Otra ves no!

DYLAN BELANCH.

Reconozco que cometí una imprudencia al distraer a Meier mi chófer, quien no pudo evitar chocar el Lamborghini, que se había detenido justo en el semáforo.

Tenía toda la intención de resolver aquel insignificante error, o hasta comprarle un nuevo auto al agraviado.

Lo que no esperé fue ver la reacción cavernícola de la aludida. Vaya que era una hermosa joven de cabellos largos, alta y de buen cuerpo.

Sus insultos groseros se oían a kilómetros, me sorprendió que de esa pequeña boquita de caramelo salgan tales aberraciones.

Me causó mucha gracia que decidí disfrutar el espectáculo.

Cuando la tuve delante de mi auto como una salvaje desprovista de modales, pude ver su rostro más ampliado.

¡Vaya sopresa! la misma joven con la que había chocado el día anterior. Aún recuerdo su pequeño rostro embelesado. Ya no era el pequeño cachorro indefenso. Se había convertido en una fiera salvaje .

Su pequeño rostro estaba tan hermosamente enrojecido mientras golpeaba como una delincuente los vidrios de mi coche.

¿Que demonios tiene es esa cabeza?.

No pensé que una mujer tan hermosa y culta a la vista tendría tal arranque de furia. Cómo una completa troglodita.

---Señor ¿debería llamar a la policía?. La muchacha está dispuesta a romper el vidrio de su auto.

---Déjalo así. Yo me encargo.

Después de respóndele a Meier, me alisé el terno y bajé del auto.

La pequeña fiera se petrificó al verme y empezó a retroceder de manera inconsciente. No entiendo que demonios le pasa. Solo que se que está agotando mi paciencia.

MARIA DE LOS ÁNGELES.

¡Santo Dios! ¿Por qué el otra ves?.

Mi enojo despareció cómo una bruma de humo y fue reemplazado por desconcierto.

---¿Eres una persona racional?. ---Pregunta de manera glacial. ---¿Que clase de persona se porta como un delincuente?. Mejor dicho "una cavernícola"

Puedo ver en su rostro un hilo de ironía y burla.

Tomo un sorbo de aire y me recompongo al chocar con sus palabras nada amigables.

No soy la típica muchacha que baja la cabeza dispuesta a humillarse. Además el estirado ese estaba insinuando que tenía "aserrín en el cerebro".

Admito que perdí los estribos. Pero la situación lo ameritaba.

No me importa si es el mismo Zeus del Olimpo.

Me importa un rábano si es el hombre que me regaló una noche maravillosa años atrás. No me voy a amilanar ante su poderosa presencia.

Además ¿por qué debería sentirme como una corderita?. No le debía nada a ese hombre.

Una sonrisa se formó en mi rostro y le dediqué la misma mirada.

---¿Me estás insultando pedazo de basura?. ¿Piensas que te tengo miedo?. Sabes muy bien que el único culpable aquí eres tú. Deberías visitar un oculista.

Su rostro se torna lúgubre y empieza a avanzar hacia mi.

---¿Sabes a quien le estás hablando de forma irrespetuosa?.

---¡Me importa un rábano si eres el mismo presidente! ---. Respondo ofuscada y me admiro a la ves por sacar valor del aire ya que sus ojos disparaban rayos láser. Y una persona normal estaría temblando de miedo.

---¿Señor, debería llamar a la policía?. ---Alguien salió de la parte delantera del auto con el rostro horrorizado.

Por su uniforme elegante deduje que era el chófer. El hombre misterioso solo le dedicó una mirada e hizo una seña. Que lo mantuvo con la boca cerrada.

"Maldita sea". Me sentí súmante avergonzada. Ese maldito chofer era el único culpable, ni para decir que la visión le fallaba por vejez. Ya que era joven y apuesto.

Con la cara enrojecida solo atiné a ver mi reloj de mano, el me decía que llegaría tarde a mi entrevista y perdería la mejor oportunidad de mi vida, ya que la empresa a la que postulaba era la más grande del país.

"Maldito día" Me dije un susurro. Mientras me mordía el labio inferior.

Siendo consiente de la situación no estaba en la posición de seguir derrochando mi valioso tiempo saqué una tarjeta de presentación de mi bolsillo y se la ofrecí al tipo.

---Lo siento. Carguen los gastos a mi cuenta. Este es mi tarjeta presentación.---Dije con apuro.

---¿Crees que es así de fácil? No acepto disculpas falsas. ---Respondió con un tono frío y molesto que me produjo escalofríos. Esbozó de manera despectiva al ver mi tarjeta, pero no lo tomó.

Me dejó con la mano extendida. No iba a soportar la humillación del niño caprichoso. Estaba al tope de mi paciencia por los nervios. Estaba muy tarde.

---¡Maldito imbécil púdrete! Si quieres denúnciame.

Aventé la tarjeta en su encima y salí a toda prisa. Arranqué el carro y aceleré a toda velocidad.

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Comments

Mirla Loyo

Mirla Loyo

jajajaja se seguro es el dueño de la empresa 🤦🤣🤣🤣

2025-01-19

0

C Matacruz

C Matacruz

jajaja jajaja se pondrá interesante y seguramente será su jefe 🤣😊🙂😉😆🙃🤪🤔😏🥺😜😯😄😁😐😝🤨😕😛☺️

2024-11-30

0

Lorenza Malpica

Lorenza Malpica

JAJAJAJA ÉSTA MUJER ME GUSTA . NO SE DEJA. BRAVO

2024-10-24

2

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