familia, a cada amistad me hace suspirar, él era querido por muchos y eso me llena de orgullo, cómo familia siempre nos hemos dado a querer sin dejarnos pisotear.
No me he querido acercar al ataud, me aterra hacerlo, no quiero llevarme una imagen que no quiero, que no deseo guardar en mi memoria.
—Aina— llama mi madre— ¿por qué no te has acercado?— pregunta.
—Hola mamá— saludo sin mirarla— no tengo cabeza ni ánimos para pensar en otra cosa ni en nadie más— respondo bajo.
—Eso fue de mala educación— recuerda.
Decido no decirle nada, no tengo ánimos de tener enfrentamientos con ella y menos delante de tanta gente.
Siendo realista, sigo rota, dolida, marchita.
Ese hombre me hizo sentir viva y fue raro, pero ahora misma me siento más marchita que nunca, parte de mi vida había muerto.
Hoy pasaremos la noche aquí en la funeraria, mañana se llevará a cabo el sepelio, esperaremos a que llegue tío Marcos de París con su esposa para darle el último adiós.
—¿Quieres algo de comer?— pregunta mi papá.
—Solo quiero algún jugo bien frío papá— respondo— tengo el estómago revuelto— continuo.
—Está bien cariño, pero después debes comer— advierte.
—Lo haré papi— le sonrió de boca cerrada.
Mi madre trae consigo a mis sobrinos y los abrazo fuertes, aún son pequeños, pero inteligentes y tienen una extraña adoración por mi, mientras yo los amo con mi vida.
He permanecido muy callada, aprendí a guardar silencio, antes era muy parlanchina, pero ciertas cosas logran cambiar cuando decides tomar ciertas decisiones, cuando comienzas a sanar, a comportarte, a qué simplemente no debes hablar para hacer feliz a los demás.
Cuando aprendes a estar sola entiendes que el silencio es tu mejor aliado.
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Comments
Anonymous
A pesar se todo está una mujer fuerte y valiente si frontis un grave problema sin ayuda de su familia
2023-10-20
3
Lisbeth Valbuena
que le pasaría ? y por qué su madre se porta así con ella
2023-09-17
5
Alba Hurtado
ya quiero el chisme,que fue lo 🤔 🤔 🤔 que le hicieron?????
2023-09-15
1