Capítulo 4

Todos los días era lo mismo, palabras hirientes, golpes que podía disimular con maquillaje, para que ni mi hermana y ni mi papá notarán, poco a poco dejé de ir a la empresa de papá, ¿cuál fue el pretexto? Les dije que ayudaría a mi esposo en su empresa, que él me necesitaba y no podía dejarlo solo, era una mentira, ya que me quedaba en casa atendiendo los deberes como esposa abnegada, que se ha convertido en una rutina, levantarme antes de que él se despierte prepararle el baño, su desayuno lo cual en ocasiones termina en reproches y por la noche recibirlo con la cena que de igual manera recibir sus insultos.

Llevábamos ya un año de casados, y el amor que según me tenía ya no lo demostraba, comencé a notar más indiferencia, llegar tarde, con aliento a alcohol, empecé a vivir con miedo y tener cuidado con las palabras que decía para no causar que se molestará y terminará golpeándome un día de la nada llegó a casa.

—necesito hablar contigo, nos mudaremos a México, así que prepara todo porque nos vamos mañana mismo —me ordena y entra al baño

—¿De verdad, amor? ¿nos vamos de vacaciones? que bueno desde que nos casamos es la noticia que estaba esperando, nuestras esperadas vacaciones amor por cuanto tiempo nos vamos le dije muy emocionada —le digo emocionada no escuché bien.

—no me entendiste, no vamos de vacaciones, vamos a vivir en México, mañana salimos, ya mi madre tiene lista la casa donde viviremos y ella está allá, ella vivirá con nosotros, no hay tiempo catalina, apúrate a arreglar todo mañana temprano salimos —dice agarrándome de mi cara y apretando un poco

—pero, Jose Luis que le diré a mi papá, no me quiero separar de mi familia, no conozco a nadie allá, no quiero estar lejos de mi familia —le contesto y el me avienta cayendo al piso.

—desde que té casaste conmigo recuerda, que me perteneces, y si quieres hablarle a tu familia para despedirte hazlo, eres holgazana muévete mujer que ni para eso sirves, es tan simple lo que te estoy diciendo mañana nos vamos, yo regreso a la oficina y cuando regrese quiero todo listo entendiste —ordena y me levanto yendo a sacar las maletas.

— si amor, ya me pongo a organizar el viaje, —le digo y José Luis sale de la habitación.

—hola niña, como ha estado la hermanita más hermosa, dime y ese milagro que hablas, dime que pasa —me dice mi hermana al contestar el teléfono.

—hermana sabes que te quiero verdad, mira , eh, —no hayaba las palabras para decirle que me iba lejos.

— Catalina ¿que está pasando?, ¿estas enferma? dime salgo en este momento para tu casa, no me asustes hermana —me pregunta y solo me quedo callada.

—¡ oh no! yo estoy bien, es que, es que, como decirte Jazz, Jose Luis y yo, este hermana te voy a extrañar mucho, nos vamos a mudar —le digo los más bajo para que no me escuche.

—A ver Catalina, no te estoy entendiendo nada, te espero en treinta minutos en el café de siempre y ahí hablamos ¿si? —me dice.

—está bien, ya salgo para allá —le contesté colgando el teléfono.

Salí para el café a reunirme con mi hermana, era difícil despedirme de ella , cuando llegué ella ya estaba ahí, solo la abracé y no quería separarme de ese abrazo

—a ver Cata ahora si dime, ¿que es lo que está pasando?, que fue todo eso que me dijiste que no entendí. —me pregunta cuando me abraza

—Jazz me voy del país con Jose Luis —le digo sentándome y ella hace lo mismo.

—por fin te llevará a unas merecidas vacaciones, como la luna de miel que no te dio, disfrútalo hermana, te lo mereces —me dice no muy convencida .

—No hermana, nos iremos a vivir a otro país, pero, te prometo que vendré a visitarlos seguido, y hablaremos a diario, estoy feliz porque estaré cerca del amor de mi vida y así él no viaja entre dos países —le digo nerviosa y Jaz me queda viendo.

— ¿estás segura de quererte ir? y si tú te quedas, él está acostumbrado a viajar y pueden vivir aquí y el ir y venir no crees —busca la manera de que le diga que no me quiero ir.

— no Jazz, mi deber es estar al lado de mi esposo y sería muy complicado que él viajará de un lugar a otro, por favor hermana no quiero verte triste, vendré a verte, Jose Luis cuando tenga que venir me dejara venir con él o ustedes pueden ir a verme. —trato de explicar

—¿y cuando se van?, haremos una cena con papá para despedirte —me dice, veo la tristeza en su rostro.

—no hay tiempo, nos iremos mañana muy temprano —contesto.

Jazz: ¿que? ¿mañana dices? estás loca y a penas vienes a decírmelo —me dice enojada y a la vez triste.

—yo también me enteré hoy, todo es tan repentino, dile a papá que lo amo y que voy a estar en contacto con él a diario, me tengo que ir hermana, aun no termino de hacer las maletas, te quiero mucho —le digo viendo mi reloj ya es tarde.

—¿ cuídate si? Y si necesitas algo por favor Catalina, házmelo saber, sabes que aún no me gusta que te alejes mucho de nosotros, ya sé que dejaste la universidad y no entiendo por qué lo hiciste pero entiendo que tendrás tus razones y luego te alejaste de la empresa ya no vas ni a visitar a tu papá y ahora te vas a vivir lejos pero, en fin sabes que si nos necesitas aquí estamos tu familia lo sabes verdad hermana, te amo y cuídate mucho por favor, háblame seguido —me dice cuando me levanto de la silla.

Nos despedimos con un abrazo, las dos lloramos era la primera vez que nos separamos para irnos a vivir lejos una de la otra, salí del café y llegue a mi casa, seguí preparando las maletas que llevaríamos, dejé todo listo era ya muy tarde y Jose Luis no llegaba, me quedé dormida.

Al amanecer, solo desayunamos y salimos rumbo al aeropuerto, le hablé a mi papá para despedirme de él, dejar mi país, mi familia me hacía llorar, me fui con el corazón roto por dejar a mi familia, lo que me hacía feliz o era lo que creía es que iba con mi esposo al que amaba con todo mi corazón además de que iba con la ilusión de que allá seríamos felices y a lo mejor le daría el hijo que Jose Luis tanto deseaba.

Llegamos a nuestro destino, el cambio de horario me afecto, estaba muy cansada por el viaje, llegamos a una mansión muy bonita, como llegamos por la tarde subí a la que era nuestra habitación, desempaque y me di una ducha, me acosté para descansar del viaje.

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