Dale trabajo

–Examen sorpresa!- dijo el profesor.–Todos guarden sus calculadoras y artículos personales, les pasare un trapo húmedo para que limpien sus escritorios y después comenzaremos a aplicar los exámenes.

 

Si muchos estudiantes acostumbran escribir las respuesta de los exámenes en los escritorios no es mi caso, Mey y yo tenemos un truco para pasarnos las respuestas.

 

¿Han escuchado que una pluma y un lápiz hacen sonidos diferentes?

 

Bueno cuando ella tiene una duda en la pregunta, toca con la pluma.

 

Por lo general los exámenes tienen 10 preguntas, así que hace unos meses pusimos 10 tornillos en una esquina del escritorio tanto en el mío como el de ella, y con la pluma le pega el tornillo de la pregunta, mientras que con el lápiz yo le doy la respuesta, 1 toque es para a 2 para b y 3 para C, está escuela tiene un tipo de ley: que los exámenes sean de opción múltiple.

 

El maestro nunca se ha dado cuenta de nuestro engaño, ya que solo hacemos ruido ligeramente, ella es mi vecina de escritorio así que no es necesario tocar con fuerza.

 

Limpiamos el asiento y comenzamos con nuestro examen, solo dos respuestas no sabía y ella tres, nos pasamos las respuestas y ella se levantó primero el maestro la dejo salir después de 5 min me levanté yo, y salí.

 

Cuando salí ella me esperaba afuera con su pierna recargada en la pared.

 

Camine hacia ella y sonreí.

 

–Que fácil estuvo el examen de hoy!- dije y ella sonrió.

 

–Ten!- saco una barra de chocolate y me la dio la partí por la mitad y le di esa mitad.

 

Ambos caminábamos por los pasillos contándonos cosas.

 

Hasta que llegamos. La cafetería.

 

Pedimos el almuerzo y fueron 20 dólares ella puso 10 y yo 10, el acuerdo al que llegamos después de romper fue que 50 y 50% en el pago de nuestros almuerzos, así que pedíamos sin importar el costos odiamos mitad y mitad en los gastos así que comeremos muy bien.

 

Pedimos cosas diferentes, en cuento llegamos a la mesa, nos compartimos nuestra comida, comíamos como si estuviéramos en un buffet a bajo costo.

 

–Adrián, irás al paseo escolar?– ni siquiera recordaba el paseo escolar.

 

–Tal ves aún no le he dicho a mis padre!- dije con vergüenza.

 

–Yo no creo poder ir.

 

–Por que no?- pregunté y ella agachó la cabeza nunca se pierde de los paseos escolares.

 

–Es que mi hermana, quiso ir de viaje a Norteamérica, y mi padre le pagará su viaje, y le dijo a mi madre que no le dará dinero para pagar mi colegiatura, mis zapatos ya se despegaron de la suela y mi madre los pego con pegamento por qué mi padre no quiso darnos dinero..

 

–Mey.– ella me puso su dedo en la boca para que la dejara hablar.

 

–Esta bien no, quería ir de todos modos!- miente lo se, hace la misma cara que yo cuando miente. –Lo que no quiero es que mi mamá trabaje tanto, ella tiene dos empleos para solventar los gastos de la casa incluso está hablando de vender y mudarnos a un lugar más pequeño. –

 

–Mey tu ¿Quieres mudarte?-

 

–no, pero…– … –mi madre me meterá a una escuela pública dejare el colegio por qué ya con este van a ser dos mensualidades que no paga, le ayudo a lavar ajeno pero no quiero ser una niña malcriada que hace berrinche solo por qué ya no pueda seguir pagando mi colegiatura..–

 

No quiero que se vaya Mey es mi mejor amiga.

 

No dije nada aún que mi cabeza volaba en las mil forma de poder ayudarla.

 

–¿Y si hacemos malabares en los semáforos?.!- ella sonrió. –Si mira así ayudaremos a tu madre a pagar la colegiatura.–

 

–Si, saliendo de clases.– ella sonrió.

 

Quizá si sea bueno ir a hacer malabares un rato, no soy muy bueno pero lo intentaré conque no se vaya.

 

Las clase pasaron volando.

 

Salimos una hora antes por qué era semana de exámenes, nuestros padres no sabían nada, así que corrimos a comprar unas pelotas de goma tamaño mediano y nos fuimos al semáforo más transitado, era hora pico así que había mucho tráfico.

 

Comenzamos nuestro show aventábamos y  cachábamos las pelotitas.

 

Al principio no sabíamos medir el tiempo con el semáforo, se nos fueron muchos autos sin darnos dinero, hasta que aprendimos.

 

Unos cuantos segundos antes de que cambiará a verde corríamos a pedir dinero, muchos nos daban unos billetes y otros unas cuantas monedas, pero poco a poco nuestros bolsillos comenzaron a llenarse estábamos muy felices.

 

Corríamos de felicidad ella y yo tomados de la mano a un parque cercano, ¿No han escuchado que no deben contar el dinero en público? Pues lo hicimos.

 

Contamos cada billete y moneda, casi se juntaba lo de un pago se su colegiatura, estábamos muy felices que incluso nos abrazamos.

 

Pero otros no lo estaban.

