Capítulo 3

Cuando el timbre suena, suspiro de alivio. Era hora de comer...

Me levanto y tomó mi mochila hacia la cafetería de la escuela.

Al llegar, todos posan sus ojos en mí.

Joder, como odio que hagan eso...

Sin perder tiempo me dirijo a la mesa de Fri.

—¡An! —saluda Fri y sacude la mano para que la vea

Le sonrió, pero al ver que junto a ella hay tres chicas más, mi sonrisa desaparece.

—Und sie? (¿Y ellas?) —es lo primero que pregunto cuando estoy a su lado

—Ella es Camille... —Fri me presenta una chica de cabello rojo, piel blanca aperlada como Fri, con algunas pecas en el rostro —Su hermana Bárbara... —la segunda chica tiene el cabello café oscuro y la piel morena —Y ella es Dalila. —por último, Dalila tiene el cabello negro como el mío y la piel trigueña como yo —Son Francesas... —remata

—Was wissen sie über dich? (¿qué saben de ti?) —preguntó, sin tratar de disimular mi incomodidad

—Saben todo... —me sonríe

Sin evitarlo, me pego la frente con frustración —Fri... —siseo a modo de regaño

—Tranquila —me sonríe, tratando de calmarme —Las tres son hijas del señor Fablet...

¿Fablet?

Las miró y solo entonces mi cerebro hace: 'clic' —El señor Fablet es socio de tu padre en Francia... —susurro

Fri asiente —Así es.

Así que ellas eran hijas de un mafioso también.

—Mucho gusto —me saluda Bárbara

Paso la mirada sobre las tres y me detengo en Bárbara antes de responderle en un perfecto francés —Je ne vous dirai qu'une chose: s'ils trahissent Fri, je vous assure que leurs corps ne seront jamais retrouvés. (Solo te diré una cosa: si traicionan a Fri, te aseguro que sus cuerpos nunca serán encontrados) —le sonrió con naturalidad antes de sentarme —Mucho gusto...

Fri sonríe y sacude la cabeza.

De pronto, los murmullos se extienden por la cafetería. La puerta de esta se abre, sobresaltándonos.

Un grupo de cinco chicos entran al lugar, tres morenos y dos claros de color hacen acto de presencia.

Alzo una ceja mientras les escaneo con rapidez, no me agradan para nada.

—Son los hermanos sangrientos... —Dalila susurra por lo bajo

—¿Hermanos sangrientos? —preguntamos Fri y yo al mismo tiempo

Camille asiente —Son los chicos más populares de la escuela, no hay chica que no quiera estar con ellos.

—Pues ya aparecieron las primeras... —arrugó la nariz con asco.

Fri me mira con asombro —Pero si son lindos...

—¿De dónde?

Los cinco chicos cruzan por nuestra mesa sin mirarnos y yo bufo de fastidio.

—Sie sind nur heiße idioten (son solo idiotas calientes) —me burló

Fri estalla en risa, eso hace que todos nos miren. Incluyendo al grupo de chicos quienes se detienen a nuestro lado.

—¿El chiste está bueno? —nos pregunta uno de ellos. El chico es dos centímetros más alto que yo, tiene el cabello café claro, los ojos negros y la piel color arena.

Fri, alza una ceja divertida ante su pregunta —No lo sé, ¿An? —me mira

Sonrió a modo de burla —A mi me pareció que si, pero no lo entenderían. —me encojo de hombros con indiferencia

—Entonces nos encantaría que nos explicaras —me reta otro chico. De ojos verdes e igual de moreno que el anterior.

Me levanto de la mesa —Fri... —le llamo y ella me imita —Nos encantaría, pero esta relacionado a lo que tienen debajo del bóxer, pero como no tienen nada, no podrán entender el chiste.

Los murmullos y risas se extienden en toda la cafetería, las chicas Fablet se ríen de ellos, pero lo dejan de hacer cuando se ganan la mirada de enojo de uno de los chicos.

—Nos vemos después chicas. —Fri se despide de ellas y tomándome del brazo, salimos de la cafetería bajo la atenta mirada de todos.

—Estás loca Schlampe... —se ríe mi amiga

—Sssh... —me rio con ella

.

.

.

En el baño, me recargo en la pared mientras la miró arreglarse frente al espejo.

