Al inevitable paso del tiempo, y tras su constante descenso hacia un mundo desconocido, fue que algo raro aconteció después de su tan esperada derrota emocional, ya que de pronto una creciente y parpadeante luz de tono cian, la cual se situaba muy en el fondo y apartada de él, causó que abriera de nueva cuenta los ojos, debido a que no entendía lo que estaba pasando en ese momento y tampoco de dónde provenía tal iluminación. Extrañado por semejante fenómeno, giró su cuerpo con el propósito de tener de frente a lo que sea que la estuviera ocasionando; y tan pronto y lo hizo, se percató de que la luz se tornaba aún más intensa con cada segundo que transcurría. Una situación que le dificultó saber la posición exacta de su fuente, pues el brillo era tan fuerte que no le permitía divisar nada en específico. No obstante, la enorme curiosidad que lo abrumaba en ese momento era tan grande que pudo contra él, provocando de este modo que nadara directo hacia el intenso brillo, sin miedo a los peligros que eso podría implicar. Conforme avanzaba nado a nado, la luz empezó a apagarse ante su mirada, volviéndose cada vez más débil y tenue, como si esta por algún motivo supiera de su presencia. Y fue debido a ello, que aprovechó para buscar el origen de semejante resplandor... Pero para su suerte, no venía de un lugar en especial, sino que emergía de varias fisuras que estaban regadas sobre el suelo. Sorprendido gracias a lo que no dejaban de ver sus ojos, y lleno de una incertidumbre tan gigantesca que lo alentaba a seguir adelante, fue que se dirigió a cada una de las extrañas y lumínicas grietas, para luego, tras llegar a al lugar en cuestión, palparlas y desviar su luz con la ayuda de sus manos, las cuales a través de las agitaciones horizontales que ejercían, no dejaban de levantar y suspender el polvo que se hallaba por debajo de él. Sin embargo, lo que acontecería segundos más tarde de tan imprudente acción, lo asustó tanto que no pudo evitar apartarse un poco del área en la que se ubicaba, pues de repente unos murmullos comenzaron a emanar de las pequeñas aberturas, susurros pertenecientes a un hombre debido a la gravedad su tono, cuyas palabras no podían ser apreciadas del todo.
Bryluuk: ¿Qué demo…? (Tan rápido y como los escuchó, procedió a alejarse aún más mediante unos nerviosos manotazos sobre el agua, para posteriormente ser testigo de algo mucho más extraordinario)
La incandescencia nacida de las delgadas fisuras se apagó de un momento a otro de forma abrupta, todo esto ante la mirada de Bryluuk, quien al darse cuenta de ello cambió su expresión a la misma velocidad, pero esta vez a una de sorpresa total, pues no tenía la menor idea de lo que estaba pasando. Asombrado continuó con la vista sobre aquella específica zona, tratando de deducir qué era exactamente lo que la voz decía o trataba de expresar, sin embargo, no pudo hacerlo por más que lo intentó. Y fue cuando se dispuso a volver a la superficie, que la tierra comenzó a temblar repentinamente, y aunque no era tan intenso, sí que podía sentirse gracias al sonido proveniente del suelo y al movimiento de las pequeñas piedras que se hallaban alrededor. La luz que antes se había esfumado en un abrir y cerrar de ojos regresó al poco rato, pero ahora mucho más brillante y cegadora, la cual no tardó en ascender del subsuelo hasta postrarse a unos cuantos metros de él después de haber salido por completo de la tierra, revelando así la razón por la que era ocasionada. Se trataba de un peculiar objeto con características polimórficas y luminiscentes, mismo que permaneció inmóvil tras finalmente detener su extraño y vertical trayecto. Era una imagen increíble e imposible, pues el mero hecho de observarla daba como resultado un sinfín de incógnitas, que seguirían siendo eso, preguntas, sin la posibilidad de una aparente respuesta. Bryluuk la veía con una mirada repleta de asombro y extrañeza, para luego pasar de ser un simple testigo a convertirse en una desafortunada víctima. El objeto de un instante a otro empezó a liberar una cantidad considerable de ramificaciones eléctricas de tonalidad cian, las cuales procedieron a movilizarse de manera rápida hasta que lograron formar una extensa malla de energía sobre él. Ya no sabía qué hacer, estaba tan sorprendido y asustado por lo que había visto que el propio miedo le impedía siquiera mover un músculo; y aunado a la falta de aire, no pudo evitar pensar en que tal vez su muerte se aproximaba. Sin embargo, resultaría ser algo mucho peor, y esto debido a que posterior a las descargas, le siguieron cinco cadenas de apariencia blanquecina y eléctrica, cuyas estructuras eran creadas a partir de una energía tan pura y absoluta que podía notarse a simple vista. A los pocos segundos de haberse desplegado y extendido por el entorno, fue que el agua comenzó a aumentar su temperatura a tal grado de liberar un sinnúmero de pequeñas burbujas, a causa del calor que era infundida en ella. Todo parecía ir de mal en peor, y de hecho eso era exactamente lo que estaba pasando; no obstante, lo que sucedió momentos más tarde fue la gota que derramó el vaso, ya que los anteriores murmullos que pudieron escucharse minutos atrás cesaron de golpe, solo para traer consigo un muy claro mensaje por parte de la masculina y extraña voz, dueña de aquellos previos susurros.
