Capítulo 4

"¿Qué quieres decir?" Sky detuvo a Alana para que no se moviera.

"Quiero decir que está bastante claro. Anoche fui yo quien lo forzó, ¿verdad? Entonces, ¿cuánto tengo que pagar? Pero después de eso, olvidemos lo que pasó entre nosotros."

"¿Qué?" Sky miró a Alana incrédulo. Ella quería pagar por lo que habían hecho la noche anterior. Él se consideraba un gigoló que proporcionaba placer y luego recibía el pago.

"Dime cuánto", preguntó Alana mientras buscaba su billetera.

"Para ti, es gratis. ¡Ahora vete! Y como dijiste, olvidemos lo que pasó. Y si nos encontramos de nuevo, actuemos como si no nos conociéramos". Sky salió enfadado de la habitación hacia el baño.

Al ver a Sky desaparecer detrás de la puerta, Alana se sentó de inmediato en la cama. Su mente era un caos y su autoestima había sido tan disminuida por Sky. Rápidamente, Alana se vistió y salió de la habitación después de dejar un cheque en blanco firmado.

Mientras tanto, Sky, que había estado todo el tiempo en el baño, decidió salir después de que su enfado se calmara. Quería hablar con Alana tranquilamente, porque, después de todo, Sky debía asumir responsabilidad después de aprovecharse de la mujer. Sin embargo, cuando salió, no había nadie en la habitación.

"¡Maldición!" Sky rápidamente se puso la camisa y salió de la habitación de hotel persiguiendo a Alana. Pero cuando llegó frente al hotel, no pudo verla en ninguna parte. Sky finalmente decidió volver a su habitación alquilada con la intención de contactar a Erik, dando instrucciones a su asistente personal para recopilar toda la información sobre Alana.

"¿Qué es esto?" Sky recogió un trozo de papel de la mesita de noche, que resultó ser un cheque en blanco firmado. Instantáneamente, su corazón se llenó de enfado una vez más. Como hombre, sentía que su valía estaba siendo pisoteada por Alana. "¡Ella es verdaderamente arrogante! Bueno, como dijiste, olvidaré lo que pasó anoche." Sky abandonó su plan de recopilar información sobre Alana.

Mientras tanto, Alana, que todavía estaba frente al hotel después de entrar al baño para retocarse el maquillaje, seguía esperando a Sky, esperando que se disculpara y se retractara de sus palabras. Sin embargo, después de esperar mucho tiempo, Alana decidió irse y olvidar lo que había pasado entre ellos.

Tres años después.

El evento familiar que se celebró en la mansión de los Meyer para celebrar el segundo embarazo de sus primas no sumergió a Alana en la felicidad en absoluto. No porque envidiara que sus primas volvieran a quedar embarazadas, sino porque Alana se sentía incómoda porque una vez más, sus parientes le preguntaron cuándo se casaría.

La pregunta que siempre le hacían en cada evento familiar o cuando se reunía con sus amigas. Parecía que esta pregunta era un constante atormentador para Alana, capaz de arruinar instantáneamente su estado de ánimo.

"¿A dónde vas?" Aluna preguntó a su hermana gemela, que parecía tener prisa. El evento en la mansión Meyer aún no había terminado.

"No es asunto tuyo, Aluna. No soy una niña que tenga que decirte a dónde voy", Alana respondió bruscamente mientras se alejaba. Se metió en su coche y condujo sin rumbo fijo.

Después de conducir un rato, Alana finalmente decidió parar en un parque con pocos visitantes. Se sentó en uno de los bancos del parque mirando hacia la carretera.

Suspiro...

Ambos suspiraron al mismo tiempo. Haciéndolos mirarse el uno al otro con caras sorprendidas.

"Eres tú..." exclamaron, sus rostros llenos de incredulidad, especialmente Alana.

Entre todos los lugares de Jakarta, y entre todas las personas, ¿por qué tenía que encontrarse con la persona molesta que había arruinado su mal día aún más?