Adam y Sarah habían pasado por muchas cosas juntos en los últimos meses, incluyendo el tratamiento de cáncer de Sarah. Ahora, con Sarah completamente curada, ambos se sentían más cerca que nunca. Después de tantos altibajos, finalmente parecía que las cosas estaban mejorando.
Una noche, mientras estaban sentados en el sofá, viendo una película juntos, Adam notó que Sarah parecía un poco distraída. Él le preguntó si algo andaba mal, y ella respondió que no, pero que se sentía un poco ansiosa.
Adam puso la película en pausa y le preguntó qué la estaba molestando. Sarah le confesó que había estado pensando en él de una manera diferente últimamente y que no sabía cómo decirle. Adam se puso un poco nervioso, preguntándose qué significaba exactamente eso.
Sarah se inclinó hacia él y lo miró a los ojos. "Adam", dijo, "no sé cómo decírtelo, pero creo que me he enamorado de ti".
Adam se quedó sin palabras. Había estado sintiendo lo mismo por Sarah durante un tiempo, pero no estaba seguro de si ella lo sentía también. "Yo también te quiero, Sarah", dijo finalmente, y la besó.
Fue un beso suave y dulce, pero cargado de emoción. Adam había esperado mucho tiempo por ese momento, y Sarah también. Se separaron lentamente, y se miraron el uno al otro con una sonrisa.
"Lo siento si eso fue demasiado pronto", dijo Sarah, un poco preocupada.
"No lo fue", respondió Adam, "me alegra que lo hayas dicho. Yo también he estado sintiendo lo mismo, pero no sabía cómo decírtelo".
Se besaron de nuevo, esta vez más apasionadamente, mientras la película continuaba reproduciéndose en el fondo.
Después de esa noche, la relación de Adam y Sarah cambió drásticamente. Ahora se besaban cada vez que tenían la oportunidad, y no podían mantener las manos alejadas el uno del otro. Había una energía y una pasión en su relación que nunca antes habían experimentado.
Adam se sentía afortunado de haber encontrado a alguien como Sarah. Era hermosa, inteligente y fuerte, y ahora también estaba completamente enamorado de él. Juntos habían pasado por muchas cosas difíciles, pero ahora sabían que estaban destinados a estar juntos.
El primer beso había sido solo el comienzo de su historia de amor, pero era un momento que siempre recordarían con cariño. Ahora, se estaban mirando a los ojos, completamente felices y seguros de que habían encontrado el amor de sus vidas en el otro.
Después de aquel primer beso, Adam y Sarah se sentían como si estuvieran flotando en una nube de felicidad. Habían esperado tanto tiempo para dar el siguiente paso en su relación, que ahora parecía que todo había caído en su lugar.
Se besaron de nuevo y luego se acurrucaron en el sofá, disfrutando de la calidez del otro. Adam se sentía tan feliz y agradecido de tener a alguien como Sarah en su vida. Había sido un largo camino para llegar a este momento, pero valió la pena cada momento.
Sarah se acurrucó más cerca de él y le susurró al oído: "Adam, eres la mejor cosa que me ha pasado. Te quiero tanto".
Adam sintió un cálido escalofrío recorriendo su cuerpo. Había esperado tanto tiempo para escuchar esas palabras de Sarah, y ahora que las había escuchado, no podía estar más feliz. "Yo también te quiero, Sarah", dijo él, abrazándola más fuerte.
Fueron unas semanas llenas de amor y felicidad para Adam y Sarah. Se dedicaron a conocerse más a fondo y a disfrutar de la compañía del otro. Cada día se sentían más enamorados y más seguros de que habían encontrado al amor de su vida.
Pero como sucede en la vida, la felicidad no siempre dura para siempre. Una noche, mientras Adam y Sarah estaban en la cama, hablando sobre su futuro juntos, Sarah comenzó a sentir un fuerte dolor en el pecho. El dolor se intensificó rápidamente y pronto se convirtió en un ataque de pánico.