—"El poder que emana de mi alma es un símbolo que refleja los actos más bondadosos del multiverso. Una poderosa luz que ilumina y disipa toda oscuridad... Es por eso que la llamo: la luz de la esperanza. Porque pese a la cantidad de maldad que haya, la esperanza nunca desaparece. Eso recuérdalo siempre, ¿quieres?"
Al terminar, el artefacto disparó de una manera precipitada y violenta las cinco cadenas que se mantenían a flote alrededor suyo. Estas viajaron a una velocidad sorprendente hacia el cuerpo de Bryluuk, para luego incrustar sus afiladas puntas de electricidad pura sobre sus piernas, brazos y frente, logrando así atravesar bruscamente la tela de la ropa hasta llegar a su delgada piel. Sin embargo, semejante ataque no le causó daño alguno o siquiera una simple herida, puesto que cada una de ellas tras tocarlo era como si cruzara un umbral de luz que no conducía hacia el exterior de sus extremidades, sino a un lugar desconocido. Lo que sucedió después de tan asombroso acontecimiento, fue que de las entrañas del latente dispositivo empezaron a salir ráfagas de energía una tras otra, ingresando de este modo al cuerpo de Bryluuk y creando a causa de las constantes fluctuaciones liberadas, que el agua se expandiera a tal extremo de formar una pequeña cúpula de oxígeno. Ante lo que había pasado, Bryluuk ahora tenía la facultad de respirar gracias al domo acuático que ahora lo encerraba; no obstante, seguía siendo difícil para él poder hacerlo, pues esta vez no era por el agua, sino por el dolor que iba desde el objeto hacia su interior. La escena era verdaderamente impactante, y esto debido a que el vital líquido permanecía luchando contra la fuerza interna que no la dejaba mantener su curso, provocando que tanto Bryluuk como el artefacto se mantuvieran ahí dentro. No obstante, lo extraño no solo radicaba a las afueras de dicha cúpula, sino en la posiciones flotantes que ambos mostraban ahí dentro, ya que la gravedad parecía no afectarlos en lo absoluto, evadiendo de esa manera las leyes de la física. La malla de energía eléctrica se volvió cada vez más inestable y violenta al transcurso del tiempo, al igual que la media esfera que yacía por debajo de ella; como si algo mucho peor estuviera por ocurrir. Entre los desgarradores y adoloridos gritos que Bryluuk pegaba hacia las acuáticas paredes, podía notarse la incesante transferencia de lo que sea que estuviera pasándose al interior de su cuerpo, así como muchas otras cosas más que repercutieron a causa de ello. Una de estas principales consecuencias podía verse sobre su mano derecha, puesto que los finos rayos que lo rodeaban le habían grabado un peculiar símbolo, una curiosa marca asemejada a una estrella o chispa, la cual resaltaba por encima de su piel de un modo tan cruel. Tras esto, el objeto dio todo de sí, logrando expulsar en su totalidad la energía que yacía dentro de él hacia el nuevo contenedor: Bryluuk, quien no paraba de gritar debido a las altas temperaturas de los danzantes relámpagos. Semejante suceso trajo consigo una intensa y muy fuerte explosión eléctrica, aunado a un destellante brillo cian que cegó temporalmente al escenario entero, que a ojos de la superficie, no logró distinguirse más allá de un simple flash.
Y fue cuando el destello desapareció de una forma tan repentina, que Bryluuk despertó bruscamente, con una cara llena de sudor y una expresión sobre la misma que no denotaba más que nerviosismo y temor ante la pesadilla que había tenido, para luego al haber despejado un poco su mente, sentarse a orillas de su desarreglada cama, lugar en el que aprovechó para ver con detenimiento su mano derecha, solo para revelar que el curioso símbolo de antes seguía estando dibujado por encima de su piel, como si de un tatuaje se tratara.
