Un estruendo proveniente de la planta baja de la casa me hace levantar de golpe y ponerme en alerta, miro la hora y noto que son casi las 12 del medio día, me visto con algo decente y bajo corriendo a ver de que se trataba y quedo casi decepcionada y a la vez calmada al ver a Demian intentando cocinar así que me devolví hacia mi habitación. Después de casi dos horas bajo a ver que estaba haciendo Demian ya que la casa había estado en silencio por un largo tiempo y me preocupe.
- ¿Que haces? - Le pregunto mientras me siento en la mesa.
- Pensando el porque nada me sale bien - Dice a regaña dientes.
- ¿A que te refieres?
- Todo lo que intente cocinar se quemo y no he podido comer nada - Suspira pesadamente.
- Y por eso estas de mal humor - Complemento - Déjame intentarlo - Digo a la par que me levanto y paso por el lado de el haciéndole una mofa.
- Si claro, búrlate - Dijo mientras se le escapaba una sonrisa.
- ¿Que te gustaría comer?
- No se, ¿que tienes en mente? - Ante su pregunta coloco una expresión de seriedad al recordar que el era malo para tomar las decisiones por si solo, aveces, en mas de una ocasión necesitaba que alguien mas fuese la voz de su conciencia.
- ¿Tu no cambias verdad? - Digo casi en forma de caso perdido.
- ¿Si sabes como soy para que me invitas? - Pregunta en tono alegre, cosa que no podemos evitar reír.
- Bueno, prepárate porque estoy a punto de servirte el mejor desayuno que hallas probado en esta vida - Dije a lo que él solo ríe para después aplaudir.
- Sorpréndeme mi pequeña ángel!
Me puse manos a la obra a prepara un desayuno que conocía, por parte de la madre de el, que era su favorito y estaba deseando que siguiera siendo así. Me tomo poco tiempo tener todo listo aunque para mi ya era costumbre hacerlo y en parte eso me hacia sentir mal ya que su madre siempre deseo vernos juntos. Estando perdida en mis pensamientos no me percate en que momento el se coloco detrás de mi tomándome por sorpresa y mas por la mirada que tenia, no podía descifrarla así que no sabia muy bien si estar feliz por lo que hice o mal por hacerle recordar algo doloroso, así que preferí callar y esperar a ver que decía.
- ¿Quien te enseño esto? - Me pregunto un tanto serio.
- Tu madre... - Murmure a lo que el me abraza de golpe y yo no logro entender nada de lo que esta pasando - Demian...
- Mi madre me dijo que había dejado un pequeño pedazo de ella con alguien, pero, ¿quien diría que ese alguien eras tu? - Decía sin soltarme.
- Pensé que ya lo habías captado en aquel entonces puesto que casi todos los días visitaba a tu madre, inclusive cuando ella estuvo grave.
- Soy malo para esas cosas, se te olvida?
- Un poco - Sonreí - Ven, desayunemos.
El me ayudo a organizar la mesa y colocar los platos para al final sentarnos y comer, era entretenido estar así, aunque fuese nuestra primera vez conviviendo juntos y de este modo. Decidimos que después de organizar todo saldríamos a pasear y explorar un poco los lugares que tenia este hermoso pueblo, pues por varias imágenes que había visto, el pueblo se hallaba rodeado de un bosque, que para las fechas en las que llegamos, se veía hermoso con sus tonalidades naranjas.
- ¿A donde iremos primero? - Me pregunta mirándome de reojo - Déjame adivinar, ¿a un centro comercial?.
- No - Dije con una sonrisa - Aunque si fuésemos a ir no seria para ver ropa ni nada por el estilo.
- ¿Si no...?
- Simple, a la sala de juegos - Dije emocionada.
- Hace rato que no nos divertimos juntos - Sonríe.
- Entonces que esperamos, !vamos!
Subí lo mas rápido que me dieron mis pies y me empece a cambiar, sabia que el clima estaba ligeramente frío y no quería atrapar un resfriado estando lejos de casa, no sabia muy bien donde quedaba el centro comercial mas cercano o la zona de juegos, pero como dicen por allí, preguntando se llega a algún lado. Cuando estuve lista, lo cual solo me tomo 5 minutos, salí de mi habitación para encontrarme con Demian recién salido del baño, se me había olvidado el horario de uso, para mi suerte el tenia una toalla al rededor de su cintura pero eso no significaba que no pudiese ver por primera vez su dorso desnudo provocando que desviara la mirada.
- Sécate bien, no quisiera que te enfermaras estando tan lejos - Dije para acto seguido entrar a mi cuarto y cerrar la puerta.
- Estaré bien, no te preocupes - Dijo sin importancia.
En parte odiaba su actitud despreocupada, pues era eso lo que aveces lo metía en líos, pero por otro lado así el no tendría sospechas de mi ni mucho menos de lo que estaba sintiendo por el, me pregunte en mas de una ocasión el porque el había dicho que lo rechace cuando en ningún momento el se me había declarado en todo el tiempo que llevábamos conociéndonos. Aquel pensamiento no dejaba de darme vueltas por la mente puesto que me parecía muy extraño, fuera de que siempre he sido mas inmadura que el para ciertos temas.
Tocaron la puerta de mi cuarto y supe que Demian ya estaba listo para irnos, aun no se como verlo sin que se me venga a la mente lo que acababa de ver minutos atrás, suspire y salí de mi habitación, el se hallaba con una gran sonrisa y no pude evita contagiarme de esta, negué mentalmente aquel pensamiento y nos dedicamos a salir a explorar un poco nuestro nuevo ambiente, quien quita que acá pueda ser un poco mas libre sin necesidad de ocultar mi verdadera esencia.
- ¿Manejas tu o yo? - Le pregunte un tanto curiosa.
- Ni siquiera sabes donde queda el centro comercial, ¿como vamos a ir en carro?
- Eso es lo que lo hace mas interesante ¿no crees? - Dije emocionada con una sonrisa y mirada cómplice.
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