Adam estaba aterrorizado, no sabía qué hacer. Trató de calmarla, de hacerla respirar profundamente, pero el dolor no se iba. Finalmente, llamó a una ambulancia y Sarah fue llevada al hospital.
Después de varios exámenes y pruebas, los médicos le dijeron a Adam que Sarah tenía una afección cardíaca grave. No había cura, solo podían manejar los síntomas con medicamentos. Adam estaba devastado, no podía imaginar perder a Sarah tan pronto.
Sarah estaba asustada, pero trató de mantener una actitud positiva. Le dijo a Adam que no quería que se preocupara, que estarían juntos el mayor tiempo posible. Pero el miedo y la tristeza se apoderaron de Adam, y no podía evitar pensar en lo injusto que era todo.
Con el tiempo, aprendieron a manejar la enfermedad de Sarah juntos. Adam se aseguró de que ella tomara sus medicamentos y se cuidara lo mejor posible. Pero la idea de perderla todavía lo atormentaba, y no podía evitar preguntarse por qué el destino les había arrebatado su felicidad tan pronto después de encontrarla.
Pero Adam y Sarah no dejaron que la enfermedad arruinara su amor. Aprendieron a apreciar cada momento juntos, y a no dejar que las preocupaciones los consumieran. Y aunque sabían que el futuro era incierto, estaban agradecidos de tener el uno al otro, incluso en los momentos más difíciles.
El primer beso había sido el comienzo de su historia de amor, pero la enfermedad de Sarah les había enseñado el verdadero valor del amor y la vida. Aprendieron a vivir cada día al máximo y a apreciar cada momento juntos. Adam se había convertido en el apoyo constante de Sarah y estaba decidido a hacer todo lo que estuviera en sus manos para hacerla feliz.
Una tarde, mientras paseaban por el parque, Adam tomó la mano de Sarah y la llevó a un banco bajo un árbol. Se sentaron juntos, respirando el aire fresco y disfrutando de la tranquilidad del parque.
"Sarah, quiero que sepas que te amo con todo mi corazón. Eres la persona más importante en mi vida y no puedo imaginar mi vida sin ti", dijo Adam, mirándola profundamente a los ojos.
"Yo también te amo, Adam. Eres mi roca, mi apoyo y mi mejor amigo. No sé cómo habría sobrevivido sin ti en los últimos meses", respondió Sarah, sintiendo las lágrimas en sus ojos.
Adam tomó la mano de Sarah y se acercó a ella. "Sarah, siempre he querido besarte de nuevo. ¿Me permitirías darte un beso?".
Sarah sonrió y asintió con la cabeza. Adam se inclinó lentamente y la besó suavemente en los labios. Fue un beso tierno y lleno de amor, y duró unos segundos que parecieron eternos.
Cuando se separaron, Adam acarició suavemente la mejilla de Sarah y dijo: "Ese fue el mejor beso de mi vida".
Sarah sonrió y se recostó en el hombro de Adam, sintiéndose completamente segura y feliz en sus brazos. "Me siento tan afortunada de tenerte en mi vida, Adam. Eres todo lo que siempre quise en un hombre", dijo Sarah, cerrando los ojos y disfrutando del momento.
Adam la abrazó fuertemente, sintiendo la felicidad y el amor en su corazón. "Siempre estaré aquí para ti, Sarah. Siempre", dijo Adam, besando suavemente la frente de Sarah.
El primer beso había sido solo el comienzo de su historia de amor, pero era un momento que siempre recordarían con cariño. Ahora, se estaban mirando a los ojos, completamente felices y seguros de que habían encontrado el amor de sus vidas en el otro.
Juntos, continuaron disfrutando del día en el parque, abrazándose, riendo y compartiendo sus sueños y esperanzas para el futuro. El amor entre ellos solo se fortalecía con cada momento que pasaban juntos y sabían que estaban destinados a estar juntos por siempre.
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