Bryluuk: Hace ya una semana que eso pasó... Y sigo sintiéndome muy extraño... Como si algo me estuviera atormentando. Mi vida cada vez se vuelve más anormal... (Tras limpiarse el sudor de la frente, movió su mano hacia el buró que tenía al lado de la cama, para posteriormente tomar uno de los dos guantes que yacían por sobre la madera lisa)
Supongo que otro misterio se suma a mi extensa lista... (Dando un suspiro se colocó y ajustó el guante en su mano derecha, para luego tumbarse nuevamente en su almohada)
A la mañana siguiente, cuando la cálida luz solar del amanecer rozó los finos tejidos de las cortinas de la habitación, Bryluuk despertó como cualquier otro día, levantándose de poco a poco con toda la tranquilidad del mundo hasta que por fin logró sentarse en el borde de la cama, procediendo de ese modo a tallarse los ojos con la ayuda de su mano izquierda. El guante que se había colocado horas atrás se mantenía en el mismo lugar, y no lo usaba por alguna moda o porque le gustara mucho, sino que lo hacía con el propósito de esconder el símbolo que yacía grabado sobre su palma, puesto que no quería que alguien lo viese y pensara mal de él, ya que no se consideraba de esos tipos que por placer decidían marcar sus cuerpos, así que la mejor alternativa que tenía era simplemente la de ocultarlo de la vista de todos. En su rostro aún podía percibirse el enorme cansancio que llevaba a rastras, pero este se le notaba demasiado, como si no hubiera descansado o dormido lo suficiente durante más de una noche, ocasionando que su mirada no reflejara más que decadencia al apuntar únicamente hacia el distante vacío frente a él. Y aunado a la confusión y frustración que tenía por saber qué demonios había ocurrido en el muelle días atrás, no le permitían pensar con claridad ni disfrutar de su tiempo, pues su necedad por encontrar y descubrir la verdad siempre terminaban ganándole de algún modo u otro.
Bryluuk: Todo esto no tiene ningún sentido... No lo entiendo. ¡Sí que no lo entiendo! ¿Qué mierda está pasándome? (En absoluta impotencia apretó su mano derecha con la izquierda, mientras no la dejaba de presionar sobre su frente)
Solo quiero entender... Solo quiero respuestas... Acerca de lo de mis padres, de esta estúpida marca... ¡Yo solo quiero saber de qué putas se trata! Han pasado tantos años y no he podido dejar de pensar en ellos y sus muertes. Y ahora esto... ¿Qué rayos era esa cosa en el muelle? ¿Y qué significa lo que me hizo? (Fue en el instante que terminó de hablar que mediante un molesto jalón se desprendió del guante, únicamente para no dejar de verlo)
Es como si la vida estuviera burlándose de mí con preguntas sin respuesta... Parece una broma. Aunque, no estaría nada mal que lo fuera...
Realmente no dejo de pensar en lo que sucedió aquel día en el muelle. No entiendo de dónde salió esa cosa ni qué era. Pero lo que sí sé es que no me mató a pesar de haber recibido toda su energía y de sentir todo el calor de la electricidad que emanaba sobre mi cuerpo... Fue tan rápido que solo puedo recordar eso: un muy fuerte y sofocante golpe. Además de la extraña voz que salía de él, una voz que todavía no puedo descifrar y que cada noche está presente en mis sueños. De verdad quisiera decirle todo esto a Mei, contarle lo que me sucedió y lo que siento, pero ni yo sé con exactitud lo que pasó y... No sabría qué decirle para empezar. No sé qué hacer y ya no sé qué pensar... Ya no.
De pronto, sus interminables y constantes pensamientos fueron interrumpidos gracias a una leve, pero evidente vibración sobre el buró que tenía a un lado. Se trataba de su teléfono inteligente, el cual había emitido dicho sonido a causa de una reciente notificación, por lo que tras dudar de qué o quién podría ser, llevó su mano derecha hacia el mismo con el fin de tomarlo y revisarlo. Al momento que encendió la pantalla pudo ver que era de un mensaje enviado por Mei, en el que citaba las siguientes palabras: "Bryluuk, por favor contesta... Estoy preocupada por ti". Él únicamente lo veía sin entrar a la aplicación o siquiera desbloquear el terminal, puesto que no sabía qué responder o por dónde empezar a hacerlo.
Bryluuk: ¿Cómo se lo digo sin sonar como un maldito loco? Mierda... (Pensativo, así como agobiado por el asunto que debía tratar, pensó sin apartar la mirada del mensaje)
Espera... ¡Ya son las 7:30! ¡Llegaré tarde a la preparatoria, carajo! (Tras ver la hora en la esquina superior derecha de su smartphone, se asustó de una forma tal, que pegó un intenso brinco por la impresión)
Enseguida de eso, fue que procedió a levantarse de golpe de la cama y salir corriendo en dirección al baño, no sin antes tropezarse y casi caer de boca contra el suelo, ya que se hallaba muy preocupado y apresurado por la hora que ya era. Intentó ducharse lo más rápido que podía, tallándose y lavándose de una manera frenética sus extremidades, todo esto sin despegar los ojos del reloj que tenía en una de las pantallas del baño, justamente la que se encontraba unos centímetros por debajo de la regadera, la cual en ocasiones usaba para ver videos o escuchar música a todo volumen mientras no paraba de cantar al son de las gotas de la cálida agua.
