No sé cuánto tiempo paso hasta que par que me despertara, abrí los ojos sin mucho esfuerzo, estaba en una habitación aunque no se miraba muy bien por la poca, por no decir nula, iluminación, la puerta estaba entreabierta dejando entrar el único raro de luz a la habitación, quise levantarme y ahí me di cuenta que estaba amarrado, me encontrar en una camilla, mis muñecas y tobillos se encontraban amarados por unas cuerdas muy bien sujetadas, me empezó a angustiar hasta que una vos me hablo
—Tranquilo, no te va a pasar nada malo
voltee y mire a una chica, estaba sentada al lado izquierdo de la camilla, por un momento pensé que era Ángel pero su voz era muy diferente a la de ella, alcance a ver como se acercaba a la puerta entonces volvió a hablar
—Te recomiendo que cierres tus ojos, voy a prender la luz
le hice caso más bien para hacerme una idea de lo horrible que estaría el lugar, la luz se encendió y empecé a escuchar cómo se acercaba, no quería abrir los ojos, no quería estar ahí, el miedo se volvió a apoderar de mí y empecé a temblar, paso unos segundos cuando siento como mis muñecas son liberadas de esa horrible soga y a continuación también mis tobillos entonces abro los ojos, la chica tenía un cúter en la mano y con este cortaba las sogas, cuando acabo se volvió a sentar en la silla y me hablo
—Disculpa por amarrarte pero cuando quedaste inconsciente no parabas de moverte e incluso golpeabas a Tom, así que Ángel te termino amarrando
La chica era más alta que yo, tenía una bata de médico, su cabello estaba pintado, mitad rubio y las puntas azules y lo tenía recogido en una coleta alta, llevaba un pantalón negro y una camisa blanca, sus ojos eran verdes y me mostraba una sonrisa tranquilizadora, cuando estoy a punto de preguntar «¿Quién es? Y ¿Qué hago aquí?» Alguien entro a la habitación
—Hasta que te despiertas— era Criss — oye parecías un tronco, dormiste todo un día
—Criss no lo molestes— lo regaño la otra chica— ¿y Ángel?
— ¿Me invocaron?
Justo cuando la chica hace la pregunta Ángel y Tom se asoman por la puerta, ambos chicos mirándome, ahí recordé que la chica me dijo que había golpeado a Tom, ¡SOY HOMBRE MUERTO! Tom es de estatura alta, tal vez 1.95 cm, su cuerpo mostraba que hacia ejercicio por lo menos 4 días a la semana si es que no hacia todos los días, es de tez morena aunque no tan oscura, cuando habla se pueden ver sus dientes son blancos y perfectos tiene unos cuantos piercings en la cara, uno en la ceja, otro en el labio y 4 en el oído izquierdo, ya no traía chamarra así que se miraba simple vista el tatuaje de la serpiente, este iba desde el codo hasta la mano pero no era el único tatuaje que tenía, algunos eran a blanco y negro mientras otros llevan colores muy llamativos, cuando hicimos contacto visual sentí como se llevaba mi alma pero entonces la chica de la bata volvió a hablar
—Me imagino que Criss ya te los presento— asentí— bien mi nombre es May, son la doctora de este lugar, así que quiero que me digas ¿cómo te llamas?
Siempre que salía de casa lo hacía con mi padre y nunca respondía a las preguntas que me hacían sin tener su permiso o el respondía por mi si no quería que yo hablara, así que tenía esa costumbre de mirar a alguien para tener “ese” permiso, sin querer termine haciendo contacto visual con Ángel quien solo alzo la ceja y luego con Criss quien solo rio
—No te preocupes, aunque soy doctora tengo un rango más alto que ellos tres juntos, no te va a pasar nada por hablar conmigo ahora ¿Cómo te llamas?
—Anthony—respondí con la voz más ronca que de costumbre
—Bien Anthony ¿tienes alguna pregunta que quieras saber? — Asentí— bien te escucho
— ¿Qué? —Hice una pausa, una palabra mal y podría morir— ¿Qué hago aquí?
—Te explico— dijo entrelazando sus manos y recostándose en la silla— Michael, tu padre, tiene una gran deuda con nosotros, es tan grande que no te estoy hablando ni siquiera de millones, el prometió que el día de ayer iba a pagar la mitad o toda la deuda pero al parecer, volvió a perder apuestas y como consecuencia de eso te dio a ti para que lo pagaras, ahí es donde entra su problema—dice dejando de mirarme a mí y volteando a ver a los chicos— en ningún momento tuvieron que aceptar a Anthony como pagador sin un permiso de Mei ¿saben lo enojada que esta? —los chicos solo desviaron la mirada sin decir nada y entonces volvió su mirada hacia mí— cuando llegaste, mande a los chicos otra vez a tú casa para que trajeran a tu padre, pero como si se tratara de un truco de magia el despareció, ropa, pertenencias, objetos todo desapareció con él, no se encontraba en los bares, cantinas casinos ni prostíbulos que frecuentaba, lo único que quedo de él básicamente fuiste tú—hizo una pausa y al rato volvió a hablar— tengo entendido de que no mantenías una buena relación con el por lo que creo que no sepas dónde puede estar ¿cierto?