 

Se acercaron a nosotros unos jóvenes mucho más grandes que nosotros.

 

–¿Creen que pueden sacar dinero en nuestro punto? – preguntó uno de ellos muy pero muy molesto.

 

–No sabía que el semáforo dijera propiedad de un idiota!- dijo Mey.

 

Yo solo sonreí.

 

–Si, estúpida niña.– el joven se acercó a Mey y con su dedo le golpeó la frente, ella es quejo mientras el desconocido río.

 

–Oye tu grandulón ¿no te han enseñado a respetar a las niñas?- pregunté molesto llevando a Mey atrás de mi.

 

–¿Y a ti a no provocarme?- sonreí.

 

Mey se agachó a querer agarrar el dinero pero uno de los jóvenes se lo quito.

 

–Regrésame ese dinero. –Dijo Mey yendo contra esa joven y el la arrojo al suelo.

 

–Oye tu déjala!- le lance un derechazo como mi primo Carlo me enseñó.

 

Su cara se volteo.

 

Me dolió la mano pero esos montoneros me agarraron y comenzaron a golpearme, en el estómago y el rostro.

 

Mey trato de meterse pero ellos la sujetaron para que no interfiriera, mientras me golpeaban solo pedía que no la tocaran a ella.

 

Terminé en el suelo con sangre saliendo de mi boca y sin un peso incluso se llevaron mis zapatos.

 

Comenzamos a caminar por la calle de regreso a mi casa.

 

Ambos estábamos muy tristes y desconsolados.

 

En cuanto llegue a casa mamá salió corriendo hacia mi.

 

–Mi amor, ¿Qué te paso?- me preguntó mientras me revisaba mis herida.

 

–Estoy bien mamá!- dije. Pero su rostro de preocupación no se iba.

 

–Abraham, ven!!- le gritó a mi padre el cual salió y en cuanto me vio me analizo de pies a cabeza.

 

–Lo golpearon unos mastodontes!- dijo Mey y yo le tape la boca lo menos que quería era preocupar a mis padres.

 

–¿Mamá, puedes llevar a Mey a su casa?- pregunté y ella sintió.

 

–Adiós Adrián!- dijo ella quien comenzó a caminar a la par de mis madre.

 

Mi padre me llevo a su estudio y saco un botiquín, reviso mis heridas del pecho y después mi rostro, dolía pero le dije a papá que no me dolía.

 

Me dio medicina para el dolor y limpio mis heridas.

 

–¿Qué fue lo que pasó?- me preguntó.

 

–Papá!- su mamá necesita dinero para pagar su colegiatura, tiene dos trabajos y debe dos pagos del colegio, no quiero perderla.

 

Comencé a llorar, con mi padre es el único que no me da miedo mostrarme tal cual soy.

 

–Adrián no puedes resolverle la vida.–

 

–Contrata a su mamá en el hospital, págale más que a otras empleadas, yo te pagaré parte de su sueldo!- dije y el me vio por un momento con los ojos muy abiertos.

 

–¿Adrián de donde piezas sacar dinero?.

 

–Hazme un pagaré, te pagaré cuando cumpla la mayoría de edad y pueda reclamar la herencia de mis padres y de mis abuelos – dije y el sonrió.

 

–Bueno!- dijo.

 

–En verdad papá!- sonreí y me dolió el labio pero brinque de emoción y me dolió el estómago.

 

–¿Podrías estar quieto solo por un instante?- me preguntó el y yo asentí.

 

–Solo por un minuto!- dije y el sonrió.

 

–Papá, le llamaré a Mey para que mañana mismo vaya a tu hospital a hacer una cita

 

–No, su mamá no trabajará en el hospital!- dijo papá.

 

–¿Entonces donde?- pregunté.

 

–Nos mudaremos a una casa más grande, Adrián tus hermanos quieren sus propios cuartos y tengo que ir buscar una casa con muchos cuartos por lo menos 8 cuartos, y bueno, tu mamá con las grabaciones y los niños casi no tiene tiempo así que una empleada doméstica le caería bien, le pagaré muy bien más que lo que gana una de mis empleadas en el hospital y podrá ella y su hija irse a vivir a la casa con nosotros, pero Adrián tu pagarás la mitad de su sueldo, cuando seas mayor de edad deberás pagarme.

 

–Lo haré papá, gracias.– el me hizo firmar un documento el cual no leí por qué confío en mi padres pero el sabe que me gusta tener todo registrado en papel, como mi acuerdo de noviazgo con Mey y mi acuerdo de rompimiento que aún no hemos firmado.

 

–Adrián consígueme su número de Carnet de la escuela para pagar los dos meses de colegiatura de Mey.

 

–Si papá. –Me quede un buen rato hablando con mi padre hasta que me dio sueño y me dormí en el sofá, cuando desperté ya estaba en mi cama.

 

 

 

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Comments

Itsar Jimenez

Itsar Jimenez

cómo se llama la primera parte de esta novela

2024-01-20

0

Luz Maria Aucapoma Martinez

Luz Maria Aucapoma Martinez

me interesa mucho

2023-05-01

1

katherine soledad silva cotrina

katherine soledad silva cotrina

tan lindo el niño

2023-02-25

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