Bryluuk: ¡Mierda, no me gusta que se me haga tarde! ¡Lo odio! (Un poco disgustado por lo que había pasado, mencionó a la par que se lavaba el cabello con el espumoso champú, sin embargo, sus movimientos eran tan rápidos que este se esparció de más, causando que toda la espuma fuera directo a sus ojos)
¡Aghh! ¡Tienes que estar bromeando! ¡Me duele! (Quejándose por el ardor que le había provocado el jabón, comenzó a echarse agua desesperadamente sobre el área afectada, con el fin de remover tan empalagosa sensación)
—Reproduciendo "Me duele" de la reconocida banda juvenil, "Mi Biónico Corazón", lanzada en el año 2148. (De pronto, la voz de una asistente virtual proveniente de la pantalla, reprodujo una canción al pensar que se la había pedido)
Bryluuk: ¡¿Qué?! ¡No! ¡Quita eso! ¡Yo no te pedí una canción! ¡Te equivocas! (Tras escuchar la voz de la inteligencia artificial a cargo del sistema audiovisual de la casa, intentó detenerla exasperadamente, pues él no tenía intención alguna de escuchar música)
—Reproduciendo "Te equivocas" de la famosa y galardonada cantante, "Magenta", lanzada en el año 2149. (Y una vez más, había hecho lo mismo)
Bryluuk: ¡Ahhhh! ¡No tienes remedio, maldita cosa! (Al saber que no se detenía por nada, fue que empezó a presionar una y otra vez la pantalla táctil frente a él, con el objetivo de apagarla manualmente)
Al terminar de pelear con la defectuosa IA, y tras salir del baño lo más rápido que le permitieron las piernas, procedió a buscar la ropa que usaría dentro de su automatizado closet, la cual curiosamente resultaba ser la misma de todos los días: un pantalón azul, una playera negra y una chaqueta rojinegra. Con el tiempo encima y comiéndoselo vivo, se puso cada prenda mediante apresurados y torpes movimientos, para al final colocarse de nueva cuenta el guante derecho al igual que el izquierdo, puesto que no quería verse raro usando solo uno de ellos. Cuando finalmente logró terminar de vestirse, salió corriendo de la habitación dándole a la puerta un apresurado y tremendo jalón, para luego continuar su carrera hacia la puerta principal de la casa y hacer exactamente lo mismo con ella; sin embargo, esta última se cerró de manera automática tan pronto y la cruzó. En ningún momento disminuyó su paso conforme avanzaba, ya que seguía corriendo lo más rápido que podía con la finalidad de alcanzar el tren que lo conduciría hasta el centro de la ciudad Athena, debido a que la preparatoria a la que acudía, se hallaba a minutos de distancia de su hogar. No obstante, fue entre todas sus veloces y amplias zancadas en dirección a la estación, que algo raro sucedió, puesto que de repente un misterioso hombre, quien se encontraba de brazos cruzados y recostado sobre la pared de un desolado y lúgubre callejón, comenzó a mirarlo mientras corría sin quitarle la vista de encima. La densa oscuridad del lugar, aunado a la vestimenta de tonalidades apagadas que podía apreciarse pese a la falta de luz, ocasionaban que fuera casi imposible verle con claridad la ropa que estaba usando o la apariencia de su complexión y facciones. Sin embargo, aquello que sí pudo notarse fueron sus ojos, los cuales eran de una tonalidad amarillenta que resaltaban sobre las sombras cuán luces brillantes, gracias a la intensidad que poseían.
???: Espero y no te hayas equivocado con él, anciano... (Fue entonces que para romper la tensión que en ese momento envolvía al lugar, y por medio de una seria voz, mencionó a la vez que daba ciertos pasos hacia adelante, para segundos más tarde desaparecer entre unas ardientes llamaradas de fuego cian)
La mayoría de las personas quienes veían a Bryluuk alejarse de una forma tan rápida y agitada, se sorprendían enormemente cambiando la expresión de sus rostros por una de asombro y desconcierto, pues no tenían la menor idea de lo que estaba ocurriendo o del motivo principal de su carrera en solitario. Y fue de esa peculiar manera que emprendió su trayecto hasta finalmente llegar a la estación de trenes, lugar en el que sin pensárselo dos veces, tomó uno de ellos justo antes de que este se marchara. Ya dentro del vagón, y exhausto por todo el tramo que se había hecho, lo primero que hizo como toda persona, fue buscar un asiento libre con la mirada, para luego tras divisarlo, dirigirse hacia él y sentarse con alivio, consiguiendo de ese modo descansar finalmente las piernas, recuperando así todo el aliento perdido a causa del arduo recorrido. Cuando la ansiedad y fatiga que lo invadía se había disipado por completo, giró la cabeza en dirección a la ventana con el mero propósito de ver lo que acontecía en el exterior; y aquello que contemplaron sus ojos fue sumamente increíble, ya que a través del cristal pudo apreciarse una gran parte de la ciudad Athena gracias a la altura a la que el tren iba. La fantástica metrópoli era muy vasta, y esto podía notarse fácilmente tras observar el distante horizonte a lo lejos, debido a que las edificaciones dentro de ella parecían no tener un fin sobre la tierra. Otra de las increíbles cosas que logró verse a simple vista fue su alto nivel tecnológico, pues la mayor parte de los edificios, ya fueran chicos o grandes, poseían unas inmensas pantallas holográficas a lo alto y ancho, en las que se transmitían noticias, anuncios y hasta comerciales de todo tipo, tales como de comida, entretenimiento o artículos de belleza e higiene. Sin embargo, Bryluuk no veía semejantes imágenes para maravillarse por el futurístico paisaje, sino que seguía pensando en cómo decirle a Mei lo que había sucedido días atrás o de lo que sentía en su interior. A él no le agradaba la idea de ocultarle información, y más siendo de ese tipo tan extraño; además de que el solo hecho de no contarle, pese a que era su mejor y única mejor amiga, le daba cierto remordimiento.