Yo solo podía asentir, quería irme, presentía que me iba a pasar algo malo y ¿cómo es que desapareció, ¿En serio dejo a su hijo en este lío? ¿A mí? No sé qué mal hice para merecer tanto odio por su parte, May se levantó de su silla para ir a la camilla y sentarse mi lado, si trataba de darme consuelo, lo estaba logrando, ella daba una aura de tranquilidad infinita
—Sé que esto puede ser duro para ti, pero Mei—volvió a hacer una pausa como si se hubiera acordado de algo — cierto, ¿sabes quién es Mei? —Negué— Mei es, ¿Cómo decirlo? Ella es como nuestra líder, aquí no hay otra persona más poderosa que ella, todos le tenemos un gran respeto y admiración, algunos se podría decir, que incluso le tienen miedo, por el momento ella no está aquí, por eso ellos no estaban seguros si traerte o no, ya que Mei nunca di una orden absoluta de qué hacer con la deuda de tu padre, hace unas horas la llame y le comente toda tu situación y le explique que tú no tenías nada que ver con tú él, así que ella te deja tomar una decisión, o te vas de aquí y haces cuenta que esto nunca paso y por nuestra cuenta pasa lo mismo o puedes quedarte, aprender y trabajar para nosotros, ten en cuenta que si eliges la segunda nunca vas a poder salir de esto, aunque te cases o tengas hijos la única manera de salir de aquí es la muerte
No sabía que responder a eso, solo baje la mirada y May te toco el hombro, me sobresalte apartándome, en una noche que mi padre había llegado a la casa me dio un golpe con una silla haciendo que esta se quebrara, desde entonces me duele el hombro cada que me lo tocaba, al instante May levanto las manos
—lo lamento no sabía que estabas lastimado—yo solo pude bajar la mirada y me quede en silencio entonces volvió a hablar — no te voy a forzar a hablar o tomar una decisión— dijo parándose y acercándose a donde se encontraba una cortina— detrás de esto— dijo corriéndola mostrando una puerta de metal, saco una llave y la abrió— hay un túnel si te quieres ir puedes salir por aquí, este te llevará a un bosque, si sigues todo derecho vas a encontrar una carretera, camina 100 pasos para abajo una vez ahí vas a poder encontrar tu ciudad y como dije anteriormente nadie más de aquí te va a buscar o a lastimar— luego de decir eso se dirigió a la puerta y los otros chicos la siguieron— tienes una hora para decidirte— y sin decir más desaprecio
Me quedé mirando la puerta que estaba enfrente mío, en la pared enfrente de la camilla había un reloj, habían pasado exactamente media hora, sin más me levante y salí, no mire para atrás, el túnel era muy oscuro apenas había unos focos que lograban dar un poco de luz, sentía como si algo me estuviera persiguiendo, era la misma sensación cundo mi padre regresaba a casa y yo rezaba para que no entrara en mi habitación, como dijo May apenas salí del túnel me encontré con un bosque, sin más empecé a correr hasta llegar a la carretera, era un lugar hermoso, deberían sé las 2 de la tarde, volví a mirar al túnel y entonces comencé a correr cuesta abajo, nunca había sentido esa sensación de poder escapar de un miedo, así que corrí con todas mis fuerzas hasta que llegue a la ciudad, no estaba muy lejos, pero mi nula falta de ejercicio, sentía que se me quemaban los pulmones y me costaba respirar, logre llegar a mi casa, siempre llevaba conmigo una llave, está la tenía colgada en el cuello, abrí la puerta y no había nada
Lo que dijo May era cierto, toda la casa estaba vacía, no estaba ni la televisión, ni el viejo sofá, ni mi colchón, todo había desaparecido, empecé a creer que él se había marchado, pero una parte de mí se negaba a aceptar que me hubiera dejado solo, salí corriendo a la cantina a la cual más iba, pero tampoco estaba ahí, revise dos veces los mismos lugares, pero no apareció, sin más me regresa para mi casa, fue mi sorpresa al encontrar al dueño ahí
—Oh, tú eres el hijo de Michael, ¿Cierto?
Ese hombre siempre había tenido problemas con mi padre, así que apenas lo vi, volví a salir corriendo mientras escuchaba como gritaba mi nombre
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