—Debes admitir que son lindos... —dice de pronto, mientras se retoca el maquillaje

—¿Quiénes?

—Los hermanos sangrientos... Creo... —se ríe y yo la imito

—Vamos Fri, bien sabemos que lo único que esos idiotas quieren es colarse entre las piernas de cualquier chica que se les cruce en el camino. —argumento, no tengo pruebas pero tampoco dudas

—Y no lo lograrían si fueran feos... —contraataca

—No son alemanes... —me defiendo

—¡Ajá! —exclama —Ahí está tu razón para odiarlos... Debes estar pensando en Karl... —deja de maquillarse y me lanza una mirada pervertida

Bufo y ruedo los ojos —No empieces... Claro que no. Tú sabes bien que los chicos de nuestra edad no son lo mío. —me cruzo de brazos

—Lo sé, hombres de... ¿Cuánto? —pregunta mientras se aplica un poco de rimel —¿40, 50?

Niego —De 70 años, jodidamente ricos, me casaré, los mataré, no dejaré rastro y al final seré rica. —sonrió satisfecha

—Y viviremos felices para siemmpre... —dice a duras penas mientras se coloca más labial

—Me conoces bien —me encojo de hombros —Solo que tu padre me dijo y recalcó mucho que matase y alejase a toda amenaza para ti... Y esos chicos lo son —miro la puerta de los baños y luego continuó —Si te hacen daño, o siquiera te tocan, los voy a castrar y usaré sus bolas de pendientes. —siseo

Fri arruga la nariz —Asco... —susurra antes de juntar los labios y lanzar un beso al espejo —Listo... —me mira —¿Me veo bien?

—Espera... —lameo mi pulgar y me acerco a ella para intentar untárselo en la frente

—¡Ni se te ocurra! —chilla y da dos pasos hacia atrás

Me rio —Estás perfecta.

El timbre suena de nuevo.

—Vamos... —me apremia —Nos toca clase juntas.

—Vamos Prinzessin.

Caminamos hacia el salón y por suerte el maestro no ha llegado.

Entramos, todos están riendo y jugando, cuando unas chicas nos ven, arrugan la nariz con asco y nos miran con desprecio.

—¿Dónde quieres sentarte? —le preguntó

—Al frente.

Miro la primera fila y todos los asientos están ocupados. —P-pero... —miró a Fri y ella me sonríe con las cejas levantadas

Entonces entiendo a lo que se refiere, usualmente nos sentábamos atrás pero hoy quería darle una lección a esas chicas.

Nos acercamos a ellas y al estar frente a frente, las miro desde mi altura.

—Quítate... —le ordeno

La rubia me mira molesta —¿Disculpa? Yo ocupé el lugar primero.

—¿Y acaso me importa? —gruñó —Largo.

Todos en el salón guardan silencio ante nuestra plática.

—Pues no me muevo —sisea la chica

Me acerco a ella, inclinándome sobre la mesa hasta estar cerca de su oído para poder susurrarle y que solo me escuche ella —Si no quieres que tus padres te encuentren por partes dentro de unas bolsas de basura, entonces, te vas quitando.

Cuando la miro de nuevo, ella tiene los ojos abiertos como platos, se levanta con temor y se aleja de mí. No sé si mi amenaza le afecto o fue mi mirada de absoluta disposición a cumplir mi palabra, tal vez las dos.

Miro a su amiga —Tú también... —le siseo

—¿Por qué?

—Porque me quiero sentar también —respondo con obviedad

Ambas se levantan y le ofrezco un asiento a Fri mientras yo tomé el otro asiento justo a tiempo cuando el maestro entra.

—Bien chicos vamos a... ¿Qué hacen paradas?

Ambas chicas me miran y con mi mirada yo las apuñalo, las entierro y eliminó todo rastro de evidencias.

—Y-ya no hay sillas. —responde la rubia

—Pues vayan por unas —responde el profesor —¡Rápido!

Ambas chicas salen del salón enojadas mientras yo y Fri nos sonreímos triunfantes.

—Empecemos la clase. —continúa el profesor

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Comments

T.N

T.N

Jajajaj An si que sabe hacer amigos

2025-02-10

0

T.N

T.N

Ya salio galán?

2025-02-10

0

Betty Montaya

Betty Montaya

Creo que las van a tomar como lesbianas y que edad tiene Antej

2024-06-13

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