Bryluuk: Mierda... ¿Cómo demonios se lo digo? Ya no quiero mentirle... No creo soportar más... (Al terminar sus pensativas palabras, alzó ligeramente la mano derecha, para posteriormente abrirla y cerrarla en reiteradas ocasiones)
Desde ese día me he sentido muy raro... Es como si no me sintiera yo. No sé qué es lo que sucede. ¡Solo quiero que pare! ¡Solo eso quiero! (Fue de esa forma que ansioso por una respuesta cerró los ojos y su mano derecha con fuerza, denotando a través de las arrugas de su oscuro guante, la gran presión que ejercía)
No obstante, tan pronto y se mantuvo así por unos escasos segundos, fue que algo en extremo peculiar aconteció a su alrededor. El sonido de un momento a otro se esfumó, el leve zumbido que causaba el tren al moverse se había marchado al igual que los ruidos provocados por cada uno de los demás pasajeros, tales como pláticas entre ellos, carcajadas ya fueran intensas o leves, hombres y mujeres hablando mediante sus smartphones, golpeteos sobre el metal debido a quienes intentaban crear un ritmo, entre muchos otros más que habían sido detenidos gracias a un extraño fenómeno que impedía su continuo y normal flujo. Bryluuk, al darse cuenta de la carencia sonora del entorno, abrió los ojos de golpe con el propósito de saber cuál era la razón que parecía haber apagado al mundo. Y fue cuando lo hizo que se llevó una gran sorpresa, ya que tras observar con detenimiento el vagón en el que se hallaba, pudo notar que cada una de las personas, estuvieran paradas o sentadas, mostraban signos de petrificación, pues estas se habían quedado pausadas de forma literal optando diferentes posiciones. Era evidente la confusión grabada sobre la expresión de su rostro al ser partícipe de tan raro acontecimiento, porque simple y llanamente no podía creer lo que sus ojos veían; de algún modo no lo quiso aceptar e incluso llegó a pensar que quizá se trataba de un sueño más, pero para su suerte, era completamente real lo que estaba ocurriendo.
Bryluuk: Ay no... ¿Ahora qué? (Temeroso por el escenario que parecía no volver a la normalidad, mencionó a la vez que movía la mirada en todas las direcciones, observando la inmovilidad total de las personas)
Esto sí que es nuevo. Una cosa son esos extraños sueños y otra muy distinta lo que está pasando ahora. No entiendo nada... No hay ningún movimiento o siquiera un ruido... (Aún extrañado se dijo a sí mismo, mientras se preparaba para actuar girando un poco la cadera)
Fue en ese entonces, que mediante una actitud temeraria y determinada por saber lo que ocurría o siquiera tratar de averiguar algo al respecto, se dispuso a levantarse; sin embargo, al momento de querer apoyar su mano izquierda sobre el metálico respaldo del asiento delantero algo lo detuvo de golpe, una extraña sensación de hormigueo que no solo recorrió la yema de sus dedos, sino toda su mano de un modo tan fugaz, lo cual repercutió en su pronta reacción y posterior alejamiento de la zona. Confundido por lo que había pasado, giró la palma afectada para verla fijamente, pero fue cuando lo hizo que se percató de que no tenía nada inusual en ella y no tenía ningún rastro de que algo lo hubiera lastimado, no obstante, eso estaba por cambiar, ya que a los pocos segundos de haberlo hecho, unos finos rayos de tonalidad cian aparecieron por encima de sus dedos, moviéndose de un lado a otro de una forma tan increíble y majestuosa.
