Soy Akela Zaer, tenía doce años cuando me fui informada de una profecía. Al parecer un oráculo la predijo en una noche de luna llena. No fue una noche cualquiera, en esa misma oscuridad azotó un fuerte temporal, el peor que hubo durante los últimos años. Un viento fuerte, seguido de una lluvia constante y espesa, que prácticamente inundó todo a su paso. Rayos enormes y seguidos uno detrás de otro, que eran lo único que iluminaba aquel oscuro que pareció eterno durante horas. Al otro día por la mañana, luego de aquel suceso, la visita del consejo de la manada me sorprendió en la pequeña casa que habitaba en las afueras de la manada, en el límite del territorio. Ya conocía a varios de ellos, si no casi a todos. A mis siete años de vida, luego de ver cómo el Alpha Kyle Kinnaman, asesinaba a mi padre frente a mi, y exterminaba toda la manada a la que pertenecía, ellos me resguardaron. No por que fuera importante, creo que solo por clemencia, y porque en el fondo ellos sabían que aquello había sido provocado por Kinnaman padre, nadie más que él tenía la culpa de todo ese sufrimiento y su hijo sin querer entrar en razones, no solo no le dió fin, si no que lo siguió hasta destruir todo. Solo con el exterminio de mi raza encontró su paz. En ese entonces era una pequeña huérfana, lo único que sostuvo mi cabeza con vida, fue el hecho de ser una heredera alfa. Era la primogénita de mi padre y su única hija, mi madre murió en el parto luego de tenerme, por una hemorragia, ni siquiera llego a sostenerme en brazos. Mi padre, que la amaba con locura ya que era su pareja destina por la Diosa Luna, casi muere por aquel hecho. Perder a tu mate, tu compañero es algo catastrófico, fatal y tremendamente triste, al menos así lo describen aquello que logran sobrevivir a dicha perdida. Al encontrar a tu compañero, el vínculo se crea, se forja, el lobo marca a su mate para que todos sepan que él la reclama, que es suya, aveces la loba también puede marcar a su mate, aunque eso no funciona así en todas las manadas. La marca es completar el lazo, es fundirte en uno con tu mate, ser una sola alma. Es tan fuerte la conexión que ambos sienten las emociones del otro con la misma intensidad, es por eso que dicha perdida es enorme, puede incluso causar la muerte. Mi padre sintió el vínculo romperse, él estaba fuera de la habitación mientras mi madre estaba en trabajo de parto. Al sentir dicha desconexión, entró desesperado y allí la vió sin vida en la cama, sobre las sábanas teñidas de rojo por la cantidad de sangre que había perdido. Él se desmoronó en ese instante, lloró a mares y dicen que pareció perder la mente, la gente de la manada temió que enloqueciera. Una loba de la manada se hizo cargo de mi al instante, ya que mi padre no estaba en condiciones de hacerlo. Luego de unos ocho días de duelo eterno y sufrir a carne viva, mi padre por fin pudo acercarse a la casa de aquella mujer para conocerme, en todo lo que se había ocasionado, él jamás había visto mi rostro en aquel momento. Durante algunos meses me dejó allí y no regresó a verme. Dicen que su Beta le recomendó que me busque, que no se vería bien que un alfa rechace a su primogénita y que más allá del dolor, era lo que le quedaba para recordar a mi madre y lo que habían vivido, porque después de todo, era fruto del amor. Mi padre reunió fuerzas y mando por mí, el Beta fue el encargado de retirarme de allí. Me llevo a la empacadora, la casa de la manada, y allí me crié entre niñeras y las mucamas, la figura de mi padre era un enigma, apenas y nos vinculabamos. No era malo conmigo, sé que me quería, pero no dejaba de recordarle el hecho más trágico de su vida. Jamás me negó, golpeó o cualquier situación violenta, solo no podía acercarse demasiado, le generaba una enorme tristeza. Él jamás se recuperó de la muerte de mi madre y todos sus sueños de una familia enorme se fueron con ella aquel día, y solo quedaba yo como recuerdo de ello. Por todo ésto, luego de su muerte y el exterminio de la manada, quedé sola, más sola que nunca. Los hombres del consejo tenían la idea de que una familia de la manada me refugiara, la búsqueda no arrojó resultados positivos, nadie quería tener nada que ver conmigo puesto que no querían problemas con el Alpha Kyle Kinnaman, todos se rehusaban, incluso familias de las manadas aledañas, al consejo no le quedó más que enviarme a un orfanato de humanos. Allí viví durante cinco años, no era uno muy bueno, era un lugar decadente, lleno de humedad, abarrotado de niños, superaba por mucho su capacidad, la alimentación era muy escasa y no llegaba a cubrir los nutrientes necesarios para niños en pleno crecimiento, el frío en invierno era atroz, hacía que te duelan hasta los huesos. A mis doce años fueron por mí, creyeron que estaba en edad de reintegrarme en la manada, era necesario que se me instruya como una mujer lobo y no seguir estudiando cosas de humanos, como venía haciendo hasta ése entonces. Durante todos esos años que estuve en aquel orfanato, no supe nada del consejo, había abandonado la idea de volver a verlos, creí que solo quedaría ahí, tremenda fue mi sorpresa cuando mandaron por mí. Al parecer solo estaban esperando que las aguas se calmaran, que todo aquel conflicto se olvidará un poco, que la gente de la manada pudiera darme una oportunidad o en su defecto al haber crecido, ya no me relacionaran con aquella niña que habían conocido a los siete años. Nuevamente, nadie quiso acoger a una loba huérfana que venía de un orfanato de humanos, todos pensaron que algo raro había para ello, y después de todo no estaban tan errados. Obviamente el consejo buscó esconder mi identidad, pero no paso demasiado hasta que empezaron los rumores y los cuentos sobre mi persona. Decidieron entonces que lo mejor sería que viva sola en una pequeña casa, en los límites del territorio, tuvieron la intención de contratarme dos empleadas, pero aunque su búsqueda abarcó otros territorios, nadie acepto trabajar para mí, entonces el consejo decidió que ya estaba en edad de valerme por mi misma. Ellos me enviaban una suma de dinero todos los meses, con eso compraba víveres, y pagaba alguna que otra cosa, no sobraba demasiado, pero tampoco me faltaba y había aprendido a administrarme bastante bien. Todo iba sobre ruedas y llevaba una vida en absoluta calma hasta aquel día que golpearon la puerta. Todo mi calvario empezó con aquella predicción aquella tarde.
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Updated 154 Episodes
Comments
Blanca Montero Angulo
que pecado lo que ha pasado, y para colmo un mate desgraciado 😡 😒
2023-12-13
3
AMAZONAS44
ha sido dura la vida de esa pequeña
2023-09-29
2
Patty Molina
pobre todo lo que ha pasado
2023-09-26
0