Ella es mi hermana

Habían pasado ya algunos días desde que llegue aquí con mamá, los primeros días no habían sido muy agradables pues estaba todo el tiempo pegada a mi, luego de que por fin entendió que no era necesario que estuviera siempre detrás mío respiré un poco.

Mamá trabajaba junto con su esposo y solo se había tomado una semana de descanso para acompañarme, entonces ahora solo faltaban 3 días contando el fin de semana, entonces el lunes por fin tendría casa sola, pero eso que tenía de bueno para mí realmente no lo sé, solo se que estaré sola, desayunaré, comeré tal vez cenaré y todo en total soledad y eso estaba bien para mí.

Pronto llegó el domingo, este día salimos con mamá y Mauricio de paseó y de compras, habíamos dado unas cuantas vueltas a varias tiendas y no compré gran cosa solo un par de vestidos para alguna ocasión especial, como que típo de ocasión no tenía idea pero ahí estarían guardados en mi clóset por si acaso.

Había llegado el vendito lunes, un alboroto se escuchaba afuera de mamá y su esposo peleando por sus portafolios documentos por qué se hacía tarde, así que así es vivir normal escuchar gritos y peleas por la casa, no está mal pero tampoco creo que esté bien.

Ya había tomado el desayuno el día estaba frío pero igual era hermoso para estar afuera sentada sobre el césped leyendo un buen libro que te cuenta la historia de un gran amor, que ridículo se ve el amor en esos libros, pero igual me encanta leerlos imaginando que algún día llegará a mi vida alguien que me pueda amar como una de esas historias.

Estaba concentrada en lo hermoso del día cuando sonó mi teléfono – Bueno?

– Hija, que bueno que respondes no estás ocupada?

– No madre, estoy solo sentada en el jardín por qué, te puedo ayudar en algo?

– Ay hija realmente si necesito tu ayuda, mira olvide unos papeles sobre es escritorio en mi habitación tenía que traerlos conmigo me harías el favor de traerlos por favor.

– Pero mamá yo ... no se cómo salír de aquí?

– Tranquila hija te enviaré un coche para que te recoja, solo tráeme tu los documentos.

– Deacuerdo mamá ahora mismo los busco.

Apenas tuve tiempo de encontrar los dichosos papeles, no estaba segura de que fueran los que encontré pero eran los únicos que pude ver.

Salí de casa y efectivamente ya un auto estaba esperando por mi, mamá me había llamado un par de veces más, le urgían los papeles, por fin llegamos y lo primero que hice fue visualizar el enorme edificio donde trabajaba mamá, cabron es un gran edificio que pareciera ser únicamente de cristal.

Pero que ago aquí perdiendo tiempo tengo que llegar al piso que? número 27 voy a tener que tomar el elevador o subir escaleras, no tengo idea pero vengo preparada para todo. Empecé a caminar adentro del gran edificio cuando una mujer alta y delgada en la recepción me impidió seguír. – Disculpe señorita pero no puedo ingresar al edificio si no tiene un gafete o permiso.

– Eh yo solo vine a traer unos documentos.

– Lo ciento de verdad no la puedo dejar entrar.

Y ahora que rayos iba a hacer, mamá dijo que eran papeles importantes de un caso y que nadie podía tocarlos.

– Bien, entonces puede llamar ala señora Yelda Vans es mi madre tengo que darle esto a ella..

– La señora Yelda ésta en una reunión importante, además que se sepa no tiene hijos o hijas. Realmente eso sí me había molestado, la actitud de la mujer cuando dije que ella era mi madre, me miró de arriba a abajo, ya sabía que yo jamás sería hermosa y con clase como ella pero es que nisiquiera había tenido tiempo de arreglarme para venir aquí y tampoco lo vi necesario.

– Pues si tiene y soy yo, y dé verdad le agradezco mucho si le puede llamar por qué son muy importantes estos documentos para la reunión en la que está.

Lo ciento señorita no puedo seguír atendiéndola a llegado el jefe, si se pudiera retirar por favor.

– Pero es que le estoy diciendo la verdad.

– Señorita.

Casi entro en una discusión con la recepcionista cuando alguien intervino.

– Que rayos está pasando aquí.

Lo siento señor Alessandro pero es esta niña quiere ingresar al edificio sin gafete ni una sita.

– Es eso verdad? – la mira del apuesto típo se dirigió a mí y nuestras miradas se encontraron, arrugó su entrecejo y por fin comprendió todo.

– Si es verdad, yo vine aquí por qué Yelda me lo pidió.

– Yelda o tú madre?

– Es igual, yo solo quiero entregarle ésto.

Se dirigió ala mujer en la recepción y habló, despues me llamo.

– Está bien señorita, no vuelva a prohibir la entrada a la chica, es mi hermana. Ahora tu sígueme te llevo con Yelda.

El me acababa de presentar como su hermana, no me lo creía nuestros padres solo estaban juntos pero eso no significaba que nosotros fuéramos hermanos o que algún día yo lo llegaría a ver cómo tal. Subimos al elevador y encuanto se cerró pude hablar un poco tímida.

– Por qué dijiste que somos hermanos.

– No te confundas.. lo dije para que pudieras entrar, yo solo tengo una hermana y esa no eres tú.

Por qué se estaba comportando así, yo no estaba diciendo lo contrario yo tampoco quería un hermano a estás alturas de mi vida, es más nisiquiera me agradaba el desdé el primer día que nos vimos supe que era un engreído.

– Y que te hace pensar que yo quisiera un hermano como tú, tu fuiste el que quiso decir eso hubiera bastado con que dijeras que Yelda si es mi madre.

– Da igual, emos llegado, justo ahí debe de estar tu madre toca antes de entrar está en una reunión importante.

Sin más se dio la vuelta para ingresar dentro de una tal vez oficina. Que arrogante, como se atreve a hablarme de ese modo.

Cree que por ser guapo elegante y según el con clase me va a intimidar, claro que no, pero si me quedé un poco embobada con la mirada que tiene, como el azul de sus ojos puede llegar a tornarse obscuro cuando te desafía.

***Alessandro Bohnam***

Cuando llegue al edificio me tope con la hija de Yelda, nuestras miradas se encontraron un momento cuando voltee a verla, estaba tan tímida intentando entrar al edificio, aparenta ser más que una simple niña de 15 años si no supiera realmente quién es podría jugar que tenía más de la mayoría de edad, tiene un cuerpo desarrollado, la forma en que se comporta, supongo que deben estarla educando bien en ese internado. Pero por qué estoy pensando en ella, Alessandro Bohnam tu no eres el tipo de hombre que piensa en mujeres, oh por lo menos no en una en especial.

Durante años eh estado pérdido en el trabajo, mujeres alcohol, pasaba poco tiempo con mi familia desde que había venido a vivir a New York, después de que papá y mi hermana vinieron tuvimos un poco más de tiempo para convivir, más con mi padre que con mi hermana, ambos encontraron pareja, yo eh vivido solo durante años no eh tenido una pareja estable jamás, que estoy haciendo con mi vida? lo escuchó todo el tiempo de la boca de mi padre.

Tendría que tener ya una vida visualida.

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