Bryluuk: ¡Qué mierda! (Asustado por lo que veían sus ojos, comenzó a mover desenfrenadamente su mano izquierda para intentar deshacerse de la electricidad, pero lo único que ganó fue avivarlas aún más)
¡¿Qué es lo que está pasándome?! (Ahora lleno de terror por lo que le sucedía, y mediante unos frenéticos y muy bruscos movimientos, se alejó de su lugar sin dejar de agitar su mano)
A duras penas trató de quitarse de encima todas las pequeñas descargas, chispas y listones eléctricos que no dejaban de transitar sobre su extremidad, pero por más que se movió para lograrlo, nunca llegó nada. Y fue al poco rato de haber hecho eso, que los incesantes relámpagos no tardaron mucho en alcanzar otros lugares, tanto de su cuerpo como del medio en sí, llegando de un modo sorprendente a los metales cercanos del vagón gracias a su intrínseca naturaleza conductora; todo esto mientras que el tiempo permanecía estando inerte, sin avanzar, en una completa pausa debido al inexplicable fenómeno que ahí era llevado a cabo, consecuencia de un creciente poder que emergía dentro de él. Fue en ese entonces que Bryluuk continuó moviéndose de un lado a otro sin parar, caminando entre las petrificadas personas a pasos acobardados y evadiendo cualquier cosa que atrajera la electricidad que lo rodeaba; sin embargo, fue cuando llegó a la puerta del vagón que de repente tras cerrar los ojos, en un acto digno de una persona atormentada por el miedo, que el flujo temporal volvió en sí, trayendo consigo el movimiento de los pasajeros una vez más, aunado al desconcierto de la misma al verlo en ese sitio tan aterrado por algo que no podían presenciar, en una posición donde lo que más buscaba era protegerse de aquello que no entendía. Pero al darse cuenta de que el sonido y las sensaciones de movilidad habían regresado a su curso natural, alzó lentamente la mirada, horrorizado por lo que pudieran ver sus ojos; no obstante, al hacerlo no vio otra cosa más que el desconcertado rostro de cada una de las personas, las cuales no le apartaban la vista de encima. El ambiente se tornó incómodo de un momento a otro, y antes de que siquiera llegara a pensar en algo que lo sacara de esa situación, fue que el tren se detuvo a los pocos segundos de tan vergonzoso evento, ya que el tren había llegado finalmente a su destino. Y tan pronto y como la puerta se abrió a su espalda, no dudo en salir corriendo de ahí, alejándose de las prejuiciosas miradas de las personas que no hacían más que hablar de él a través de susurros; sin embargo, y para su mala fortuna, algo interrumpió su trayecto al poco tiempo de haber despegado, una voz que reconoció al instante, y que no paraba de decir su nombre.
Mei: ¡Bryluuk! ¡Bryluuk, buenos días! (Contenta por encontrarlo, lo vio darse la vuelta despacio, para luego saludarlo gentilmente con una sonrisa de oreja a oreja)
¿Huh? Tu cara se ve terrible, como si estuvieras perdido, ¡pero no te preocupes, ya te encontré! Hehe (Al terminar sus palabras, y denotando una actitud abundante de optimismo, apuntó su dedo índice derecho directo a él, mientras que le sonreía con los ojos cerrados)
Bryluuk: Siempre me... Encuentras, hehe. Uh... Mei, ¿qué estás haciendo aquí? Ya es tarde, deberías estar en la preparatoria, ¿no? (Desconcertado por su presencia, no pudo evitar preguntarle, ya que estaba en lo correcto)
Mei: Quise esperarte... (Sintiéndose un poco regañada, contestó su pregunta a la par que desviaba la mirada)
Bryluuk: Pero entrábamos a las ocho. Y ya son... Las ocho cuarenta... No me digas que... (Sorprendido por la hora que era, se dirigió a ella sin apartar la vista de su smartphone)
¿Desde qué hora llevas esperándome aquí? (Confuso por lo que estaba pasando, le preguntó acercándose a ella)
Mei: Bueno... Llegué aquí a las siete cuarenta y cinco. Así que... Casi una hora, hehe... (Tras culminar sus palabras con un apenado gesto, llevó ambas manos a su espalda, para posteriormente regalarle otra sonrisa)
Bryluuk: ¡¿Estás hablando en serio?! Mei, agh... Lo lamento, en serio. Se me hizo tarde y... Bueno. Me da gusto verte. (Completamente avergonzado por haber tardado tanto, le regresó la misma expresión)
Mei: No te preocupes, estoy dispuesta a esperar más por ti... Eso no fue nada... (Olvidando en absoluto que lo tenía frente a él, mencionó con una tenue y suave voz)
Bryluuk: ¿Qué fue lo que dijiste? Nunca he entendido por qué hay veces en las que hablas tan bajito... (Curioso por averiguar aquello que no pudo escuchar, le dijo acercándose aún más)
Mei: ¿¡EH?! NADA, HEHE, ¡NO DIJE NADA! Sabes, será mejor que nos vayamos a la preparatoria, con suerte y entramos a tiempo para la siguiente clase... (Alarmada por sus palabras, y tras verlo todavía más cerca, movió su mano izquierda hacia la derecha de él para tomarla, con el fin de hacerlo caminar a la preparatoria)
Bryluuk: ¡Oye! ¡¿Qué fue todo eso?! (Alterado por lo que había hecho su amiga, intentó obtener una respuesta de su parte, pero no recibió más que un repentino cambio de conversación)
