Capitulo 3:

Cam:

Cassie se aleja afectada, nuestros padres habían confiado en los humanos equivocados y ahora estaban muertos, ¿por qué?, querían una tregua con los humanos, pero estos se negaron

--No soy ellos Cam, y estoy segura que esta chica no va a hacer que me maten. Solo deberías verla se ve bastante normal... además estoy cansada de estar encerrada aquí, y de estudiar en casa y no tener interacción con el mundo-- dice alejándose.

Pase mi mano por mi cabello ¿era posible armar un plan en el que incluyera a Cassie encerrada en su cuarto?

La respuesta era no, sabía que no podía detener a Cassie, sumado a que ella poseía los mismos dones que yo, solo destruiría la casa para poder escapar. Por consiguiente vendría la policía o en el peor de los casos los Alfa Galatic, detectarían nuestra energía. Esto únicamente se daba en explosiones en masa o que nos dejáramos ver en nuestra verdadera forma.

Mierda, tenía que pensar en como convencerla. De repente Cassie sale con un plato de la cocina y lo que pude ver y oler era un pay de limón.

Frunci el ceño --como-- quise saber

Cassie me lanza una sonrisa brillante --mientras dormías o hacías quien sabe que arriba--

Me quedé callado, porque estuve justo espiando a mi vecina. ¿Cómo es qué esa chica había hecho, qué dejará pasar el hecho de que mi hermanita, estaba haciendo un pay en especial este, qué es mi favorito?. En serio estaba loco.

Cassie arruga su nariz --estabas de nuevo masturbándote, qué asco--

Me quejé y la miré mal --no estaba haciendo eso-- mi paciencia se estaba agotando.

Cassie se ríe -- o tal vez lo hacías mientras espiabas a nuestra vecina-- dice con picardía

--es todo un bombón--

Me quedé callado porque era cierto era un bombón irresistible. De repente Cassie se rie y me mira con sorpresa --¡Lo has notado cam!--

Tropecé con mis palabras --No...es así-- dije tragando fuerte. Únicamente mi hermana podía distraerme así y sacarme de quicio.

Se acerca rápidamente a la puerta y sin que pueda detenerla y grita --Descuida Cam le hablaré de Ti--

--No te atrevas Cassie-- grite. Ella se fue azotando la puerta y pude alcanzar a escuchar su risa, gruñi y me deje caer en el sofá.

No me quedaba de otra que esperar a que regresará. Por qué no pretendía entrar en esa casa por nada del mundo.

Sky:

Una vez adentro de la cabaña me dispuse a inspeccionar el lugar. Era bastante acogedor y olía a madera fresca. Uno de mis olores preferidos.

Subí las escaleras rumbo a la que sería mi habitación. No estaba nada mal era espaciosa y el baño... mi Dios tenía una sensacional bañera. Deje la maleta en la cama y me dispuse a sacarme la ropa.

Inmediatamente, puse a llenar la tina. Una vez lista. Entre sin pensarlo y gemí al sentir el contacto del agua tibia con mi piel.

Olvidé ponerle burbujas pero no me importó, solo quería permanecer aquí relajarme y olvidarme de todo.

El sueño no tardó en llegar...

Me encontré allí de nuevo encerrada en esa fria celda, mi respiración era rápida producto del miedo que sentía. ¡No esto no podia ser cierto, no me encontraba de nuevo aquí...!

De repente vi a Sam enfrente de mí. Viéndome con esa mirada triste, --porque me has hecho esto-- dice levantando sus brazos, qué tienen cortes y de ellos salen sangre al igual que de su pecho. Donde sabía había impactado un rayo de energía.

Derrame una lágrima y negue --lo siento sam, no fue mi intención--

Él niega -- te fuiste y nos dejaste-- dice Sam y su rostro es irreconocible, me mira con odio y sus venas están demasiado marcadas como aquel día.

Sin previo aviso, lanza hacia mí un rayo de su poder ...

Y es cuando despierto de golpe y chapoteo en el agua. Mi corazón late demasiado deprisa producto de la pesadilla y como por acto reflejo observó mi entorno y veo que estoy en el baño de la cabaña, en el que ahora es mi refugio.

Respiro profundo intentando tranquilizarme.

--Estoy a salvo-- me dije. Pero esa pesadilla me había dejado bastante nerviosa.

En ese momento vi Apolo entrar meneando su cola y ladra sonoramente. --Que pasa amiguito-- dije y fue cuando escuche que la puerta principal de la casa era tocada.

Me quede helada en mi lugar, el miedo arañando de nuevo en mis entrañas y ¿sí me habían encontrado?. ¿Qué pasaría sí…?

No podía pensar en eso tenía que guardar la calma pero era imposible. Apolo vuelve a ladrar y esto me saca de quicio, sus ladridos erizando mis nervios y mi buen humor se ha ido.

Me levanto de la tina y tomó rápidamente una toalla. --Silencio-- le doy una orden a Apolo, más fuerte de lo esperado, este gime arrepentido y se tira al piso temeroso.

Inmediatamente, lo miré con lástima, él no tenía la culpa de mi estado de ánimo. Me acerqué a tocarlo --lo siento-- dije acariciándolo. Él mueve su cola dándome la señal de que todo estaba bien entre nosotros.

A veces me preguntaba sí, estaba conmigo por temor o porque en serio me quería. Pero aparte ese pensamiento de mi cabeza. No podía torturarme así.

Una de las cosas por las que había optado por una mascota, era porque me sentía realmente sola.

Salí del baño y abrí rápidamente mi maleta y saqué una sudadera. Deje caer la toalla al suelo y me puse rápidamente el pantalón y el saco. Exceptuando la ropa interior.

Salí rápidamente de la habitación y bajé las escaleras y tomé mi arma deteniéndome en la ventana. Observe de quién se trataba y me encuentro con qué, no es más que mi vecina.

No era difícil descifrar, quién era ya había percibido su colonia cítrica, justo el día de ayer cuando me mudé a esta cabaña.

Mierda... lo que menos quería. Pero si no abría me haría parecer grosera. Me detuve a pensar en mis opciones.

Hace mucho no hablaba con nadie más de lo necesario por supuesto. No recordaba la última vez que tuve una conversación real con una persona. ¿Pero y si pasaba algo?, ¿que tal si alguien más sufría por mi culpa?.

La culpa me hizo sentir dudosa, de sí debía abrirle la puerta a esta chica. De repente una voz atraviesa el otro lado de la puerta --Hola, me preguntaba si querías un poco de pay-- dice mi vecina observando la puerta nerviosa.

Cerré los ojos se veía bastante amable, sin poder evitarlo abro la puerta. Me encuentro con una joven de mi edad, y me sorprendí al ver su belleza, era rubia y de ojos azules. Ella sonrie y juro que el lugar se iluminó era muy hermosa, seguro los chicos de la escuela se peleaban por tener una cita con ella.

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