Mei: Hace ya una semana que estás muy raro. Faltas a la escuela, llegas tarde, ¡justo como hoy! No contestas mis mensajes, mis llamadas. Sin contar que de un día para otro usas guantes, nunca antes te había visto usar unos. ¿Ya me dirás qué sucede? (De repente su temple se tornó serio, tanto que ahora parecía ser ella quien lo regañaba)
Bryluuk: Y-yo... Es algo complicado, Mei. Pero no es nada grave, en serio, confía en mí. Nada malo pasa, es solo que, no lo sé, es como tú dices, raro... (Tan pronto y Mei lo escuchó, esta detuvo de golpe su caminata)
Mei: Sabes perfectamente que confío en ti, pero siento que tú no lo haces conmigo. Tarde o temprano me lo dirás, y si lo sé es porque te conozco. Sé que algo ocurre, y quiero saberlo... (Dispuesta a sacarle toda la verdad, se dirigió a él viendo directamente sus los ojos)
Bryluuk: Lo sé. Es que es algo difícil, pero tienes razón. Cuando salgamos de la preparatoria te contaré todo lo que quieras saber, porque siendo honesto, ya no soporto estar así. Tú siempre has estado conmigo, ayudándome y haciendo todo por mí a pesar de mis errores... Lo lamento... (Arrepentido por no haberle dicho el problema que lo aquejaba desde hace ya tantos días, llevó su mano derecha hacia la izquierda de ella, solo para acariciarle los dedos)
¡Ay! ¡Perdón! (Al darse cuenta de lo que hacía, se apartó mostrando una evidente expresión de vergüenza, a la vez que sus mejillas se tornaban cada vez más rojas)
Mei: No te disculpes, hehe, está bien. Me agrada sentirte... ¡Qué diga! ¡Se nos hace tarde, debemos apresurarnos! (Impresionada por lo que había sentido, se acordó inoportunamente de la hora que era, por lo que de una forma rápida buscó otra vez la mano de Bryluuk, para instantes más tarde reanudar su camino hacia la escuela)
Y fue cuando llegaron a ella, que todo lo que les quedaba por hacer era cruzar una calle más, sin embargo, antes de que esto llegara a pasar, Bryluuk frenó inesperadamente su paso, ya que por alguna extraña razón, su consciencia pareció haberse marchado de un momento a otro, lo cual pudo corroborarse al notar que sus ojos no paraban de ver el asfalto que tenía debajo de él, como si estuviera en un tipo de trance. Los sonidos, provenientes de cada una de las personas, quienes no dejaban de caminar por la cercanía y alrededores, así como el ruido originado gracias a la constante movilidad de los coches e inclusive la de las propias aves que sobrevolaban el área, fueron anulados gracias a sus ininterrumpidos pensamientos, atenuando de ese modo al mundo entero a tal grado de lograr "apagarlo". Sin embargo, esto no duró mucho tiempo, debido a que al haber transcurrido solo unos pocos segundos de tan inquietante acontecimiento, fue que su mente logró volver en sí, regresando a la normalidad todo aquello que antes había sido afectado. Tras hacerlo, lo primero que su cuerpo le ordenó fue mover su cabeza y alzar la mirada en dirección a las instalaciones de A.M.B.E.R., las cuales sobresalían muy por encima de los demás edificios, opacándolos por completo. No obstante, esto tampoco duraría mucho, pues la delicada voz de Mei a su lado lo alertó, provocando que volteara a verla con un rostro algo preocupado.
Mei: Oye, ¿estás bien? Tenemos que cruzar, si no se nos hará más tarde. Anda, vamos, sígueme... (Aprovechando que la luz del semáforo ya se encontraba en rojo, comenzó a caminar hacia el otro lado de la calle)
Bryluuk: Y-yo... Voy detrás de ti, no te preocupes. Te cuido desde acá... (Tan pronto y como la vio marcharse la siguió, pero cuando estuvieron a punto de llegar el semáforo cambió a verde, cediéndole el paso a los veloces automóviles que parecían no perdonar a nadie)
Ante tal impresión intentó avanzar de manera rápida con el fin de evitar ser embestido por los autos; sin embargo, fue al ejercer su primer paso que el anterior fenómeno del tren se hizo presente una vez más. Los movimientos de las personas, vehículos y de todo aquello que estuviera trasladándose a su alrededor, parecían disminuir considerablemente, como si el tiempo se ralentizara a tal punto de llegar a la detención total, una completa pausa que ante la vista de aquel que podía percibirla, no era más que un suceso indescriptible gracias a su extraordinaria naturaleza. Bryluuk al enterarse de lo que estaba pasando con el entorno, desvió en reiteradas ocasiones su mirada direccionándola a todas partes, mientras que los últimos sonidos que podían apreciarse se apagaban hasta traer consigo un tétrico y asolador silencio. Boquiabierto, y todavía sin poder creer lo que sus ojos veían, empezó a caminar hacia los autos en un intento de observar qué era lo que estaba sucediendo, pero grande fue la sorpresa que se llevó al observar a los conductores totalmente inmóviles cuán muñecos de cera. Aterrado por lo que había visto, así como perturbado por lo que estaba viviendo, retrocedió titubeante un par de pasos, para luego ser envuelto por pequeñas descargas eléctricas de tonalidad cian, mismas que comenzaron a extenderse libremente sobre sus temblorosas extremidades.
Bryluuk: ¡No! ¡Otra vez no! (Colmado de histeria procuró de nueva cuenta despegarse de tan horrorosa sensación electrizante, sin éxito alguno)
¡Ya, por favor! (Entre todas las sacudidas que no paraba de dar, fue que vio a Mei del otro lado de la calle, revelando así que ella había podido cruzar)
Mei... (Inquieto porque algo malo fuera a ocurrirle, se dirigió hacia su ubicación después de un hondo suspiro)
Todavía con la angustia brotando en su interior y devorándoselo cuán parásito, cruzó la angosta calle mientras no paraba de evadir los autos que tenía enfrente, con el mero fin de alcanzar a la mujer que tanto le importaba. Para momentos más tarde, al llegar a la banqueta donde ella estaba parada, percatarse de que su amiga también había sido víctima del particular fenómeno temporal que alteraba a la atmósfera y a todo aquello que estuviera dentro de él. Y tan pronto y lo supo, no pudo evitar padecer un abrumador sentimiento de impotencia ante lo que estaba pasando, provocando que su expresión cambiara de forma súbita a una de completo desasosiego, la cual no reflejaba más que la inutilidad que sentía en ese desafortunado evento.
Bryluuk: ¿Qué mierda es lo que sucede? ¡No lo entiendo! ¡¿Por qué me está pasando esto?! (Más y más dudas le llegaban a la cabeza conforme su mirada se desviaba a la propia inexistencia del tiempo)
¡¡¡YA NO LO SOPORTO!!! (Incapaz de hacer algo o de siquiera pensar con claridad, llevó ambas manos hacia su cabello, para segundos después cerrar los ojos fuertemente y presionar sus dedos contra él en una obvia señal de tormento)
Mei: ¡Oye! ¡¿Cómo…?! ¿Cómo llegaste hasta acá tan rápido? (Apenas y supo de su presencia, retrocedió un par de pasos, ya que no entendía cómo se había podido mover a donde ella estaba sin siquiera haberlo visto)
Ammm... ¿Estás bien? (Tras verlo tan horrorizado y a punto de llorar a causa de la gran ansiedad que se le notaba en el rostro, le cuestionó acercándose a él)
Bryluuk: ¿Mei…? (Al escuchar el sonido de su voz alzó la cabeza cuidadosamente, para luego ver que todo había regresado a la normalidad)
Y-yo... No lo sé. Fue tan... Extraño, todo, fue tan rápido. ¡Pero tranquila! No es nada malo, no te preocupes por mí, ¿está bien? (Desorientado por lo sucedido, pero comportándose de un modo optimista frente a ella, trató de calmarla lo mejor que pudo)
Mei: Pero, es que estabas allá... Estabas detrás de mí. ¿Cómo es que llegaste tan rápido? (En absoluta confusión lo veía a los ojos, así como aquel lugar en el que se hallaba previamente)
Bryluuk: Lo que pasa es que... Y-yo... (De verdad no tenía la menor idea sobre qué decirle o qué inventar, sin embargo, antes de que pudiera hacerlo, fue que el timbre de la preparatoria a sus espaldas sonó)
¡Ya son las nueve, la siguiente clase está por comenzar! ¡Será mejor que vayamos! ¡Cuando salgamos te diré todo lo que quieras saber, en serio! Pero por ahora debemos darnos prisa, Mei... (Agradecido por lo que había salvado su pellejo, dio un par de pasos hacia su mejor amiga, para luego tomarla de la mano y correr junto a ella hacia las puertas de la inmensa preparatoria)
Casi me cago del susto, pero al menos me salvó... O bueno, solo por lo que duren las clases... (Sudoroso y aliviado pensó, a la par que avanzaba sin soltarla por nada del mundo)
Mei: *¿Qué es lo que me estás ocultando, Bryluuk Brist? * (Intranquila por la rara actitud que mostraba su mejor amigo, mencionó en su mente sin dejar de apartarle la vista de encima)
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